- El trabajo de toda una temporada está muy cerca de obtener su premio. El notable bagaje de la fase de la campaña que condujo hasta el parón provocado por el coronavirus ya había situado al Deportivo Alavés en una posición ciertamente cómoda y solo aguardaba a concretar los pocos puntos que todavía tenía que sumar para asegurar su permanencia.

Ese tiempo interminable de espera, tres meses aguardando el regreso de la competición, propició que la expectación y las dudas se fuesen incrementando al mismo ritmo. Y las segundas se desataron exponencialmente con la dolorosa derrota sufrida en el reinicio contra el Espanyol. Un accidente que encendió no pocas alarmas por el riesgo de entrar en un bucle pesimista que condujese a la catástrofe, pero que se quedó solo en una mala tarde con la victoria del pasado jueves ante la Real Sociedad. Tres puntos que sirvieron para regresar al pasado, ya que se recuperó la mejor versión del Glorioso y se logró un triunfo que, sumado a todo lo amasado anteriormente, ha situado a los pupilos de Asier Garitano a las puertas de la permanencia.

Dejando las matemáticas al margen, ese único objetivo podría quedar rubricado virtualmente hoy mismo. Ganar en Vigo supondría dar ese último paso hacia la salvación y zanjar definitivamente la campaña cuando aún quedan muchas jornadas por jugarse. La ansiada tranquilidad se encuentra ya a un solo paso y el conjunto albiazul tratará de salvar ese último obstáculo en su visita a Balaídos.

Todas las dudas que se desataron con el desastroso partido contra el Espanyol quedaron disipadas con la autoridad mostrada frente a la Real Sociedad. Lo bueno de esta resolución de la temporada comprimida al máximo en el tiempo es que no deja espacio a lamentarse cuando las cosas van mal, aunque tampoco ha podido el Alavés disfrutar de su última y brillante victoria por la premura del siguiente partido.

En este caso, además, el cuadro vitoriano contará con la desventaja de haber disfrutado de un día menos de descanso que su rival. Una cuestión que no es baladí, pues no hay tiempo material para que los futbolistas que mayores esfuerzos han realizado se recuperen en plenitud y un pequeño golpe que en circunstancias normales no es inconveniente para jugar se convierte ahora en un obstáculo insalvable.

La línea a seguir De los dos partidos disputados desde el reinicio de la campaña, es evidente que la línea a seguir para asegurar la tranquilidad es la que se ofreció en el segundo. Desgraciadamente, esa versión va más asociada a los encuentros en Mendizorroza que a los que se deben disputar a domicilio, donde el rendimiento desciende de manera alarmante.

Los números son claros en el aspecto negativo, con solo nueve puntos lejos de Vitoria hasta la fecha. Y, lo peor de todo, la imagen que el equipo ha dejado en sus últimas visitas a los rivales directos de la zona baja, acumulando varios partidos desastrosos ante oponentes a los que podía haber eliminado ya y a los que acabó concediendo esperanza a costa de incrementar ligeramente el sufrimiento propio.

Los tres últimos desplazamientos han sido visitas a los tres últimos clasificados y las mismas se saldaron con sendas derrotas ante Mallorca y Espanyol y un empate ante el Leganés. El Celta, otro que está metido en el hoyo y que esta tarde se juega muchísimo más que los propios albiazules que cuentan aún con un sobrado margen de seguridad, supone un nuevo examen de exigencia en este sentido.

Jugar con esos nervios de los celestes puede ser un factor fundamental. Más aún teniendo en cuenta sus gravísimos problemas ofensivos, con el peor registro goleador (22 tantos, a pesar de contar con los nueve de Iago Aspas, alma del equipo pero que viene de fallar un penalti ante el Valladolid que hubiese sido fundamental para los vigueses) de toda la Primera División, y la necesidad de sumar para no quemarse. Fortaleza atrás y esperar el momento que puedan propiciar los recuperados Lucas Pérez y Joselu, que ponen el ataque albiazul en otra dimensión. Eso amén del manejo de la plantilla en el plano físico, lo que hace prever rotaciones de Garitano.