- Desde hace ya casi un lustro, la figura de José Bordalás tiene reservado un hueco de honor en la centenaria historia del Deportivo Alavés. De su mano y de manera completamente inesperada para la gran mayoría, el equipo vitoriano conquistó el campeonato de la categoría de plata y, como feliz consecuencia, regresar a la Primera División para abrir una nueva etapa que, afortunadamente, todavía se mantiene vigente.

El éxito no le garantizó al preparador alicantino su continuidad en el banquillo albiazul y, todavía con las celebraciones por el ascenso frescas, fue destituido por Josean Querejeta. Ese despido interrumpió también la comunión que la afición experimentaba con el técnico cada vez que El Glorioso pisaba Mendizorroza. Aunque solo de manera física porque, en el espíritu, ambas partes continuaron profesándose una evidente devoción que han puesto de manifiesto cada vez que la vida ha vuelto a cruzar sus caminos desde entonces.

Y quizás este sentimiento puede explicar el curioso expediente que presenta Bordalás en sus visitas al Paseo de Cervantes, en las que siempre se ha comportado como un buen amigo que no quiere importunar demasiado a su anfitrión. Una racha que, evidentemente, el combinado gasteiztarra tratará de prolongar este fin de semana. Porque la estadística histórica desvela que en ninguna de las ocasiones en las que el alicantino ha ocupado el banquillo visitante de Mendizorroza ha podido llevarse el triunfo.

Han sido en concreto seis los duelos contra el Alavés en Vitoria y el balance refleja tres victorias locales y tres empates. La primera de estas citas tuvo lugar el 1 de marzo de 2014, en la 28ª jornada del campeonato de Segunda División, y el actual entrenador del Getafe llevaba el timón del Alcorcón. Un gol de Guzmán Casaseca en el minuto 49 estableció el 1-0 definitivo. La temporada siguiente de nuevo se encontraron los mismos protagonistas en el undécimo capítulo liguero y entonces los noventa minutos se completaron con tablas en el marcador. Manu Barreiro adelantó a los albiazules en el 54 y David Rodríguez firmó el 1-1 en el 74.

Tras devolver al Glorioso a la máxima categoría, Bordalás no regresó al escenario de uno de sus mayores éxitos hasta el curso 2017-18. Pero lo hizo por partido doble. Primero en la eliminatoria de dieciseisavos de final de la Copa del Rey y en la 31ª jornada de Liga después. En ambos casos la victoria se quedó en casa. 3-0 (con dos goles de Munir y uno de Bojan) en el torneo del K.O. y 2-0 (Laguardia y Munir) en el de la regularidad. En la campaña 2018-19 regresó el equilibrio a esta particular serie de enfrentamientos. En la sexta jornada Amath adelantó a los madrileños en el minuto 80 y, cuando parecía que nada impediría ya la primera victoria de Bordalás como visitante, Jonathan Calleri obró el milagro en el 93.

El último capítulo hasta ahora se escribió hace poco. Concretamente el pasado 13 de julio, en la antepenúltima jornada del pasado ejercicio. Con El Glorioso con el agua al cuello para escapar del infierno del descenso y el Getafe apurando sus opciones de volver a clasificarse para una competición europea, ambos acabaron dando por bueno un empate sin goles que, en el caso de los gasteiztarras, permitió certificar una semana después la salvación en Sevilla con la inolvidable victoria sobre el Betis.

Este sábado José Bordalás se sentará una vez más en el banquillo visitante del Paseo de Cervantes, de nuevo a los mandos del Getafe. Aunque se trata únicamente del tercer episodio de la actual temporada, el Alavés necesita estrenar su casillero de puntos cuanto antes y no puede permitirse nuevos errores. Para ello, intentará por todos los medios que el preparador alicantino continúe siendo un buen amigo.