Tras el triunfo ante el Villarreal, ya llueve algo menos para un Deportivo Alavés que salvó un nuevo 'match ball' en la pelea por la permanencia. El equipo vitoriano no está dispuesto a rendirse tan fácil pese a que su situación sigue siendo crítica. De hecho, al término de esta jornada quedará a cuatro puntos del objetivo y aún no ha dicho su última palabra cuando muchos le daban ya por desahuciado.

El Cádiz, que todavía debe visitar Mendizorroza en la última jornada y que está sumando puntos fuera de casa ante los grandes de la competición como el Barcelona y Sevilla de forma completamente inesperada, es el equipo a batir en este instante por el Alavés.

El conjunto babazorro tiene un calendario propicio para, al menos, llegar vivo a las dos últimas jornadas, donde se medirá a los gaditanos y al Levante. Sus dos próximos rivales, el Celta y el Espanyol, se encuentran en zona de nadie y carecen de objetivos por los que luchar en lo que resta de competición.

Aunque sigue sin depender de sí mismo, el Alavés respira algo más aliviado y puede ver el futuro con cierto optimismo tras conseguir su segunda victoria consecutiva en Mendizorroza. El plantel de Julio Velázquez estará muy pendiente este domingo del resultado de dos adversarios directos como el Mallorca y el Granada, que se enfrentan al Barcelona y al Celta, respectivamente.