Uno de los aspectos que más está llamando la atención de la gestión de su plantilla de José Luis Mendilibar en Vitoria es la escasa apuesta por ese 4-4-2 tan célebre en sus anteriores equipos, sobre todo aquel Eibar voraz que se le subió a las barbas a los clubes más poderosos. Y no será precisamente por la ausencia de delanteros en la capital alavesa, mucho más tras la llegada de Manu Vallejo en el mercado invernal que ha diversificado el abanico de opciones para el técnico de Zaldibar en la vertiente ofensiva.

En los diez partidos que lleva al frente del Alavés, Mendilibar tan solo ha apostado por dos delanteros en cuatro de ellos siendo el 4-3-3 el sistema más utilizado con la inclusión de un tercer centrocampista.

De la Fuente fue el socio de Joselu en los dos primeros encuentros bajo la batuta del vizcaíno ante la Real Sociedad y el Athletic, saldados ambos con un empate en Mendizorroza. En la fatídica visita al Benito Villamarín ante el Real Betis, el rol de segundo punta correspondió a Edgar, que ocupó la plaza del pucelano pero tampoco convenció a un preparador albiazul que desde entonces le ha ubicado siempre como extremo en la banda derecha.

Aquella goleada encajada ante los de Manuel Pellegrini constituyó el preludio de un cambio de sistema del Alavés. Y es que desde entonces Mendilibar tan solo ha introducido de inicio un segundo delantero en otro partido de ingrato recuerdo como el del Martínez Valero ante el Elche.

Esa jornada volvió a repetir De la Fuente como acompañante de Joselu, cuya salida del campo al inicio del segunto tiempo fue la antesala de la remontada ilicitana. En los restantes duelos ante el Barcelona, Valencia, Real Madrid, Getafe, Sevilla y Real Sociedad, esta vez en Anoeta, el gallego ha carecido de escudero siendo Pere Pons el hombre que le ha cubierto las espaldas en muchas ocasiones.

De la Fuente ha ido perdiendo protagonismo con el paso de las semanas, pero mucho más sorprendente es que Manu Vallejo, una de las apuestas más ambiciosas del Alavés en el mercado invernal, no haya sido titular en ninguna ocasión con Mendilibar.

Los minutos del gaditano, un futbolista con un acreditado olfato goleador y que el pasado domingo estuvo a punto de batir a Remiro al poco de ingresar al campo donostiarra, siguen llegando con cuentagotas. En un equipo con tan poca pólvora como el albiazul, el que menos veces perfora la portería rival de toda la Primera División, el ostracismo del punta cedido por el Valencia era algo que prácticamente nadie podía intuir.

Jugar con dos delanteros no garantiza más llegada al área rival ni tampoco una mayor producción ofensiva, pero la creencia generalizada hace semanas en todos los estamentos del club albiazul era que Joselu y Vallejo podrían conformar una pareja de muchos quilates en pos de que el Alavés consiga la ansiada permanencia. Pues bien, de momento no está siendo así para sorpresa de todos.