En el recordado Campeonato de España de 2017 el Deportivo Alavés, con el ex futbolista albiazul, el argentino Mauricio Pellegrino como técnico, alcanzaba la final por vez primera en su historia, Final en la que vencería el Barcelona (3-1) de Iniesta, Neymar, Messi y demás figuras blaugranas. En el siguiente campeonato el conjunto albiazul, curiosamente con otro ex futbolista y también ex defensa central, el asturiano Abelardo Fernández como técnico, firma una competición que le lleva hasta los cuartos de final. Rozando estuvieron las semifinales, tras ir dejando atrás al Getafe de Bordalás y al Formentera. El bombo, siempre caprichoso, empareja a la escuadra de Mendizorroza con el Valencia, entrenado por el asturiano Marcelino García. Es el segundo enfrentamiento copero entre ambos clubes, enfrentamientos que se iniciaron en el Campeonato de España de 1979, también en cuartos de final.

En aquella primera ocasión los chés, liderados desde el terreno de juego por el campeón del mundo el argentino Mario Kempes, vencieron en los dos partidos, 0-1 en Mendizorroza y 3-0 en Valencia, y pasaron a Semifinales demostrando claramente su superioridad sobre un Segunda. Si hay un equipo bronco y copero por excelencia ese es el Valencia, pero en la eliminatoria de 2018 se encuentra con la horma de su zapato. Los primeros escarceos bélicos comienzan en la ida en Mestalla. Vence el conjunto local por 2-1, pero los albiazules merecen obtener un mejor resultado, tras ir por delante en el marcador por medio del hoy valencianista Rubén Sobrino. El encuentro es tenso y duro y el colegiado del partido expulsa a Adrián Diéguez (Deportivo Alavés) y a Sergio García (Valencia), hijo del técnico Marcelino. Todo queda pendiente para el encuentro de vuelta una semana más tarde en Mendizorroza. Las espadas en todo lo alto, cuentas pendientes y el premio de semifinales al otro extremo del partido.

El viejo campo del Paseo de Cervantes registra una gran entrada, pese a jugarse en día laborable. Los aficionados albiazules que acaban de vivir in situ una final 8 meses antes, confían en su equipo, confían en Abelardo y quieren llevar en volandas a sus jugadores a semifinales. El primer tiempo finaliza con empate a cero, tras unos primeros 45 minutos de claro dominio albiazul, con una excelente presión alta, pero carente de remate. También en Mendizorroza en la segunda parte se adelanta el Deportivo Alavés, por mediación de Munir. Saltan los aficionados, las gradas parecen venirse abajo. Quedan 18 minutos para el final. El Deportivo Alavés clasificado, de momento. Santi Mina, cinco minutos más tarde, echa un jarro de agua fría a los aficionados albiazules y las gradas de Mendizorroza callan. Ahora está clasificado el Valencia.

Los seguidores alavesistas solamente guardan silencio un instante para tomar resuello y de nuevo están con su equipo. El partido es muy duro, de pierna fuerte y esfuerzo constante. Las tarjetas amarillas salen constantemente del bolsillo del colegiado, 11 en total. El partido está finalizando, quedan cuatro minutos. ¿Nos eliminan?, preguntan los pequeños a sus aitas. ¡¡¡No!!!, es la respuesta. Y en estas aparece Rubén Sobrino y lleva el partido a la prórroga. En el añadido los dos equipos están tocados físicamente, pero aún más el Deportivo Alavés que logra llegar vivo a la lotería de los penaltis. En los lanzamientos aparece la figura del meta valencianista Jaume deteniendo los lanzamientos de Pedraza y Hernán Pérez y lanzando más tarde el balón por encima del larguero Rubén Sobrino. Las semifinales se van a Mestalla y el sueño de otra final albiazul tendrá que esperar.