El Alavés encara el último tramo de la competición después de lograr un meritorio empate ante el Sevilla, poderoso rival ante el que tan solo se le resistió el gol. Tras un comienzo de año titubeante como consecuencia de la falta de victorias en dos meses, el Glorioso dispone, a día de hoy, de una mayor amalgama de recursos.

El principal argumento para vislumbrar más cerca la permanencia -la situación sigue siendo crítica pese a haber recortado a tres puntos la desventaja sobre el descenso- no es otro que el trabajo realizado por Sergio Fernández en el intenso mercado invernal. En dicha ventana de traspasos, que suele ser la más compleja para cualquier secretaría técnica, y ante el delicado momento clasificatorio, la entidad babazorra acometió hasta cuatro fichajes, de los cuales dos han tenido un impacto inmediato a las órdenes de José Luis Mendilibar.

El que mejor ha calado en el contexto albiazul no ha sido otro que Gonzalo Escalante. El centrocampista argentino, un viejo conocido del técnico nacido en Zaldibar tras coincidir ambos durante varias campañas en el Eibar, se ha adueñado por completo del centro del campo desde su llegada a Vitoria.

No en vano, Mendilibar ha reorganizado su clásico esquema 4-4-2 para así dar cabida a Escalante, Pina y Loum en una especie de trivote que, a priori, traslada la idea de fortalecer la sala de máquinas. Con todo, la cesión del argentino procedente de la Lazio ha provocado que Toni Moya se haya visto relegado al banquillo, un cambio que no beneficia al Alavés en fase de elaboración pero sí a la hora de aportar brega sobre el tapete.

Otra aportación notable de estas últimas jornadas lleva la firma de su compatriota Nahuel Tenaglia. El aguerrido lateral derecho argentino, que llegó al Alavés en préstamo para año y medio procedente del Talleres de su país natal, encadena ya cuatro titularidades con la elástica albiazul y también está sumando de lo lindo al engranaje babazorro.

No en vano, se ha adueñado del carril que ocupaba hasta ahora con ciertas dudas el canterano Martín Agirregabiria. Mediante su solvencia defensiva y seguridad en la retaguardia, dos premisas fundamentales para Mendilibar, nadie duda ya de lo acertada de su incorporación ante las urgencias que existían hace meses en su demarcación con la lesión de Ximo Navarro.

Al margen de que también puede desenvolverse como central, Tenaglia ofrece señales de crecimiento y una buena adaptación en cada partido que disputa, por lo que es cuestión de tiempo que el futbolista del Saladillo se consolide como una pieza más importante si cabe en este Alavés de sangre caliente.

De más a menos, Jason Remeseiro es un futbolista que ha perdido algo de protagonismo en las últimas fechas. Condicionado por la apuesta de Edgar Méndez en el extremo derecho, el jugador gallego no disputó un solo minuto ante el Getafe y jugó apenas 12’ ante el Sevilla.

Su consabida virtud como centrador de balones al área, posiblemente el principal argumento que posibilitó su aterrizaje en Mendizorroza, le hizo gozar de continuidad en las primeras alineaciones de Mendilibar. Sin embargo, la fortaleza física y el olfato goleador de Edgar con el paso de las semanas están siendo determinantes para justificar la pérdida de pujanza de la que fue primera cara nueva albiazul en el mercado invernal.

Entre las novedades introducidas por el Glorioso en la última ventana, el caso más preocupante atañe a Manu Vallejo. El gaditano firmó casi sobre la bocina por el Alavés, quien trabajó de lo lindo hasta el último día en los despachos para poner a disposición de Mendilibar un delantero que complementara a Joselu, huérfano de un socio ideal desde el inicio del declive de Lucas Pérez en Vitoria.

Sin embargo, las oportunidades de las que ha gozado Vallejo han sido más bien escasas hasta la fecha. Tan solo ha disputado 76’ minutos desde que viste la elástica albiazul y, además, no ha sido titular en ningún partido, algo que resulta chocante dado que la creencia generalizada en el momento de su llegada era que su ascendencia dentro del equipo sería notable.

De este modo, es evidente que Mendilibar tiene a su disposición un mayor abanico de futbolistas para poder lograr el objetivo de la salvación. A pesar de estas luces y sombras de las apuestas en el mercado invernal, el Alavés atesora más recursos en esta plantilla que hace tres meses. Ello bien lo sabe, por ejemplo, Javi Calleja.

La gestión de los cambios, que siempre puede ser diferencial en el transcurso de los partidos, se mantiene como la asignatura pendiente de Mendilibar, quien cuenta con prácticamente dos futbolistas por posición pero todavía no ha conseguido extraer el máximo jugo de su plantilla.

Además de las cuatro incorporaciones realizadas por el Alavés, el club del Paseo de Cervantes envió en condición de cedido a dos futbolistas en el mercado invernal. Tachi salió en préstamo al Fuenlabrada con la premisa de gozar de cierta continuidad en una competición inferior. Hasta la fecha ha disputado seis partidos en el conjunto madrileño, de los cuales en cinco ha sido de la partida.

Por otro lado, está el desafortunado caso de Sylla. El ariete senegalés firmó por el Glorioso a razón de cerca de un millón de euros. Sin embargo, sus prestaciones como futbolista albiazul fueron más bien decepcionantes. Con todo, el Alavés acordó con el Rayo Vallecano una cesión por el futbolista de Kedougou, quien aún no conoce la victoria desde su llegada a Vallecas y que se reencontrará con sus antiguos compañeros en Mendizorroza el próximo 17 de abril en un partido que puede ser decisivo para la permanencia.

Los dos argentinos, futbolistas de sangre caliente, ya son indiscutibles para Mendilibar en la zona ancha y el lateral derecho

El gaditano, por el que el club peleó de forma denodada hasta el último día del mercado, todavía no ha sido titular en ningún partido