- Abelardo Fernández arrancó ayer su segunda etapa en el Deportivo Alavés de la peor manera posible, con la derrota más dolorosa de lo que va de temporada y posiblemente la más dolorosa del asturiano como técnico del Alavés. El Pitu siempre ha aterrizado con el pie derecho en todos los equipos profesionales en los que ha militado, sumando dos victorias y un empate en sus estrenos con el Alavés, el Sporting y el Espanyol. No tuvo la misma fortuna ayer, algo que tampoco sorprende teniendo en cuenta lo extraña que está siendo la actual temporada para el Alavés.

Si aterrizó en Vitoria con la confianza de disponer de una plantilla competitiva, ayer se encontró con un escenario muy diferente al que esperaba. En su primera etapa como albiazul, el asturiano cambió la dinámica del conjunto gasteiztarra desde el primer momento. A muchos se les quedó fijada en la retina aquella remontada contra el Girona en Montilivi en la temporada 2017-18. El combinado catalán comenzó adelantándose en el marcador con goles de Stuani y Juanpe, pero el Alavés sacó su orgullo en los últimos minutos y logró darle la vuelta al marcador con un hat-trick de Ibai Gómez. Ayer ocurrió todo lo contrario, el Glorioso no demostró ninguna capacidad de reacción y cayó estrepitosamente contra un equipo de menor categoría. Con una plantilla con muchos titulares, los jugadores albiazules no demostraron un cambio de actitud respecto a lo vivido hasta el momento con Machín.

De hecho, bajaron la cabeza tras encajar el primer gol, volvieron a jugar con un jugador menos -ya van siete veces esta temporada- y se vieron superados en todas las disputas de balones divididos. Poco tuvo que ver el Alavés de ayer con el de Girona tres años atrás, y mucho menos con el equipo que fue durante el año y medio que permaneció Abelardo en la entidad albiazul.

Tras el descalabro de ayer, el Pitu deberá ponerse manos a la obra desde hoy mismo para poder revertir la situación y evitar que lo sucedido contra el Almería se repita y lograr que el Alavés vuelva a parecerse al de la primera etapa del técnico. Para ello, su primer objetivo debe ser levantar la moral de sus futbolistas y conseguir que recuperen la intensidad y la garra. A partir de ahí podrá empezar a introducir conceptos tácticos y lograr que el equipo tenga un estilo de juego reconocible, pero sin el compromiso e implicación de los futbolistas será imposible. La tarea será complicada, no solo por el panorama que se ha encontrado, también por la imposibilidad actualmente de traer fichajes y lo apretado del calendario debido a la pandemia. El asturiano solo tendrá tres días para cambiar las cosas antes de recibir al Sevilla el martes.

En su anterior etapa en Vitoria el asturiano arrancó con una épica remontada al Girona, muy distinta a la imagen ofrecida ayer