A comienzos de los años 80 del siglo pasado, el fútbol no es ajeno a la crispación y convulsión, en ocasiones, que vive la sociedad. Algunos campos desde la temporada 1976-77 han tenido que separar los terrenos de juego de las gradas con vallas protectoras, norma que a partir de la campaña 1977-78 es de obligado cumplimiento. En cambio, pese a que está prohibido por ley, se permite o se hace la vista gorda a la entrada de botes de refrescos, cervezas y botellas de cristal a las gradas de los Estadios y campos del fútbol estatal.El inicio de la temporada 1979-80 es espectacular para el Deportivo Alavés, que de la mano de Txutxi Aranguren durante muchas jornadas comanda la clasificación de Segunda. Un solo punto le separa del Elche para proclamarse campeón de invierno, volviendo de nuevo los albiazules al liderato tras la jornada 23. Todo apunta que allá a primeros del mes de junio, el Glorioso será nuevo equipo de Primera. No se cumplirá el pronóstico al sumar solamente tres puntos, en las ocho últimas jornadas del campeonato. En el inicio de la segunda vuelta, siete partidos se llevan disputados, los de Aranguren no conocen la derrota liguera en esos encuentros y tras empatar en Mendizorroza frente al Palencia (1-1) siguen comandando la tabla. El miércoles 12 de marzo los albiazules reciben al Real Valladolid, rival en Liga, en el partido de vuelta de octavos de final del Campeonato de España. Los vallisoletanos habían vencido en Pucela (1-0) en la ida.

El encuentro copero nocturno es el que tanto gusta a los aficionados alavesistas, que tras su jornada laboral acuden raudos al viejo Mendizorroza, bien pertrechados de bocadillos y bebidas, especialmente vino de Rioja alavesa. Botas de vino y botellas corren de mano en mano. ¡Son otros tiempos!. El partido transcurre con una dureza extrema, rayando en muchos momentos la violencia. Nadie esconde el pie, todos lo meten y en ocasiones las entradas hacen temer por la integridad de los protagonistas. El colegiado, el catalán Casajuana Rifá, asiste, impasible, desde primera fila al violento espectáculo. Pasada la media hora Sánchez Martín iguala la eliminatoria, con un gol de pícaro, resultado con el que acaba la primera parte y el tiempo reglamentario. Hay que jugarse una prórroga y al comienzo de la misma empatan los visitantes, tras falta clara, así lo aprecia casi todo el mundo, al meta local Basauri. En ese momento los ánimos que ya estaban calientes se encienden en todas partes: gradas y terreno de juego. La protesta es masiva por parte albiazul, viendo la tarjeta roja el delantero Salamanca y buena parte de sus compañeros reciben la amarilla. Mientras los jugadores albiazules amenazan con retirarse, dos espectadores saltan al terreno de juego.

El partido ha estado parado cerca de diez minutos y gran número de objetos han caído sobre el césped de Mendizorroza. Un nuevo gol por parte albiazul, el canario Carmelo Umpierrez tras jugada de Amutxastegi, iguala la eliminatoria. Pero ya no hay más goles y el pase a cuartos se dilucida a penaltis. En esa suerte vencen los vallisoletanos por 1-3, retirándose ambos conjuntos y el trío arbitral a los vestuarios. Cuando éstos últimos están cerca de ganar uno de los túneles de entrada, cae, desde la antigua Tribuna Central, una botella de cristal que impacta sobre uno de los jueces de línea. La sangre brota a borbotones de su cabeza y tras aplicársele 15 puntos de sutura es trasladado a la Policlínica donde queda internado.

El Comité de Competición sancionará al Deportivo Alavés con una fuerte multa y “la clausura por dos partidos del campo de Mendizorroza, por incidentes del público de especial gravedad”. Finalmente, la sanción se quedará en un solo partido, tras recurrir el club, que se disputa en el donostiarra campo de Atotxa frente al Murcia (1-1) el 23 de marzo.

Mediada la primera mitad, tras una decisión del colegiado, cayeron al césped de Mendizorroza algunos objetos. Los altavoces del campo

solicitaron tranquilidad a los aficionados y que se abstuviesen de tales lanzamientos. La petición fue largamente pitada por el público.

Tras conocer el castigo manifestaba: “No esperaba esta sanción, ya que el campo no estaba apercibido de cierre. En los últimos años no se ha impuesto una sanción tan grave a equipos de Primera o Segunda. No justifico los incidentes, pero es

rigurosa”.

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