- Cuando el pasado 23 de agosto, en el minuto 96 del encuentro de vuelta de la eliminatoria de ascenso frente al Girona, Pere Milla consiguió alojar el balón en el fondo de la red catalana, el Elche certificó su agónico regreso a la máxima categoría, convirtiéndose en el último pasajero de la Primera División. Una situación que, evidentemente, le situaba en franca desventaja respecto a sus adversarios, que ya tenían asegurado su billete desde hacía tiempo. Sin embargo, esta tardanza del conjunto alicantino no se ha traducido en un lastre a la hora de encarar el siguiente ejercicio.

Másbien todo lo contrario. Porque pese a que la inesperada demora con la que se resolvió la fase de ascenso le obligó a arrancar mucho después que el resto de sus rivales, la entidad franjiverde se ha convertido en el inesperado gran animador del mercado estival que concluyó el pasado día 5. En una ventana marcada fundamentalmente por la prudencia y las restricciones económicas derivadas de la irrupción del coronavirus, el próximo adversario del Deportivo Alavés no ha tenido problemas para renovar casi por completo su vestuario.

Y es que nada menos que catorce han sido las incorporaciones que ha cerrado el Elche para intentar afrontar con garantías su regreso a la Primera División. Una cifra que, por ejemplo, contrasta significativamente con los cinco fichajes que han llegado hasta Mendizorroza. Al cuadro ilicitano le costó un par de semanas oficializar su primer refuerzo pero, una vez roto el hielo, aceleró a fondo y apuró al máximo sus posibilidades. De esta manera, en la última y habitualmente frenética última jornada del mercado cerró nada menos que cuatro incorporaciones. No contento con eso, su último fichaje -Diego González- llegó una vez bajado el telón de forma oficial. Al tener todavía fichas profesionales disponibles, el Elche recurrió a la posibilidad que concede el reglamento de hacerse con jugadores en paro para fortalecer un eje de la zaga que se había quedado escaso de piezas.

Tras esta última operación, la escuadra alicantina ha quedado integrado por 24 profesionales, catorce recién llegados y una decena de supervivientes del ascenso. Seis de los refuerzos -Sánchez Miño, Lucas Boyé, Guido Carrillo, Iván Marcone, Diego Ruso Rodríguez y Emiliano Rigoni- son argentinos y esta es precisamente otra de las grandes señas de identidad de un conjunto con claro acento sudamericano. Ello se debe fundamentalmente a que su accionista mayoritario, el representante argentino Christian Bragarnik, ha apostado por compatriotas suyos para sacar adelante el proyecto. Comenzando por el banquillo, que ha confiado a Jorge Almirón tras no darle continuidad a Pacheta, artífice del ascenso el pasado curso.

El nuevo técnico ha recurrido a viejos conocidos para armar su proyecto. Es el caso, por ejemplo, de Marcone, Ruso Rodríguez o el colombiano Jeison Lucumí. No solo del Viejo Continente se ha nutrido este remozado Elche. Del fútbol nacional, campo dominado por la dirección deportiva encabezada por Nico Rodríguez, también han llegado numerosos refuerzos. La mayoría, tras jugar en Segunda División, como Raúl Guti, Tete Morente, Cifu, Luismi y Barragán. El primero es el fichaje más caro de la casi centenaria historia del club, que pagó cerca de cinco millones de euros al Zaragoza por su traspaso. Morente, por su parte, llegó del Málaga -donde también jugó el curso pasado Diego González, el último fichaje franjiverde- a cambio del pago de los 500.000 euros de su cláusula. Del fútbol francés, igualmente conocido por el secretario técnico, aterrizó cedido Youssouf Koné, lateral zurdo por el que el Olympique de Lyon desembolsó unos ocho millones el año pasado.

A estas incorporaciones se suman los diez supervivientes del inesperado ascenso conquistado el pasado 23 de agosto. Se trata de Edgar Badía, Gonzalo Verdú, Josema, Dani Calvo, Nuke Mfulu, Víctor Rodríguez, Josan, Fidel, Pere Milla y el incombustible Nino, que a sus cuarenta años vive el sueño de disfrutar de una temporada más en Primera División.

No se trata, sin embargo, de una moneda de uso común en este Elche que, muy al contrario, destaca por la inexperiencia de la mayoría de sus elementos. Porque nada menos que quince de sus integrantes (contando al entrenador Jorge Almirón) viven este curso su primera experiencia en la máxima categoría del fútbol español. Entre los otros diez componentes de la plantilla, además, la mayoría dispone de un expediente muy reducido en la Liga de las estrellas. De hecho, solo Nino, Víctor Rodríguez y Barragán han disputado más de cien encuentros en Primera División. Aún así, el cuadro ilicitano llegará a Mendizorroza con un balance más que satisfactorio de cuatro puntos logrados en los tres encuentros que ha disputado.

Caras nuevas. Contando al entrenador Jorge Almirón, son nada menos que quince los refuerzos que ha concretado el Elche para esta temporada.

Sabor argentino. El accionista mayoritario del club, el agente Christian Bragarnik, ha apostado por compatriotas suyos. Además del inquilino del banquillo, ha contratado a Sánchez Miño, Lucas Boyé, Guido Carrillo, Iván Marcone, Diego 'Ruso' Rodríguez y Emiliano Rigoni del país sudamericano.

Sin experiencia. Quince integrantes del equipo franjiverde viven su primera experiencia en la máxima categoría.

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Solamente diez jugadores de la actual plantilla del Elche estaban en la escuadra que consiguió el ascenso el pasado 23 de agosto. Se trata en concreto de Edgar Badía, Gonzalo Verdú, Josema, Dani Calvo, Nuke Mfulu, Víctor Rodríguez, Josan, Fidel, Pere Milla y el incombustible Nino, que a sus cuarenta años vive el sueño de disfrutar de una temporada más en Primera División.