La hazaña del Alcoyano, equipo de Segunda División B que consiguió el pasado miércoles eliminar a todo un Real Madrid en dieciseisavos de Copa del Rey por 2-1 en la prórroga, tuvo un cierto sabor albiazul, no solo por los colores que viste el conjunto alicantino, también porque un exalavesista como Julián Cerdá, más conocido como Juli, fue protagonista.

El atacante de 39 años militó en las filas del Deportivo Alavés entre 2014 y 2016, convirtiéndose en uno de los héroes del regreso a Primera División, y actualmente juega en el Alcoyano, el equipo de su ciudad. El pasado miércoles ingresó al terreno de juego en el minuto 60, cuando el Madrid ganaba 1-0, y participó en la épica remontada local. Con la alegría aún a flor de piel y el móvil a punto de explosionar por todos los mensajes de felicitación, atiende a NOTICIAS DE ÁLAVA para describir la hazaña y rememorar su pasado albiazul.

¿Qué se siente al eliminar con el equipo de su ciudad a un Real Madrid que acabó jugando con un hombre más y sus mejores futbolistas sobre el césped?

-Imagínese. Teníamos muy pocas posibilidades, tienen que darse muchos factores diferentes en el mismo partido para poder ganar, pero fueron pasando los minutos y se dieron. Estoy contentísimo por el equipo y por la gente de Alcoy, que lo está pasando especialmente mal por la pandemia y que, aún sabiendo que el fútbol es lo más importante entre lo menos importante, por un momento pudo dejar de lado esas situaciones dolorosas y disfrutar de la gesta por televisión. Es una pena que no lo hayamos podido vivir con nuestra afición en la grada, habría sido una noche mágica, pero, como decía, estamos pasando por un momento complicado y no queda otra que afrontarlo de esta manera.

¿Impone medirse con Benzema, Kroos, Marcelo, Hazard y compañía o después de tantos años jugando ya no siente presión?

-Evidentemente te estás enfrentando a los mejores futbolistas del mundo, pero yo me lo tomo como mi trabajo. Por explicarlo de algún modo, ellos vienen aquí a robarle el pan a mis hijos y yo tengo que intentar por todos los medios que no lo consigan. Una vez que empieza el partido sé desconectar, me da lo mismo que sea Marcelo quien esté delante, si le tengo que decir cuatro cosas se las diré. En el equipo hay también jugadores muy jóvenes y forofos del Madrid, es normal que les imponga, al final somos seres humanos.

¿Estos partidos con tanta diferencia entre un equipo y otro se preparan de alguna manera especial?

-No, ha sido una semana muy tranquila para nosotros e intensa en cuanto a ilusión. No hemos preparado nada que no preparemos en cualquier otro partido de liga. El día anterior ves el vídeo y te preguntas: ¿Qué hago yo para parar a estos? Es surrealista. Luego a la hora de jugar intentas olvidar a quién te estás enfrentando para poder jugarles de tú a tú.

¿Diría que es el momento más feliz de su carrera o se queda con los ascensos a Primera con el Alavés y el Rayo Vallecano?

-He tenido la suerte de vivir momentos muy felices deportivamente. Es cierto que eliminar al Real Madrid es una hazaña increíble, pero yo soy muy feliz haciendo mi trabajo, soy muy apasionado con lo que hago y disfruto cuando gano. Si hubiéramos perdido habría sido una fiesta igualmente, entra dentro de lo previsible, pero yo me habría ido enfadado a casa.

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El paso de Juli por el Alavés, en imágenes

¿Qué recuerdos tiene de su etapa en Vitoria?

-Muy buenos, la verdad es que de los mejores, si no los mejores. Me reencontré con el fútbol y el último año fue sencillamente espectacular. Formamos una familia maravillosa y a partir de ahí todo vino rodado. He dejado muchos amigos en Vitoria, vecinos de la urbanización en la que vivía, del Manaos... Gente de máxima confianza. Seguimos viéndonos en verano, cuando subimos a Vitoria o bajan ellos a Alcoy. Es una ciudad espectacular, una gastronomía excelente... Fueron dos años brutales para mí y para mi familia.

Aquí coincidió con Pacheco, Manu García y Laguardia, que ahora son referentes del club.

-La verdad es que no merecen menos. Me alegro muchísimo de todo lo que han conseguido. Han trabajado muy duro para llegar ahí y para mantenerse, que es lo más complicado. El otro día llamé a Pacheco para felicitarle por su número de partidos y, aunque al final con la distancia pierdes contacto, sabes que cuando les llamas por teléfono siempre están ahí y con eso es con lo que me quedo.

Por lo que me cuenta, sigue de cerca la actualidad del Alavés, ¿no?

-Sí, mi admiración hacia el club es máxima. Sigo al equipo y a todo lo que rodea a la ciudad. Incluso me hice seguidor del Baskonia cuando estuve allí a pesar de que nunca me ha gustado el baloncesto. Ahora el Alavés está pasando por un momento complicado, ojalá las cosas cambien ahora con la llegada de Abelardo y la temporada tenga el mismo desenlace que en su anterior etapa.

¿Se le quedó la espinita de no poder debutar en Primera División después de ascender con el Deportivo Alavés?

-Esa es la pregunta del millón. Sinceramente, no soy de quedarme con la espinita o de guardar rencor. Yo intento tener controlado lo que depende de mí, intento no desgastarme en exceso con lo que no depende de mí. Me hubiera encantado seguir, porque estaba muy a gusto, pero las circunstancias se dieron de ese modo. Yo solo tengo palabras de agradecimiento para Vitoria y para el Deportivo Alavés.

En agosto cumple 40 años. ¿Cuánto fútbol le queda?

-Me gustaría seguir jugando hasta que el cuerpo diga basta. Soy consciente de que cada vez me queda menos, pero soy de los que piensa que mientras el físico responda se puede seguir. Yo estoy tranquilo y muy ilusionado. El fútbol es mi vida, mientras el club y yo veamos conveniente seguir juntos, por mi parte no habrá ningún problema.

"Me habría gustado seguir y jugar en Primera, pero no dependía de mí y no guardo rencor, mi admiración hacia el Alavés es máxima"

"Soy feliz y apasionado con mi trabajo, si hubiéramos perdido, habría sido una fiesta igualmente, pero me habría ido enfadado a casa"