Pamplona. La pretemporada del Deportivo Alavés ha vivido su segundo capítulo en forma de amistoso y las sensaciones son parecidas en todos los sentidos a las que se vivieron el pasado miércoles ante el Huesca. Hasta el resultado, 2-1 en contra, se ha repetido ante un Osasuna que ha sabido castigar los desajustes, lógicos en estos momentos, de un cuadro albiazul que tiene trabajo por delante para engrasar ese dibujo con tres centrales que utiliza Pablo Machín y que requiere de unos movimientos y una compenetración bastante diferente a la más tradicional defensa en línea de cuatro que suelen disponer otros entrenadores.

Por otra parte, durante unos cuantos minutos el conjunto vitoriano también ha evidenciado que en ataque va a ser muy peligroso con las llegadas de los carrileros por los costados (Edgar, que ha marcado el gol alavesista, ha estado muy bien) y ha descubierto que Lucas Pérez puede convertirse en el motor en zona de tres cuartos con su calidad en el pase. Mucho trabajo por delante todavía, con dos semanas aún hasta el arranque de la nueva temporada.

Si en el primer partido amistoso contra el Huesca Machín apostó por un dibujo 3-5-2, en Tajonar ha apostado por la otra variante táctica que suele utilizar habitualmente, con un solo delantero (Joselu) respaldado por detrás por dos mediapuntas, que han sido Lucas Pérez y Borja Sainz. Hacia atrás, pareja de pivotes, y los tradicionales dos carrileros y tres centrales.

Si en el estreno en Ibaia ya se pudo vislumbrar que el equipo necesita de muchas horas de trabajo táctico para ajustar el novedoso entramado defensivo, a las primeras de cambio Osasuna ha reafirmado esa necesidad perentoria. Un cambio de orientación de banda a banda de Chimy Ávila ha dejado a Adrián López solo para encarar a Tachi, al que ha desbordado con suma facilidad para sacar un disparo ajustado a la base del palo que ha supuesto el 1-0 a los siete minutos de juego.

Ese sufrimiento atrás contrasta con la facilidad que el equipo ha mostrado para llegar con peligro arriba. Si ante el Huesca Edgar ya evidenció su peligro con todo el carril, su conexión con Lucas en el costado derecho ha hecho mucho daño, aprovechando la debilidad rojilla en esta zona con Iñigo Pérez ejerciendo de improvisado lateral y el joven Oroz por delante. Su primera internada la ha resuelto el tinerfeño con un mal centro, pero en la segunda, tras sensacional pase al espacio del coruñés, ha definido a la perfección para empatar a los 15 minutos de disparo cruzado.

Las apariciones de Lucas en esa zona de tres cuartos han sido siempre sinónimo de peligro. Cerca del área y atrayendo la atención de la defensa rojilla, el gallego ha estado muy preciso en pases que han puesto a sus compañeros en situaciones ventajosas. Así ha sucedido con Joselu, gris en su actuación y al que se ha adelantado Aridane cuando encaraba ya la portería. Lo mismo que le ha pasado a Pons en una carrera tras robarle el balón a Vidal que ha solucionado Moncayola.

Si hacia el ataque se ha ido con peligro, en defensa el Alavés ha sufrido. Y bastante. Demasiadas facilidades se ha encontrado el equipo de Arrasate, aunque le ha fallado la puntería más allá del gol inicial de un Adrián activo y amenazante, tanto como bullicioso Ávila. Un disparo lejano de Moncayola, un cabezazo de Aridane y un remate desde la frontal de Brasanac han sido ocasiones claras, pero todas ellas han salido desviadas y las tablas se han mantenido al descanso.

Si el pasado jueves cambió a su equipo al completo tras el intermedio, en esta ocasión Machín solo ha variado a los tres centrales. Y a las primeras de cambio ha disfrutado de su primera ocasión en una nueva aparición de Lucas, que no ha atinado en su centro. En el otro lado, tampoco Javi Martínez ha definido bien en una nueva desconexión de una zaga que precisa de puesta a punto, pero el remate defectuoso del joven rojillo ha sido suficiente para superar a Pacheco y poner el 2-1 en el marcador.

A partir del segundo tanto local, el partido ha decaído por completo en su ritmo. Los jugadores de mayor calidad alavesistas han ido desapareciendo del campo y la continuidad con el balón ha desaparecido. Tampoco se puede decir que Osasuna haya estado mejor, ni mucho menos. Además, Machín se ha visto obligado a una recomposición inesperada con la salida de Ximo, lesionado, lo que ha propiciado que en los minutos finales el equipo haya estado plagado de mediocentros (la recomposición final ha dejado el dibujo en un 4-2-3-1) y carente de explosividad más allá de las apariciones de un Borja Sainz que ha completado el partido entero. En resumen, fallos ya conocidos que hay que seguir puliendo, sobre todo en el apartado defensivo, y segunda derrota de la pretemporada que tiene que servir para trabajar en la puesta a punto de cara al arranque del curso en solo dos semanas.

OSASUNA (2): Juan Pérez (Rubén, m. 45); Vidal (Roncaglia, m. 45), Aridane (Unai García, m. 45), Navas (Oier, m. 45), Iñigo Pérez (Rubén García, m. 45); Córdoba (Javi Martínez), Brasanac (Torró, m. 45), Moncayola (Torres, m. 45), Oroz (Barja, m. 45); Adrián (Villar, m. 45) y Ávila (Gallego, m. 45).

ALAVÉS (1): Pacheco; Tachi (Ximo, m. 45 y Javi Muñoz, m. 72), Ely (Laguardia, m. 45), Diéguez (Duarte, m. 45); Edgar (Martin, m. 60), Abdallahi (Blanco, m. 75), Pons, Javi López (Rioja, m. 60); Lucas Pérez (Sergi Pérez, m. 60), Borja Sainz; y Joselu (Guidetti, m. 60).

Goles 1-0, minuto 7: Adrián; 1-1, minuto 15: Edgar; 2-1, minuto 53: Javi Martínez.

Incidencias: Tajonar; a puerta cerrada.