- Está a punto de cumplirse ya un mes desde que la pasada liga bajó el telón de manera definitiva y el inicio del trabajo de pretemporada está a la vuelta de la esquina para muchos de los equipos. Sin embargo, resulta harto difícil llegar a esa conclusión si se atiende a las sensaciones que transmiten los protagonistas de la competición. Porque lejos de encontrarse a falta únicamente de los retoques finales para afrontar el curso venidero, la realidad es que la fisonomía de los equipos apenas ha variado respecto a la que mostraban semanas atrás.

Ello se debe en gran parte a la enorme parálisis que está afectando al tradicionalmente intenso mercado veraniego. Un zoco que, sin embargo, ya lleva un tiempo adaptándose a los nuevos tiempos. Si tradicionalmente el cierre de una campaña suponía el pistoletazo de salida para una cascada de movimientos prácticamente inmediata, los ritmos se han ralentizado muchísimo en la actualidad.

Ni siquiera la conveniencia de adornar las campañas de socios con alguna incorporación de campanillas consigue arrancar unos engranajes anquilosados. Más todavía en el momento actual en el que la pandemia y sus importantes consecuencias económicas y sociales han situado a todos los clubes frente a un horizonte totalmente nuevo.

Con las arcas bajo mínimos y la incertidumbre como inevitable compañera de viaje, las entidades -y los propios futbolistas- se piensan al máximo hasta el más mínimo movimiento y ello provoca que, salvo contadas excepciones, los esperados fichajes no lleguen. Todos los implicados tratan de apurar al máximo los plazos lo que, a buen seguro, llevará a que se acumulen semanas de escasez hasta que, un primer paso desencadene un movimiento en cadena que permita recolocar las piezas en sus nuevos destinos.

Hasta entonces, las diferentes secretarías técnicas deben armarse de paciencia y templar los nervios al máximo a la espera de que sea el adversario de turno quien primero ceda. Un juego en el que el Deportivo Alavés tiene experiencia y que de nuevo volverá a poner en práctica un Sergio Fernández que hasta ahora solo ha podido oficializar el fichaje de Toni Moya y el regreso de Carlos Isaac.

Por otro lado, el que fuera entrenador albiazul en el arranque del pasado curso, Pablo Machín, se ha comprometido con el Al-Raed de Arabia Saudí para el próximo ejercicio. Además, el joven central luso Joao Silva seguirá cedido una temporada más en el Istra croata.