El Deportivo Alavés visitará Balaídos en la que será una nueva final anticipada en la lucha por la permanencia. La última bala que le queda al Alavés para acercarse a la permanencia es un triunfo ante un Celta de Vigo que, pese a estar en tierra de nadie, dispone de un amplio abanico de recursos ofensivos en su plantilla. El Glorioso se jugará gran parte de la permanencia a domicilio y es precisamente lejos de Mendizorroza donde el cuadro babazorro no ha demostrado estar a la altura de las circunstancias en el presente curso.

Y es que el conjunto afincado en el Paseo de Cervantes es el peor visitante de la categoría. Los seis puntos obtenidos en los enfrentamientos lejos de su feudo explican uno de los motivos por los que el Glorioso se encuentra en una situación clasificatoria tan comprometedora. Tan solo ha logrado tres empates como visitante y un solitario triunfo, allá por el lejano 23 de octubre, cuando el Alavés venció por 0-2 al Cádiz.

En la misma línea que sus predecesores, Julio Velázquez aún no ha sido capaz de darle un giro de 180º a los resultados babazorros como visitante. Se estrenó con una derrota extremadamente cruel en el tiempo añadido en El Sadar y, después, cayó por 2-1 en la visita a Mallorca, donde el Alavés pudo haber merecido un resultado más satisfactorio para sus intereses.

El Alavés logró el 23 de octubre en Cádiz la única victoria a domicilio de la temporada

El pobre bagaje vitoriano como visitante no llama a la ilusión en la visita a Balaídos. Sí lo hace, por ejemplo, el hecho de poder encadenar dos victorias tras la notable actuación del Glorioso hace escasos días ante el Villarreal. En palabras del técnico salmantino, sus discípulos realizaron una de las actuaciones más convincentes desde su llegada. Además, una de las claves del triunfo ante el submarino amarillo fue la fortaleza mental tras el tanto de los de Emery. Muy probablemente, en otras circunstancias, el Glorioso podría haberse hundido después de encajar el gol de Chukwueze pero esta vez no fue así.

Si bien es cierto que el Alavés es el peor visitante de la categoría con tan solo seis puntos lejos de Mendizorroza, las estadísticas del Celta en su casa ofrecen un halo de esperanza para la parroquia albiazul que este sábado se desplazará a Vigo. Y es que el cuadro celeste, paradójicamente, ha obtenido más puntos lejos de su estadio (21) que en Balaídos (19).

Será una final a vida o muerte. En Balaídos se tiene que evidenciar que el equipo que realmente se está jugando la permanencia no es otro que el Alavés. Por ello, la intensidad, el pundonor y la garra de los futbolistas albiazules deberán dejarse sentir desde el primer instante. En caso de lograr los tres puntos el Glorioso podría afrontar las últimas tres jornadas con posibilidades de sellar la permanencia. Por el contrario, una derrota e incluso un empate serían casi la sentencia para los pupilos de Velázquez.