Javi Calleja ha acudido esta tarde a Ibaia al filo de las 15.20 horas en la vuelta de trabajo del Deportivo Alavés, pero tras una larga reunión en el interior de los vesturios junto a Sergio Fernández no está dirigiendo el entrenamiento vespertino que supone el inicio de la preparación del partido ante la Real Sociedad.

El inicio del entrenamiento estaba fijado para las 17.00 horas de la tarde tras cinco días de fiesta desde la derrota ante el Villarreal, pero la plantilla albiazul ha salido más tarde al césped a entrenar.

Ni Calleja ni ninguno de los integrantes de su cuerpo técnico ha saltado al césped a dirigir el trabajo. Bajo la atenta mirada de Sergio Fernández ha sido el analista del club Damián Suárez el encargado de repartir petos en el inicio de la sesión. También han dirigido el entrenamiento los preparadores físicos José Antonio Morga y Nenad Njaradi, además de Javi Barbero, el entrenador de porteros del club.

Finalmente se impondrá el sentido común y Calleja no ha debido pasar el mal trago de dirigir al equipo en los próximos días mientras el Alavés ya tiene cerrado desde hace días la identidad de su sustituto en la figura de José Luis Mendilibar.

Club y entrenador están ultimando en estos instantes un acuerdo de desvinculación que ponga fin a este episodio surrealista y dé pie al anuncio oficial del vizcaíno como nuevo entrenador del equipo vitoriano.

El Alavés comunicó hace días de forma verbal su despido a Calleja, con contrato en vigor hasta junio de 2023 pero que cuenta con una cláusula en su contrato por la cual si es despedido en 2022 con el equipo en puestos de descenso no percibirá la segunda campaña de contrato en el finiquito. Eso sucederá el día 1 de enero, es decir este sábado, justo un día antes del partido ante los donostiarras.

La diferencia entre ambas partes durante los últimos días era puramente económica. El Glorioso quería adelantar la cláusula, efectiva el 1 de enero, que le permite pagar menos indemnización al alcalaíno si el equipo se encuentra en puestos de descenso; y, este último, como es lógico, exigía una compensación extra para dejar su sitio antes de lo que establece el contrato de dos años firmado este mismo verano.

Finalmente se ha impuesto la lógica y Mendilibar se pondrá cuanto antes al frente del Alavés, actualmente en puestos de descenso y necesitado también de fichajes para la segunda parte de la temporada.