- Uno de los grandes atractivos del deporte en general y del fútbol en particular es que, por muy marcadas que parezcan estar las cartas, siempre deja margen para la sorpresa. Pese al estricto corsé impuesto por el dinero y su dictadura, continúa resultando, en gran medida, imprevisible. Tanto para lo positivo como para lo negativo. Dentro de este segundo grupo, sin duda, se encuadra el rival de hoy del Deportivo Alavés.

Porque lo cierto es que si se repasaran las habituales encuestas que se realizan al inicio de la temporada sería harto complicado encontrar pronósticos de complicaciones para la escuadra gallega. Con una plantilla repleta de futbolistas con pedigrí y una cartera convenientemente dispuesta a realizar inversiones de consideración, su destino parecía apuntar claramente a la zona media-alta de la clasificación.

Sin embargo, el siempre inapelable balón se ha encargado de desmoronar por completo este castillo de naipes. De esta manera el combinado celeste -primero bajo los mandos de Fran Escrivá y desde la jornada trece con Óscar García Junyent en el banquillo- ha ido acumulando una decepción tras otra hasta acabar inmerso de lleno en la cruenta pelea por evitar el descenso a Segunda.

Un destino teóricamente inimaginable para un plantel que cuenta con nombres como los de Iago Aspas, Denis Suárez o Rafinha, por citar solo algunos. Pero si algo resulta evidente a estas alturas es que únicamente con nombres . Una dura realidad con la que se ha dado de bruces el Celta y de la que, una vez que se ha caído dentro de ella, es extremadamente complicado escapar.

Así las cosas, el plantel gallego se encuentra desde hace meses en un bucle de negatividad en el que la infalible Ley de Murphyde viaje. Con Mallorca, Espanyol y Leganés apuntándole con sus objetivos, se ha convertido en la víctima propiciatoria a la que los actuales inquilinos de los puestos de descenso quieren ceder su asiento.

Apenas un estrechísimo margen de un punto le separa actualmente de la zona roja y la visita del Alavés se presenta como un duro examen en el que tiene prohibido fallar. Claro que para ello tendrá que aprobar la que se ha convertido en una de sus grandes asignaturas pendientes, el gol.

Por increíble que parezca en un equipo que cuenta con Iago Aspas y Santi Mina es, con 22 dianas, el menos realizador de la Liga. De hecho, acumula casi cuatrocientos minutos sin perforar la portería de su rival y en su último compromiso -ante el Valladolid el pasado miércoles- hasta su capitán y líder Iago Aspas falló un penalti.

Claro que la entidad viguesa no se ha quedado parada a la espera de que el caprichoso destino decida su futuro sino que, al menos, ha tratado de agrandar su carpeta de argumentos. De esta manera, en una sorprendente Operación Retorno, se ha hecho esta semana con los servicios de una antigua estrella de Balaídos. Así, aprovechando la lesión de larga duración del guardameta Sergio Álavarez ha repescado a Nolito del Sevilla. El gaditano completó el viernes su primer entrenamiento con los celestes y podría redebutar hoy ante El Glorioso.

"Lo que espero o lo que me gustaría es que el equipo se salvara. Es una situación que a nadie le gustaría vivir, pero esto es fútbol y las circunstancias son las que son. Se ha dado así y ahora hay que seguir. Contra el Deportivo Alavés tenemos una final y toda la plantilla, juegue quien juegue, debe remar en una misma dirección", apuntó el ex hispalense. Ahora, está por ver si este desesperado clavo ardiendo al que se agarra le sirve al Celta alcanzar su objetivo de la salvación.