Será una de las visitas del año a Mendizorroza. No cabe duda de que el duelo ante el Barcelona es un partido de total trascendencia en Mendizorroza, ya que la afición albiazul vivirá ante uno de los equipos más laureados de la historia la oportunidad para recortar distancias con la zona tranquila. No obstante, si los enfrentamientos entre el Alavés y Barça acostumbraban a simbolizar un David contra Goliat, el actual conjunto culé está a años luz de aquella escuadra que maravilló con su fútbol por cada estadio del viejo continente.

Sumidos en una crisis tanto económica como institucional, el cuadro presidido por Laporta se encuentra en uno de los momentos más delicados de su historia. Y es que la herencia de Bartomeu y Rosell ha provocado la cruda realidad que afronta el conjunto blaugrana a día de hoy. Además, en ese proceso de reconstrucción que debe afrontar el Barça, existen una serie de jugadores que, por edad o simplemente porque sus etapas han llegado a su fin, no son capaces de rendir al nivel que exige la máxima competición.

Y es que la línea defensiva es la zona que más está sufriendo desde la llegada de Xavi al banquillo del Camp Nou. Los laterales formados por Jordi Alba y Dani Alves no ofrecen la solvencia requerida y si bien Piqué ha dado un paso al frente en estos últimos meses, el zaguero con mejores prestaciones está siendo Araújo. El defensor charrúa, a pesar de que tan sólo tenga 22 años de edad, está firmando actuaciones que llaman al optimismo en el contexto blaugrana, al igual que el resto de sus compañeros más jóvenes.

Apodados como el "Dream Teen", la única nota positiva del Barcelona es la irrupción de jóvenes talentos como Nico, Gavi, Pedri y Ansu Fati. Y es que si las prestaciones de los más veteranos como las de Frenkie de Jong y Memphis están siendo insuficientes, los chicos de La Masía son los responsables de sacar las castañas del fuego. Esto mismo, sumado a la llegada de Ferrán Torres aporta cierta alegría en el Camp Nou, pero la realidad es que el cambio de técnico entre Koeman y Xavi apenas ha causado un efecto, al menos en lo que a los resultados se refiere.

El histórico centrocampista de Terrassa llegó al Barcelona en un contexto delicadísimo. Tras la destitución de Koeman, el club culé estuvo varios días con un entrenador interino y el hecho de aterrizar con la temporada comenzada obligó a Xavi a trabajar a contracorriente. Con un sinfín de lesionados y bajas por covid en sus primeras semanas, Hernández poco pudo hacer para sacar a flote una escuadra hundida. Pero más allá de la fe y el incesable trabajo del técnico, la realidad es que con Xavi, al menos en el apartado más resultadista, el Barcelona apenas ha mejorado los números de su predecesor. Y es que el cuadro blaugrana a estas alturas está fuera de la Champions, eliminado de la Copa y a 17 puntos del líder; una distancia sonrojante.

Es cierto que Xavi ha aportado esa vocación por realizar un 'fútbol total', pero los resultados son los que acaban marcando las diferencias y, en este caso, el Barcelona no enlaza una buena dinámica. Por contextualizar las cifras, en los 13 partidos que Xavi ha estado al frente del banquillo blaugrana, el Barcelona tan sólo ha ganado cinco. Es cierto que en el aspecto de las sensaciones el equipo ha mejorado pero a fin de cuentas los resultados, que son los que dictan sentencia, no llegan.

Por tanto, salvando las evidentes distancias entre el Alavés y Barça, las posibilidades de que el Glorioso reaccione en el campeonato doméstico pasan por ahondar aún más en la crisis del Barcelona. No es una tarea para nada sencilla, pero quizá a día de hoy es más factible que en aquellos tiempos en los que el club culé aterrizaba a Mendizorroza con los Messi, Neymar y Suárez..

Apodados como el "Dream Teen", la única nota positiva del Barcelona es la irrupción de jóvenes talentos como Nico, Gavi, Pedri y Ansu Fati

En los 13 partidos que Xavi ha estado al frente del banquillo blaugrana el Barcelona tan sólo ha ganado cinco