Hace algo más de cinco meses y medio, Javi Calleja se sentó por primera vez en el banquillo del Deportivo Alavés. Lo hizo, en concreto, en el que acoge a los técnicos visitantes en el Nuevo San Manés. Precisamente el estadio que volverá a visitar este viernes al frente del Glorioso. El preparador madrileño se reencontrará, de esta manera, con el punto de partida de su etapa como albiazul, el escenario en el que colocó el primer ladrillo de la sufrida salvación del ejercicio pasado y en el que aspira a continuar con la necesaria reconstrucción del equipo en el actual.

Su estreno se produjo el 10 de abril, en el encuentro correspondiente a la trigésima jornada de Liga entre el Athletic y El Glorioso. Un derbi que ambos conjuntos afrontaban de manera radicalmente diferente. Porque mientras que para los rojiblancos suponía una cita intrascendente que había situado el calendario en medio de las dos finales de Copa del Rey consecutivas que debían disputar -la primera ya la habían perdido-, en el caso de los vitorianos se trataba de un duelo dramático a vida o muerte.

Tras haber sido sonrojado por el Celta (1-3) una semana antes en Mendizorroza y con un paupérrimo balance de un punto sumado de veintiuno posibles que había desplazado al Alavés hasta el último puesto de la clasificación y provocado el relevo en el banquillo -Calleja ocupó el lugar de Abelardo-, el equipo buscaba a la desesperada en San Mamés un último hilo de esperanza que lo mantuviese con vida.

Una reacción en la que no muchos confiaban considerando la nefasta deriva que arrastraba el conjunto del Paseo de Cervantes pero que, afortunadamente, comenzó a fraguarse en Bilbao. Ante un Athletic plagado de suplentes -Marcelino reservó a los titulares para la Copa- y sin apenas tiempo para comenzar a transmitir su ideario, Calleja rescató un empate que se convirtió en el valioso punto de partida en el camino hacia la salvación.

Unas tablas que fueron posibles, muy especialmente, gracias a la extraordinaria actuación de Fernando Pacheco, que volvió a sacar brillo a su aureola de santo para desbaratar varias oportunidades clarísimas de los delanteros rojiblancos y volver a colocar el candado a su portería después de siete jornadas. Ese punto se convirtió en el combustible que permitió prender la mecha de la reacción del Glorioso y alimentarla hasta certificar la permanencia en la penúltima jornada del curso.

Casi medio año después, la situación no es tan dramática en el regreso del Alavés a San Mamés, aunque lo cierto es que la cita de este viernes aparece también revestida de un halo de trascendencia para el combinado vitoriano. Porque pese a que la victoria del pasado sábado sobre el Atlético de Madrid ha rebajado de manera significativa el nivel de presión sobre el equipo y especialmente sobre el trabajo de Javi Calleja, lo cierto es que el derbi se presenta como la ocasión ideal para ratificar el importante paso adelante mostrado este fin de semana.

Volver a las andadas y reeditar los muchos errores que propiciaron las cinco derrotas consecutivas que encajó el plantel gasteiztarra en el arranque del ejercicio, por el contrario, supondría un peligroso paso atrás y reabrir la puerta por la que podrían volver a colarse demasiados fantasmas.

De esta manera, el Alavés debe tratar por todos los medios de dar continuidad a la evidente mejoría experimentada en su comparecencia ante el Atlético. Mantener la intensidad y la recuperada seguridad defensiva se antoja fundamental para poder tener opciones de regresar a casa con algo positivo en el equipaje.

Si en cambio los brotes verdes que aparecieron el sábado en Mendizorroza se marchitan a las primeras de cambio los problemas volverán a ser los poco deseables compañeros de viaje del cuadro albiazul. La victoria sumada ante el vigente campeón liguero le ha servido para recuperar la esperanza y mostrarse a sí mismo la senda por la que debe transitar para alcanzar un año más el objetivo de la permanencia pero ni mucho menos le ha puesto a salvo del peligro.

El equipo necesita aumentar su cosecha de puntos cuanto antes para recuperar el mucho terreno perdido en el pésimo arranque de la temporada y no puede permitirse el lujo de dejar pasar de largo oportunidades de hacerlo. San Mamés, por lo tanto, se presenta como la ocasión ideal para regresar al pasado y reencontrarse con el positivo inicio de la etapa de Javi Calleja al frente del Glorioso y arrancar con las mismas sensaciones la versión 2.0 de su mandato.

Emfermería. El Alavés completó ayer la primera sesión de trabajo de la semana y lo hizo con una buena noticia. Y es que Javi López pudo participar con total normalidad en el entrenamiento que dirigió Javi Calleja. El joven lateral izquierdo canario ha dejado atrás ya definitivamente la rotura muscular que le ha mantenido en el dique seco las últimas semanas y vuelve a estar en condiciones de ser utilizado por el técnico. El futbolista insular, en cualquier caso, es el único que por el momento ha podido abandonar la enfermería de Ibaia, donde todavía permanecen el resto de compañeros que arrastran diferentes lesiones. Es el caso de Lejeune, con problemas en el tobillo, Edgar Méndez, con un golpe en la rodilla, y Pere Pons, con una lesión muscular.

Amistoso contra Osasuna. Por otro lado, el club anunció ayer que el próximo viernes 8 de octubre disputará un encuentro amistoso contra Osasuna aprovechando el parón de la Liga para la disputa de los compromisos internacionales de las selecciones. El partido arrancará a las once de la mañana en las instalaciones de Tajonar y solo podrán acceder socios del conjunto navarro.