El Deportivo Alavés de Julio Velázquez no es el equipo que mejor ataca de la zona baja; además, tampoco es una maravilla en defensa y, obviamente, ambas cosas se notan. Y se notan porque, aunque los albiazules intenten tomar ventaja y, en realidad, siempre tengan sus opciones de ganar, muy pocas veces lo van a conseguir si siguen cometiendo errores decisivos atrás. Algo que les sucedió en El Sadar y que, este martes, se repitió en Son Moix, donde el conjunto babazorro cayó (2-1) frente al Mallorca y dejó escapar su mejor oportunidad para meterse de lleno en la batalla por la permanencia.

Al contrario que en sus dos anteriores encuentros, Velázquez decidió variar el clásico 4-4-2 e introducir una novedad sustancial, en cuanto al estilo, de inicio. En concreto, el técnico salmantino optó esta vez por un dibujo 4-3-3 y, como organizador, eligió a Manu García, quien había dejado buenas sensaciones en el reciente choque ante el Rayo Vallecano. Además, el centrocampista asturiano no fue la única sorpresa en el once, pues también irrumpió Rubén Duarte para ocupar, en detrimento de Nahuel Tenaglia, el carril zurdo y desplazar así a Ximo Navarro a su banda natural.

Respecto al partido, este arrancó con el Alavés adelantándose en el marcador a los cinco minutos por medio de un córner, pero, para desgracia de los visitantes, Soto Grado anuló, con la ayuda del VAR, el gol de Lejeune debido a una supuesta -y muy discutible- mano del propio central francés. Una decisión que, como es lógico, se celebró con furor en el feudo bermellón y que aprovecharon los hombres de Javier Aguirre para responder, justo después, con un curioso remate de Abdón Prats, también a través del balón parado, que sí subió al electrónico.

Desde ese momento, y a pesar del jarro de agua fría que supuso el tanto local, los gasteiztarras trataron de buscar el empate antes de regresar a los vestuarios. Lamentablemente, se chocaron una y otra vez contra un muro, porque, aunque mostraron la intención suficiente, no fueron capaces de generar una acción realmente peligrosa sobre la portería de Sergio Rico. Salvo, eso sí, en otra determinación polémica del colegiado riojano, que ni siquiera quiso revisar un claro agarrón de Salva Sevilla a Escalante dentro del área.

Además, para colmo de males, el Mallorca sí que fue capaz de ampliar su ventaja poco antes de llegar al descanso y, de esta manera, asestar un enorme varapalo moral al Glorioso. En esta ocasión, Dani Rodríguez ganó, incomprensiblemente, una disputa por alto a escasos metros de la meta albiazul, Vedat Muriqi recibió sin casi oposición y, tras desprenderse fácilmente de Lejeune, batió a Pacheco con un inapelable cañonazo cruzado que acabó en el lateral interno de la red.

Ya en la segunda mitad, el Alavés dio otro paso al frente y consiguió tomar la batuta del partido, pero, de nuevo, sin saber cómo atravesar el muro balear. Además, los minutos empezaron a pasar factura a los hombres del ataque -Manu García, Rioja y Edgar perdieron aún más efectividad- y Velázquez tuvo que dar entrada a Facundo Pellistri, en lugar del tinerfeño, y a Miguel De la Fuente, que sustituyó a un amonestado Escalante y modificó el dibujo colocándose como segundo delantero.

Poco después, el ahínco babazorro obtuvo por fin su premio. Cuando el cronómetro señalaba el minuto 73, Joselu colgó un centro lateral al área bermellona y, para sorpresa de sus compañeros, Antonio Raíllo envió, con un testarazo espectacular, el balón al fondo de su propia portería (2-1), lo que devolvió la emoción a una contienda que se prolongó hasta el 98. Sobre todo, en el momento que el técnico salmantino propuso que su equipo tuviera nueve futbolistas acechando el área rival.

Sin embargo, los cambios no surtieron el efecto deseado, el Mallorca defendió bien su ventaja y, de esta manera, el encuentro terminó sin remates claros de los vitorianos y con Soto Grado de nuevo protagonista. Esta vez, como consecuencia de un agarrón sobre Guidetti y un contacto a Pellistri que protestaron intensamente los jugadores del Glorioso en la penúltima jugada antes del pitido final.