- El Deportivo Alavés se medirá hoy a las 19.30 horas al Getafe, uno de los equipos más difíciles de superar de la competición desde que el exalavesista José Bordalás dirige su banquillo. Si por algo se han caracterizado los combinados del alicantino es por su unidad y solvencia defensiva. El conjunto azulón es un bloque, todos y cada uno de los futbolistas se sacrifican por el equipo, reman en una misma dirección. Quizás su fútbol no sea el más vistoso, pero es efectivo, se ha ganado todos los puntos con los que cuenta actualmente. Los jugadores son duros, ahogan a su rival, dejan jugar poco y saben defender los marcadores a favor como nadie.

Sin embargo, no pasan por su mejor momento, y eso es una buena noticia para el Glorioso. Desde el parón solo han ganado un partido y se están dedicando más a armar gresca que a competir, culpando a agentes externos de su pobre rendimiento. En la última jornada, sin ir más lejos, perdieron 3-1 contra un rival directo como el Villarreal y terminaron quejándose de los árbitros y enfrentándose a sus rivales a puñetazos.

Con el tiempo reglamentario ya terminado, Nyom se peleó con Iborra y tuvo que ser frenado por sus compañeros. La trifulca les valió a ambos la expulsión, pero el bullicio continuó en el túnel de vestuarios. Damián Suárez, que ni siquiera participó en el partido, intentó agredir a un miembro del Villarreal y provocó la intervención de los cuerpos policiales, que lo retuvieron. Los colegiados no pudieron identificar a todos los implicados, ya que Etxeita sujetó al árbitro asistente e impidió que tomara nota. Tanto Etxeita como Suárez han sido sancionados y no estarán hoy disponibles para Bordalás, a quien, por cierto, le extraña la mala fama de su equipo.

En cualquier caso, hace falta algo más que saber montar batallas campales para estar peleando por puestos europeos a estas alturas de la temporada. Son necesarios futbolistas que marquen la diferencia con su calidad, y cuando se habla de talento en el Getafe se hace difícil no pensar en Marc Cucurella.

Cucurella llegó al Barcelona en la temporada 2012-13, procedente del Espanyol, y desde entonces ha pasado por todas las categorías inferiores de la selección española. Debutó con el filial culé en el curso 2016-17, no tardó en ganarse la titularidad y contribuyó a que el equipo lograra el ascenso a Segunda División esa misma temporada, lo que le valió su renovación.

En la 2017-18 siguió siendo un jugador clave en el filial y logró debutar con el primer equipo, aunque su progresión se vio frenada por la presencia en el lateral izquierdo de Jordi Alba, indiscutible para el cuadro azulgrana, y Digne. En la 2018-19, con la marcha de Digne, pudo tener la oportunidad de asentarse como suplente de Alba, pero en CanBarça consideraron más conveniente que ganara experiencia en la máxima categoría, por lo que salió cedido al Eibar.

En el club armero no tardó en sacar a relucir su calidad. Cuando jugaba en el lateral izquierdo, esa banda se convertía en una pesadilla para los rivales, con llegadas a la línea de fondo, desbordes y balones constantes al área. Sin embargo, esto provocaba que la defensa se viera algo desprotegida, por lo que no acababa de ser del gusto de Mendilibar. Para no prescindir de todo lo que Cucurella aportaba arriba, el técnico decidió adelantarlo y situarlo como interior izquierdo. Sin ser un extremo al uso, tiene talento de sobra para hacer daño por la banda y el haber jugado como lateral le ayuda a ofrecer un buen rendimiento en defensa. La jugada acabó saliéndole bien al Eibar y el club no se lo pensó a la hora de ejercer su opción de compra por dos millones de euros, una auténtica ganga.

El Barça, consciente de que Cucurella se había revalorizado, se aferró a su cláusula de recompra de cuatro millones y lo llevó de vuelta a la Ciudad Condal. Tras una temporada en la que Alba no había tenido un sustituto de nivel, parecía el momento ideal para apostar por el catalán, pero, en otro extraño movimiento de los culés, decidieron invertir 20 millones en Júnior y ceder a su canterano al Getafe, con una opción de compra de 10 kilos.

INTOCABLE PARA BORDALÁS Aunque había dudas de cómo se adaptaría a un estilo de juego tan conservador como el de Bordalás, el tiempo ha dado la razón al club azulón y Cucurella ha terminado siendo todo un acierto. Al igual que sucedió en el Eibar, el ex del Alavés lo ha situado como interior zurdo en su esquema de 4-4-2, en el que ha encajado como un guante. La defensa es lo primero, y jugar con cuatro laterales, dos en su posición y Nyom y Cucurella como interiores, se ha convertido en lo habitual en el Getafe. El ex del Barcelona es capaz de desbordar, salir en velocidad al contraataque, asistir a sus compañeros y mantener la posesión del balón sin que eso afecte negativamente a la solidez defensiva del equipo.

Este año ha sido el máximo asistente azulón con seis pases de gol y también ha marcado un tanto. Es el tercer jugador con más minutos esta temporada detrás de David Soria y Djené y el que más partidos ha disputado junto a Nyom, que no jugará hoy tras la trifulca. No es de extrañar que el club haya decidido ejercer su opción de compra de diez millones de euros y convertirlo en el fichaje más caro de la historia de la entidad. Una cifra que se queda incluso corta teniendo en cuenta su incidencia en el juego y que solo tiene 21 años. Más de uno estará tirándose de los pelos en Barcelona.