A pesar de la distancia entre Limassol y Vitoria, Manu García sigue muy de cerca el día a día del Glorioso. “Al principio de temporada era un Alavés que intentó cambiar un poco la idea de juego, los resultados no fueron buenos y se generaron dudas. Ahí el equipo anímicamente se vio bastante tocado, pero yo sé que el día a día en Ibaia siempre ha sido bueno y encontraron esos momentos clave como la victoria ante el Atlético y el Cádiz. El fútbol tiene esas situaciones que marcan y ahora ves al equipo que ha cambiado, es más serio, está más centrado en proteger la portería y a partir de eso crecer. Ahí es donde ha encontrado la forma de tener confianza”.

De hecho, el ahora jugador del Aris Limassol sugiere que a pesar de la buena dinámica, la farragosa travesía hacia la salvación todavía es extensa: “El Alavés ha salido de una situación muy difícil pero esto es muy largo. Yo confío en el trabajo, tengo muy buenos amigos allí, sé cómo sienten el club y cómo son en el día a día. Espero que el Alavés haga una buena temporada, que sufra menos que en las anteriores y que eso permita crecer al proyecto”.

Una vez que su inesperada salida del club fue una realidad, gran parte de la afición alavesista cuestionó quién podría estar al nivel del gasteiztarra en cuanto al liderazgo y compromiso con el brazalete de capitán. Después de la disputa de un tercio de temporada, el káiser Laguardia se ha consagrado como uno de los líderes indiscutibles del cuadro de Javi Calleja.

“Además de Laguardia, allí hay mucha gente que ha vivido lo que es el Alavés. 'Lagu' es el que más tiempo ha estado, Fernando después e incluso el propio Martín, que viene desde abajo y ha vivido años complicados. Hay muy buenos ejemplos de lo que tiene que ser el Alavés. Ellos han vivido la forma en la que hemos conseguido los éxitos y cómo hemos sufrido cuando nos hemos desviado. Tenía muy claro que no iba a faltar gente que transmitiera lo que es el Alavés. En ese sentido no me preocupaba, al final lo importante es conseguir resultados que te permitan tener tiempo para crecer. Ha costado mucho, lo han conseguido y a ver si logran seguir en esta dinámica positiva porque con confianza se trabaja mucho mejor” reflexiona.

Uno de los momentos más críticos se vivió tras la reanudación de la competición cuando el Alavés acusó la falta de aficionados en Mendizorroza. “Ese año y medio fue muy difícil, de no disfrutar mucho del fútbol y de lo que es la competición. Tan solo ver Mendizorroza con su gente ya es espectacular. Para el Alavés es fundamental el ambiente que se genera en casa”, precisa.

Tras su salida del Alavés, se comentó la idea de que en un futuro Manu tuviese un homenaje a la altura de lo que significó para el club afincado en el Paseo de Cervantes. Respecto a esa celebración, Manu explica que ahora está centrado en su equipo, pero también desea que el acontecimiento sea bonito. “No he vuelto a hablar de ello desde que me vine a Chipre. Estoy centrado en la competición y el calendario es el mismo que tiene el Alavés. En su momento hablé con el club y me transmitieron esa idea. Cuando se dé la posibilidad estoy seguro de que haremos algo que espero que sea muy bonito y emocionante”, concluye Manu, quien fuera santo y seña de una de las mejores épocas del Glorioso.