- El serial de los derbis vascos se cerró ayer para el Deportivo Alavés con el octavo duelo vecinal de la temporada, que vino a igualar a cuatro el balance entre victorias y derrotas de un equipo vitoriano que no ha empatado ni uno solo de estos partidos a lo largo del curso. Doce puntos de veinticuatro posibles -diez goles a favor, entre ellos el memorable de Rodrigo Ely que propició la victoria ante el Athletic, y doce en contra-, una cifra nada desdeñable en el global, pero que deja una sensación más agria que dulce por este último tropiezo ante Osasuna que impidió certificar la permanencia y asegurar la segunda posición en la liguilla particular de los cinco representantes de Euskal Herria. Precisamente, el cuadro navarro es el que puede desbancar a los albiazules de esa segunda plaza tras la Real Sociedad, a la que accederían los rojillos si son capaces de sumar un solo punto en el derbi que les queda contra el Eibar. En teoría, y teniendo en cuenta toda las peculiaridades de la siguiente pretemporada, el segundo clasificado se enfrentaría en la misma a la Real Sociedad en pos de la Euskal Herria Kopa.

El Alavés cerró ayer su serial de duelos vecinales con tan malas sensaciones a como lo empezó. Fueron tres las derrotas seguidas, dolorosas todas ellas por el fondo y las formas, en los desplazamientos a los campos de Athletic (2-0), Real Sociedad (3-0) y Osasuna (4-2), pero la tendencia cambió antes del cierre de la primera vuelta con un triunfo a domicilio en Eibar (0-2). A partir de ahí, Mendizorroza se convirtió en un fortín ante armeros (2-1), rojiblancos (2-1) y txuri-urdin (2-0) antes de que Osasuna rompiese ayer dicha tendencia ganadora en el estadio del Paseo de Cervantes con un 0-1 que hace que los navarros hayan sido los únicos capaces de ganar a los albiazules en dos ocasiones este curso.