Se llama Fernando Villar Nieto, tiene 19 años y ha jugado en el juvenil A del Levante las dos últimas temporadas. Además, es vitoriano. No obstante, pese a su breve estancia en tierras valencianas, este curso le han elegido como segundo capitán y ha conseguido escribir junto a sus compañeros una nueva página en la historia del cuadro granota, que ha salido vencedor por primera vez de su grupo de la División de Honor y ahora, a partir del domingo, competirá con los mejores equipos juveniles de toda España por alzarse con la Copa de Campeones.

"Ganar la liga era nuestro objetivo y estamos muy contentos por haberlo logrado. También lo fue el año pasado, pero el parón debido al covid-19 nos arrebató esa oportunidad, cuando íbamos segundos y acechábamos al Villarreal, y esta temporada la hemos empezado con esa espinita clavada. Por fortuna, hemos competido bien y nos la hemos quitado", explica Villar Nieto.

Tras superar en la competición local a canteras tan potentes como la del Valencia o la del propio submarino amarillo, el Levante arrancará su andadura en el Estatal enfrentándose al Barça, campeón del grupo 3: "Hemos tenido la suerte de coincidir con rivales que nos han exigido mucho y contra los que hemos demostrado un gran nivel. Vivimos el sorteo todos juntos y tuvimos claro que, tocara lo que tocara, saldríamos a por todas sin achantarnos".

Se aficionó al fútbol gracias a su aita, que desde muy pequeño le contagió su pasión por el deporte rey, y dio sus primeros pasos en el Lakua. Luego pasó por el Aurrera, aún convenido rojiblanco, y eso le permitió participar en las sesiones de la escuela de tecnificación del Athletic -y jugar algún torneo con los vizcaínos-. Más tarde, cuando el conjunto de Olaranbe pasó a formar parte de la estructura albiazul, fichó por el infantil B del Alavés. "Estuve en el Glorioso durante cinco años -hasta la categoría juvenil-. Durante el verano de 2019, Sergio Fernández y los dirigentes de la cantera, que siempre han tenido un trato ejemplar conmigo, me ofrecieron renovar por dos años, pero el Levante me brindó la oportunidad de cambiar de aires y, después de mucha reflexión, decidí abandonar mi zona de confort, pegar un cambio drástico y afrontar nuevos retos", apunta.

Esa decisión, lógicamente, tuvo sus consecuencias. Se marchó a Valencia solo, dejando a su familia en Legutio, y ha vivido estas dos últimas temporadas en la residencia de la ciudad deportiva del Levante: "La convivencia con mis compañeros y con los tutores me ha hecho crecer como persona. No ha sido fácil, sobre todo al ver que muchos podían ver a sus familias porque las tenían cerca, pero esta experiencia me ha servido para madurar".

Fer ha tenido la oportunidad de formar parte de dos canteras de Primera División y, aunque no tiene queja sobre ninguna, sí que le han parecido diferentes. "Yo viví en el Alavés la transición de Segunda a la élite. Vi cómo el club y su estructura crecían con el ascenso. Cuando llegué al Levante, ese proceso ya se había hecho. Me pareció que estaban más asentados como equipo de la máxima categoría. Aun así, he de confesar que ambos trabajan muy bien la cantera", expresa.

Por otro lado, futbolísticamente se define a sí mismo como un central "contundente" y con "buen juego aéreo". Además, le gusta salir con el balón jugado: "Al haber vivido el mejor momento de la selección española, mis principales referentes son Piqué y Ramos. Eso sí, también me gusta mucho Laguardia, que tiene unas características muy similares a las mías".

Su admiración por el káiser nace, obviamente, de su etapa como albiazul. Y es que, aunque ya no esté en Vitoria, cinco años en Ibaia dan para mucho. Incluso para contagiarse de la pasión alavesista. "Mi etapa en el Glorioso. El ambiente de Mendizorroza y los cánticos de Iraultza me generaron un sentimiento que me va a acompañar esté donde esté", confiesa.

Finalmente, aunque su andadura en el mundo del fútbol haya transcurrido satisfactoriamente hasta ahora, Fernando Villar es muy consciente de que su "sueño" puede acabar sin previo aviso. Por ello, los estudios siguen siendo una prioridad para él y, tras finalizar bachillerato el año pasado, ahora estudia Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad Católica de Valencia.