- Ha tardado, pero a media tarde de ayer llegó por fin la confirmación oficial por parte del Deportivo Alavés de su primera contratación de cara a la temporada 2020-21. Eso sí, ni pilló por sorpresa a nadie, ya que la misma llevaba ya días encauzada, ni se trata de una cara completamente nueva. No en vano, la afición albiazul conoce ya a la perfección al primer fichaje para el curso venidero, pues el recién llegado Deyverson Brum Silva -llega cedido por el Palmeiras por un año- ya vistió la camiseta alavesista durante la campaña 2016-17, en la que fue una pieza fundamental en la permanencia del equipo de Mauricio Pellegrino en la campaña de su retorno a Primera División como principal referente ofensivo y formó parte del grupo que alcanzó la final de la Copa del Rey por primera vez en la historia de la entidad del Paseo de Cervantes. Si entonces el brasileño fue el punta de referencia, en el proyecto que liderará Pablo Machín desde el banquillo está llamado a complementar a la en el ataque a Lucas Pérez y Joselu, que la pasada campaña no tuvieron competencia.

A sus 29 años, Deyverson regresa de nuevo a Vitoria y a la competición española, en la que acumula una experiencia de dos temporadas y media. El brasileño ha sido un auténtico trotamundos desde que en 2012 abandonara el Gremio Mangaratibense de su país en el que se formó, para pasar desde entonces por Portugal (Benfica y Os Belenenses), Alemania (Colonia) y España (Levante y Alavés) antes de regresar a Brasil (Palmeiras) y emprender de nuevo el viaje transoceánico, primero el pasado mes de enero para enrolarse en el Getafe -el club madrileño tenía una opción de compra de 5,5 millones de euros en el contrato de préstamo, pero decidió no ejecutarla y el atacante abandonó el equipo el 30 de junio- y ahora de nuevo para retornar al Glorioso, otra vez, como en su anterior etapa cuando aún pertenecía al Levante, como cedido.

Todo un trotamundos que no destaca por ser un gran goleador -en Vitoria consiguió siete dianas en 32 partidos-, pero que asegura trabajo a espuertas. Batallador, con un físico espectacular y una capacidad de salto tremenda, se trata de todo un quebradero de cabeza para las defensas rivales y un gran dominador del juego aéreo, ya que no le importa pelearse, en el sentido literal de la palabra, con nadie. Eso sí, si sus virtudes son conocidas, también lo son sus defectos, entre los que se encuentra, al margen de cuestiones técnicas, una facilidad inusitada para meterse en todos los charcos posibles que le conducen a ser un futbolista muy castigado por los árbitros, que le tienen de sobra cogida la matrícula y siempre le castigan con mucha severidad.

Con la llegada de Deyverson, la dirección deportiva alavesista resuelve uno de los problemas más graves que tuvo la plantilla la pasada campaña: la falta de alternativas de garantías para Joselu y Lucas Pérez. Todo hace indicar que los dos delanteros gallegos continuarán siendo referentes ofensivos con Machín, ya sea formando pareja al estilo clásico o con el coruñés actuando como mediapunta por detrás del de Silleda, pero el recién llegado atacante brasileño aporta una variante diferente. Mucho más móvil y veloz que sus compañeros, puede formar pareja perfectamente con cualquiera de ellos o también como punta en solitario y también es un jugador muy sacrificado en el apartado defensivo para iniciar la presión desde la primera línea.

La llegada de Deyverson, que ya está en Vitoria, supone el primer movimiento de un Alavés que espera también concretar en breve la cesión de Rodrigo Battaglia.