- El regreso a la competición del Atlético de Madrid es muy diferente, subido en una racha que desconocía desde el pasado mes de enero, con una solvencia como visitante que no había demostrado en todo el curso, con la recuperación de la fiabilidad defensiva y, sobre todo, con el objetivo de la Liga de Campeones mucho más encaminado de lo que preveía a estas alturas, cuando se fue al parón con muchas dudas y en la sexta plaza.

Son algunos rasgos del nuevo por la pandemia del covid-19, aún pendiente de la confirmación que supone alcanzar la meta planteada cuando termine la Liga, allá por mediados de julio, pero por un camino de firmeza, competitividad y, por encima de todo, regularidad que había perseguido sin encontrarlo durante todo el primer semestre.

El Atlético no especuló ni en su visita a Osasuna ni al Levante. Aquellos partidos a la expectativa o esos primeros tiempos en los que se abordaba el encuentro desde la idea de la neutralización del rival mucho más que de la proposición y exposición propia de ataques y oportunidades, tan comunes y con tantos puntos de déficit en el primer semestre de la Liga, han quedado atrás en el reestreno de la competición.

Aunque en Bilbao sí mostró alguna de estas tendencias precedentes, en sus dos siguientes desplazamientos y en el duelo en casa con el Valladolid, los tres con triunfos, sí apostó por jugar más en campo rival, con todo lo que le supone al Atlético, que se siente más incisivo cuando avanza su territorio de robo de pelota y acción, cuando incide en transiciones rápidas y verticales y cuando reencuentra la contundencia, también clave en este relanzamiento.

El resultado es que ha marcado ocho goles en cuatro encuentros, dos de media en la reanudación, cuando su promedio anterior apenas superaba el gol por jornada (31 en 27, un 1,1 de media). Ha marcado en sus cuatro compromisos, con seis goleadores diferentes.

El delantero Llorente Es el hombre del momento en el Atlético. El descubrimiento en la delantera. Su impacto es formidable. En la reanudación de la Liga, ha marcado un gol y ha dado tres. Su velocidad, su despliegue, su conducción, su valentía y su llegada le proponen como un atacante más que un medio centro, la posición desde la que aterrizó en el bloque de Simeone procedente del Real Madrid sin el protagonismo que esperaba. Ahora tiene a Marcos Llorente transformado en un atacante que primero creció en participación en la banda derecha y que ahora la multiplica de delantero. Fue el recurso contra las bajas frente al Athletic. Y desde entonces se ha quedado en esa novedosa posición.

"Los hechos hablan por sí solos", expone Simeone. "Trabajó mucho, sufrió mucho, porque desde que ha llegado ha jugado poco, le vimos en los entrenamientos generar esto que está dando ofensivamente, lo intentamos poner más adelante y hemos encontrado unas características diferentes a las que teníamos. Eso nos genera un futbolista más importante", abundó el técnico.

El Atlético ha mejorado sus mecanismos, pero también los ha dotado de una ambición que quizá no había tenido en la primera fase. Todo es influye en una presión más alta que ahora hace más y mejor que en el primer semestre del curso. Hay ejemplos tanto en el duelo contra Osasuna como en el choque frente al Levante. En pocos partidos había salido con tal predisposición como visitante para dominar esta temporada como en esos dos. Contra el Athletic no pudo hacerlo, porque perdió casi cada segunda jugada.

Todo eso se traslada a su citada capacidad de jugar más en campo contrario, con la ventaja que tiene para el Atlético, y en haberse adelantado en sus dos desplazamientos más recientes para abrir la goleada. Y cuando el Atlético toma ventaja "defiende muy bien en bloque bajo", en palabras del último técnico con el que se ha enfrentado, Paco López. "Es muy difícil generarles ocasiones de gol. Y son de los mejores equipos defendiendo de esta forma", advirtió.

Recuperación defensiva Son tres partidos consecutivos con la portería a cero. Tan habituales antes este tipo de rachas defensivas, incluso más alargadas durante toda la era Diego Simeone, es la segunda mejor de esta campaña en ese sentido. En octubre permaneció cuatro jornadas imbatido, pero con el condicionante que suponía entonces que su falta de gol era indudable.

Cuando mantuvo su marco indemne entre la quinta y la octava cita frente al Celta, al Mallorca, al Real Madrid y al Valladolid nada más fue capaz de marcar dos goles, ambos en el mismo encuentro; en el 0-2 en casa del equipo balear. En la recuperación defensiva incide el buen momento colectivo, pero también individual de sus centrales, como Stefan Savic, imponente en el campo del Levante; José María Giménez, resurgido de las lesiones; y Mario Hermoso, revitalizado como titular cuando su volumen había sido residual.

"Hemos recibido goles como reciben la mayoría de equipos, pero la regularidad defensiva siempre la hemos tenido. Ahora estamos teniendo más situaciones de gol, mejor posicionamiento ofensivo para jugar y eso nos genera que en todos los partidos hemos tenido la sensación de poder ganarlo", analiza Simeone.

Solvencia visitante El Atlético ha sido un visitante bajo la duda toda la temporada. Antes con una fiabilidad casi constante, en las últimas dos campañas se había transformado en un foráneo inseguro, que perdía medio tiempo en vigilar a su adversario y malgastaba la otra parte en un juego previsible, sin apenas ocasiones, con derrotas sonoras incluidas. Así había sido durante este curso, con excepciones puntuales. Antes del parón, de sus trece salidas había ganado tres, había empatado siete y había perdido otras tres. Es más, cuando igualó contra el Athletic, de sus últimos veinte duelos fuera sólo había vencido cinco.

Por eso, su solvencia contra Osasuna y Levante representa el crecimiento más trascendente del equipo, cuyo crédito como visitante estaba ya consumido, lastrado por una interminable secuencia de empates que había puesto hasta en peligro la clasificación para la Liga de Campeones. Hasta el 0-5 en Pamplona, el Atlético no ganaba fuera en la Liga desde diciembre. Y sólo había vencido dos de sus doce duelos anteriores.

"De los últimos cinco partidos que jugamos, cuatro fueron de visitante. Y ganamos tres y empatamos uno. Va cambiando esta situación que nos había costado tanto. Es bueno recordarlo para que no se nos escape nada", dijo el técnico tras el 0-1 al Levante, su segundo triunfo seguido a domicilio. No los había conseguido en toda esta temporada. De hecho, antes de ambos, solo había vencido en Leganés (0-1), en Palma de Mallorca (0-2) y en Sevilla al Betis (1-2). Nada más.

La mejor racha Todos esos datos confluyen en las tres victorias que enlaza el Atlético. Es su mejor racha de la temporada, igualada con otros dos tramos: las primeras tres jornadas que resolvió con triunfos contra el Getafe (1-0), el Leganés (0-1) y el Eibar (3-2) -era el líder- que terminaron con la derrota por 2-0 con la Real Sociedad y el tramo del 14 de diciembre al 4 de enero cuando se impuso a dos de los mismos rivales de ahora (2-0 al Osasuna y 1-0 al Levante), aparte del Betis (1-2), antes de ser derrotado por el Eibar. El objetivo de la clasificación para la Liga de Campeones, en duda antes de la interrupción, está ahora encaminado, con distancias considerables que le permiten hasta el margen de error para ser cuarto.

El Atlético encadena once encuentros invicto de competición oficial desde su derrota en el derbi ante el Real Madrid (1-0) del 1 de febrero. "Después de la sensación del partido del Liverpool, que nos tocó ganar los dos partidos contra uno de los mejores equipos del mundo, yo no tenía ninguna duda de que el equipo iba a competir como está compitiendo. Ante el acierto y la contundencia siempre estamos más cerca de posicionarnos donde queremos", repasa Simeone.

Rotaciones "Esto habla de la buena plantilla que se ha formado", enfoca Simeone, que ha dado ya la titularidad a 19 jugadores diferentes en los cuatro encuentros desde la vuelta. Del duelo contra el Athletic al partido contra Osasuna incluyó cuatro cambios; del 0-5 en El Sadar al choque con el Valladolid presentó siete variaciones; y del 1-0 al equipo blanquivioleta a la visita al Levante alineó otras siete novedades. Las rotaciones son la nueva seña de identidad de esta nueva normalidad, también en el Atlético de Simeone. Es la fórmula para suplir una preparación acelerada, limitada y condicionada, menor de la habitual.

Antes puntuales en una temporada normal, ahora son una norma que repite cada partido para dosificar cargas, repartir esfuerzos y dotar de frescura al equipo. Da resultado. En estos cuatro partidos, han participado de inicio al menos en una ocasión dos laterales derechos (Trippier y Arias); tres centrales (Savic, Giménez y Hermoso), dos laterales izquierdos (Lodi y Manu Sánchez); cuatro centrocampistas (Koke, Saúl, Thomas y Herrera); dos extremos (Carrasco y Lemar), además de Correa en la banda derecha; el ahora atacante Llorente y tres delanteros (Joao Félix, Morata y Costa). Aparte de todos esos jugadores, Oblak ha sido el portero indiscutible.

Entre todas esas rotaciones también hay conclusiones que desprenden estos cuatro primeros encuentros. Uno en el puesto de 9. A día de hoy, Costa es el titular de Simeone en el once tipo como referencia ofensiva. Morata es el suplente. El hispano-brasileño ha partido en tres de los cuatro encuentros desde la alineación inicial; el madrileño sólo en uno. El primero ha anotado dos tantos, el segundo uno en este tiempo, aunque Morata sigue siendo el mejor goleador del equipo esta campaña, con trece goles. De momento no han compartido once.

Entre todas esas rotaciones en la titularidad aún no ha entrado Vitolo. Es uno de los cinco futbolistas que todavía no han partido desde el once en ningún duelo desde la reanudación de la competición, aunque los otros cuatro son el portero suplente Adán; el delantero Saponjic, que nada más ha jugado dos choques en toda esta campaña; y los lesionados Felipe y Vrsaljko, indisponibles para Simeone desde la vuelta a la acción. Su situación llama la atención. Fuera contra el Athletic por unas molestias físicas, no jugó nada en Pamplona y fue el último recurso al que acudió Simeone para superar el enredo en el que estaba su equipo ante el Valladolid. Aunque él marcó el gol del triunfo, tres días después ni siquiera tuvo minutos en el estadio de La Nucía. Llamativo en este nuevo escenario de rotaciones, pero nada nuevo para el extremo canario, que nunca ha logrado ni la continuidad ni mucho menos la consolidación en el once en dos años y medio en el Atlético, aunque condiciones, regate, calidad, trabajo y talento tiene para ello.

La vuelta a la competición ha recuperado o reactivado varios efectivos del Atlético. Giménez ha resurgido en el once del conjunto rojiblanco a buen nivel para aumentar de nuevo la competencia en el centro de la zaga a la espera de Felipe, con el fiable rendimiento de Savic y la reaparición de Hermoso. También crece Carrasco, que sólo había sido titular en uno de sus primeros ocho encuentros desde su vuelta al club en el último día del pasado enero y ahora ha jugado dos de cuatro, ha participado en los cuatro y ha anotado un gol. Joao Félix también ha irrumpido con fuerza, Llorente ha regresado lanzado... A mejor rendimiento colectivo, mejores individuales, suele insistir Simeone.

El Atlético estaba firmando una campaña pobre, pero tras el parón ya casi ha asegurado su clasificación para la Liga de Campeones.

Marcos Llorente, historia ya del club tras sus dos goles en Liverpool, se ha destapado como el nuevo gran referente ofensivo

Con diez puntos de doce posibles tras el retorno, los rojiblancos han dado un paso de gigante hacia su objetivo de la tercera plaza