Julio Velázquez ya se ha puesto manos a la obra en el Alavés, que se agarra como último clavo ardiendo a la juventud y al aire fresco que pueda traer el entrenador nacido hace 40 años en Salamanca con el fin de intentar revertir su crítica situación y obrar el milagro de la permanencia. El club del Paseo de Cervantes oficializó ayer su incorporación hasta el final de la temporada, si bien el acuerdo ya había quedado perfilado la noche del lunes después del anuncio oficial de la destitución de José Luis Mendilibar.

Por delante espera una contrarreloj de apenas ocho encuentros (Osasuna, Rayo Vallecano, Mallorca, Villarreal, Celta, Espanyol, Levante y Cádiz) para enjugar la desventaja de seis puntos respecto a la salvación, marcada ahora por los gaditanos. El objetivo no es otro que cambiar el triste rumbo de una temporada torcida prácticamente desde su pistoletazo de salida. Esta es, sin duda, la última bala para evitar el traumático descenso a Segunda que pondría fin a seis temporadas consecutivas en la élite del fútbol estatal.

Velázquez coge el relevo de Mendilibar, cuyos resultados en los últimos tres meses han sido decepcionantes y con el que la agonía se ha agravado más si cabe tras la anterior determinación traumática por parte de los rectores de prescindir de los servicios de Javi Calleja a finales de diciembre. Algo que no fue entendido por una gran parte de la masa social pese a que el Alavés, por entonces, ya emitía peligrosas señales.

Hasta su complicado debut de este domingo en El Sadar ante Osasuna, el flamante preparador albiazul dispone de cinco días para revitalizar futbolística y, sobre todo, anímicamente a un plantel escaso de confianza y con excesivos miedos. El primer cometido de Velázquez será entrar con buen pie en un vestuario huérfano de autoestima debido a los pésimos resultados y un rumbo ciertamente errático, empeorado en los últimos tiempos bajo la batuta del técnico de Zaldibar, que únicamente ha sido capaz de sumar siete puntos de 36 posibles.

Velázquez viajó ayer mismo desde Madrid, donde tiene fijada su residencia, hasta Vitoria y hoy será presentado a las 13.15 horas. Nada más pisar suelo alavés, fue directamente a las oficinas del club para firmar su contrato y vivir un primer cara a cara con el presidente Alfonso Fernández de Trocóniz y el director deportivo Sergio Fernández. El Alavés le dio la bienvenida asegurando en su comunicado que "asume el reto de la permanencia a falta de ocho encuentros para que finalice el curso" y elogiando su "experiencia" para sacar en el pasado a equipos de situaciones angustiosas como la que el Glorioso vive en la actualidad.

Con su incorporación, el club gasteiztarra modificó su plan de trabajo inicial previsto para la jornada de ayer. Tras el descanso del lunes, el entrenamiento previsto por la mañana se trasladó a las 18.00 horas de la tarde en las instalaciones de Ibaia. Fue el momento en que Velázquez mantuvo una toma de contacto con sus futbolistas y dirigió su primera sesión de trabajo, lógicamente a puerta cerrada y en la que estuvo muy participativo en compañía de quien será su ayudante en Vitoria, el balear Jaume Mut.

El salmantino deberá intentar plasmar cuanto antes sus ideas al grupo y, ante todo, dotarle de un patrón de juego. La elección de futbolistas también será primordial, ya que algunos estaban muy acomodados dentro del once inicial con el anterior cuerpo técnico y eran conscientes de que, con independencia de su rendimiento, no verían discutida su jerarquía. Ahora, desde luego, emerge algo de esperanza para piezas hasta la fecha decorativas como Matt Miazga, Manu García, Facundo Pellistri y, en menor medida, Toni Moya.