- El Alavés tratará de aprovechar en su transcendental duelo de mañana contra el Sevilla dos factores que parecen jugar a su favor a priori. Por un lado los precedentes históricos que sonríen al combinado albiazul y, por otro, el mayor cansancio que puede afectar a los hispalenses tras tener que hacer frente a una prórroga en su duelo copero del sábado -por la noche- ante el Leganés y al desplazamiento hasta Vitoria.

Al igual que El Glorioso, el plantel de Julen Lopetegui se ejercitó ayer en su ciudad deportiva para comenzar a preparar una cita que no le trae demasiados buenos recuerdos. Y es que el Sevilla sólo ha ganado tres de los dieciséis encuentros oficiales (el 19 %) que ha disputado en Mendizorroza, cosechando además seis empates (38 %) y siete derrotas (43 %).

Una de las seis igualadas conseguidas por el conjunto del barrio de Nervión en la capital alavesa, en cualquier caso, posee un gran valor en la historia del Sevilla, pues fue el 1-1 (marcaron el local Iriondo y el visitante Raimundo) que permitió a los andaluces clasificarse para su segunda final de Copa, la ganada en 1939, al hacer bueno en Vitoria el 6-5 de la ida.

La primera victoria sevillista en el campo del Alavés (0-2) fue en su sexta visita, en la Liga 1968-69 de Segunda División, cuando los goles de Lebrón y Canito dieron el triunfo al equipo entrenado por Juan Arza.

Las dos únicas veces que el combinado hispalense ha vencido en Mendizorroza en Primera División han reflejado marcadores mínimos. El logrado con un gol de Javi Casquero en la temporada 2001-02 -en un encuentro marcado por la polémica que le costó perder el liderato al Glorioso- y el 0-1 gracias a un tanto de Joan Jordán en la cuarta jornada de la pasada campaña.

Este último precedente será sin duda una una motivación añadida más para el conjunto de Abelardo, que no puede dejar pasar de largo la oportunidad de comenzar su imprescindible reacción lo antes posible.