ras perder frente al Real Betis (0-1) en Mendizorroza el 1 de junio de 2003, el Deportivo Alavés descendía a Segunda División ‘A’, después de rubricar un lustro entre lo más selecto del fútbol estatal. Cinco años consecutivos en Primera División, por entonces la mejor racha del equipo, en los que se vivieron algunos acontecimientos tan positivos y agradables, que ni el más optimista seguidor albiazul hubiera podido soñar nunca. Pero también hay cabida para los momentos tristes y extraños. El jueves 5 de junio de 2003 con el equipo de cuerpo presente y todo el alavesismo rumiando y llorando el tercer descenso de Primera en su historia, llegan unas declaraciones del defensa alavesista Carlos Llorens, que no dejan impasible a ningún seguidor albiazul: “Quiero jugar dos temporadas más y retirarme. Iré al club que más dinero me ofrezca, no importa la categoría en la que esté. Tengo la carta de libertad y la voy a aprovechar”.
Tales declaraciones, muy realistas y pragmáticas, pero impropias de la situación que está viviendo el club, portando luto en su camiseta albiazul tras el descenso acaecido cuatro días antes, son contestadas, duramente, poco después por el presidente Gonzalo Antón: “Son unas palabras desafortunadas, sin estilo y dando un portazo. Transmite a los aficionados que ficha por dinero dónde pagan más. Hay que saber salir de los sitios como un caballero y un señor”.
El sábado 21 de junio se cerraba oficialmente esta horrible temporada para el Deportivo Alavés, que se enfrentaba en Mendizorroza al Real Valladolid (1-1). Llorens era titular en esta última cita liguera y desde el minuto uno tuvo que soportar las críticas de los aficionados, siendo silbado en cada acción en la que entraba en contacto con el balón.
Triste epílogo a una temporada, 2002-03, que tantas ilusiones había despertado en todo el universo alavesista. Con fichajes de relumbrón: Abelardo, Dutruel, Adrian Ilie, Luis Helguera y ‘Edu’ Alonso, en el mercado veraniego, más la llegada en el invernal de un viejo conocido, Ivan Tomic. Presentaciones estelares y espectaculares, como la realizada al asturiano Abelardo en el marco del Museo Artium. Segunda participación en la Copa de la UEFA (Europa League). Sueños, anhelos, deseos y esperanzas, a principios del mes de septiembre de 2002, que nueve meses más tarde se habían convertido en espejismos, delirios de grandeza, alucinaciones, quimeras y utopías. En esta campaña se vivió el adiós de José Manuel Esnal ‘Mané’ al banquillo albiazul, tras la jornada trigésimo primera, y la llegada al mismo de ‘Txutxi’ Aranguren, que no pudo enderezar una nave que hacía agua por muchas vías. Porque escapes y fugas tuvo el equipo en muchos partidos del campeonato liguero, encajando resultados abultados: Real Madrid (5-2), en el debut con el equipo blanco de Ronaldo Nazario (y 1-5 en Mendizorroza); Barcelona (6-1); Deportivo de La Coruña (6-0); Valencia (3- 0); Athletic (2-4) o Mallorca (4-2), que le llevaron a ser el conjunto más goleado de Primera División. Tampoco en la Copa de la UEFA (Europa League) el equipo tuvo mucho recorrido, cayó en segunda ronda ante el Besiktas turco (1-2 global), y en el Campeonato de España más de lo mismo, un Segunda, Real Murcia, le eliminaba. Desilusiones, malos partidos, peores resultados, mal ambiente, declaraciones inoportunas, muchos gastos, pocos ingresos, un déficit de cinco millones de euros, situaciones que obligaron a gritar a más de un albiazul: “Paren el mundo que yo me bajo”.
Las declaraciones de junio de 2003 no fueron las primeras que ‘encendieron’ al alavesismo. Las del mes de abril también tenían tela: “Esta temporada la afición no nos ha ayudado nada. Me la trae floja lo que me exprese la grada”.
En este caso, en sus declaraciones de abril, el presidente estuvo apaciguador: “Deseo y espero que la afición sepa comprenderle y entienda que sus palabras son producto del estado de nervios que vive la plantilla por la mala clasificación del equipo”.
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