Vitoria - Seis meses después de que el Alavés lo despidiese a falta de únicamente cuatro jornadas para la conclusión de la pasada temporada, Asier Garitano regresa a los banquillos. Lo hace, además, para regresar a la que considera su segunda casa y reencontrarse con el club que lo catapultó al escaparate futbolístico. Claro que en la actualidad la situación es bien diferente a la que dejó el de Bergara cuando dijo adiós a la entidad pepinera. Entonces disfrutaba del mejor momento de su historia tras haberse estrenado en la Primera División.

Ahora ha regresado a la categoría de plata, donde camina con paso irregular en la sexta posición a once puntos de los puestos de ascenso directo, lo que ha provocado la destitución de José Luis Martí. Garitano, por su parte, también ha sufrido cambios y acude a su plaza talismán para intentar repetir el sueño tras fracasar en sus experiencias en la Real Sociedad y El Glorioso.

Lo hace algo menos de tres años después de su salida de Butarque con el anhelo, cuanto menos, de igualar lo logrado en su anterior etapa. No es poca cosa si se tiene en cuenta que de su mano los madrileños crecieron hasta donde nunca antes lo habían hecho desde su fundación, no solo deportivamente sino también en otros aspectos. El entrenador se convirtió para la masa social en una de las figuras más visibles del milagro gracias a su sencillez, su identificación con una ciudad en la que es Hijo adoptivo y un discurso que invitaba a creer por encima de lo imaginable para muchos.

Ahora Asier Garitano se pondrá al frente de una plantilla en la que siguen viejos conocidos de su anterior etapa como son Pichu Cuéllar, Unai Bustinza, Rubén Pérez y un Javier Eraso al que ha dirigido en tres categorías diferentes. Además contará con futbolistas de gran cartel en la categoría de plata, a los que podría sumarse algún otro antes del cierre del mercado de invierno. Para ello tendrán que darse salidas y deberá replicarse contrarreloj la buena conexión que parecía haber entre el entrenador y la dirección deportiva. Esta facilitó en el pasado la llegada de hombres que acabarían siendo clave, muchos de ellos procedentes de la cantera del Athletic de Bilbao.

Finiquito pendiente

Así las cosas, sin tiempo que perder comienza una nueva era para ambas partes. Una etapa que Asier Garitano arrancará con flecos pendientes todavía de su paso por el Deportivo Alavés. Porque el preparador guipuzcoano y el club albiazul aún no han resuelto el contencioso que mantienen por el finiquito de su contrato con la entidad del Paseo de Cervantes. La indemnización propuesta por el club no satisfizo al técnico, que consideró que los términos del acuerdo antre ambas partes le hacían acreedor a una cantidad sensiblemente superior, por lo que acudió a los tribunales, donde ambas partes están citadas el próximo mes de abril.