- Lo normal es comenzar los edificios por sus cimientos y en el fútbol los entrenadores sitúan en el sistema defensivo ese pilar sobre el que construir un proyecto, pero las circunstancias, en este caso las marcadas por el ritmo del mercado o de los recursos con los que ya se contaba de antemano, provocan en ocasiones que otras demarcaciones sean las que se completen con mayor celeridad. Es el caso de un Alavés que vive pendiente de contrataciones en casi todas sus líneas, pero que cuenta ya con su vanguardia perfectamente definida de cara. Pablo Machín tiene un cuarteto de atacantes de perfiles muy variados que le van a permitir mover y permutar piezas a su antojo dependiendo de las necesidades de cada momento.

Asegurada salvo sorpresa mayúscula la continuidad de la pareja de referencia conformada por Joselu y Lucas Pérez, era evidente que se precisaba de un recambio de garantías para los dos gallegos. Por mucho que estén llamado de nuevo a llevar el peso, lo que no se podía permitir es que de nuevo no existiesen alternativas. De ahí el fichaje de un Deyverson que asegura, capacidad goleadora al margen, muchísimo trabajo. Y, por si fuera poco, el propio preparador soriano se ha encargado de completar esa posición con la transformación de Borja Sainz en delantero, siendo otro más de los futbolistas que están aprendiendo a expresarse en una zona nueva.

Dentro del libreto de Machín, las opciones en el ataque pasan por una doble punta o por la presencia de dos enlaces por detrás del nueve. El 3-5-2 o el 3-4-2-1 son los dibujos sobre los que se mueve y en cualquiera de los dos casos Joselu va a ser al ariete puro. Por su capacidad para descolgar balones, dar continuidad a las jugadas, atraer la atención de los defensas y de resolver en el área, el de Silleda será de nuevo fundamental.

A su vera, un Lucas Pérez al que se le pedirá gol, pero, sobre todo, cerebro. A la espalda del punta y partiendo de zona de tres cuartos, su labor no será tanta la de pelear como la de crear. Juego de cara a partir de tres cuartos de campo, con la idea de que dinamice la circulación del balón para buscar los desdoblamientos de los carrileros o la conexión con el nueve y llegar al área desde segunda línea, aprovechando también sus caídas al costado derecho para buscar la portería con disparos a pierna cambiada.

Deyverson viene a redoblar la apuesta por un delantero clásico que ofrezca pelea con las defensas rivales y despliegue físico. Puede suplir a Joselu en esas tareas porque en el juego aéreo también es un portento -eso sí, le falta la calidad en la continuación del gallego-, pero también formar pareja con él en caso de apostar por un fútbol más directo.

La cuarta pata de la mesa es un Borja Sainz que está en fase de adaptación a una nueva demarcación. Si en la cantera del Athletic era lateral y en Ibaia se convirtió en extremo, a las órdenes de Machín ha pasado a ser delantero y ya ha tenido minutos tantos en la doble punta como en la pareja de mediapuntas. El vizcaíno ofrece un perfil completamente diferente: pequeño, rapidísimo y muy móvil. Unas características que le tienen que servir para convertirse en un puñal en los contragolpes y también tratar de aprovechar los balones que descuelguen del cielo los delanteros para buscar profundidad en el ataque.

Trabajando durante la pretemporada con este cuarteto sigue también un John Guidetti al que el club busca salida de manera desesperada en este complicado mercado. El riesgo de que el sueco se acabe quedando en Vitoria es evidente por las dificultades que hay para colocarlo en un nuevo destino sin perder mucho dinero y el preparador soriano ya lo ha probado durante la pretemporada, siendo un jugador que, si física y mentalmente está en su sitio, también puede aportar cosas interesantes.

Para completar todo este entramado, en los equipos de Machín siempre ha existido la figura de un centrocampista de calidad que aporte buenos pases y llegada desde segunda línea. Como integrante de la tripleta de medios en el 3-5-2 o como uno de los mediapuntas dentro del 3-4-2-1. El problema es que el talento vale mucho dinero y escasea, aunque el club ya ha realizado gestiones en ese sentido para tratar de encontrar un motor que dinamice el ataque.