Roberto

La suya no fue la mejor manera de debutar como jugador del Alavés, pero fue de largo el mejor del equipo con varias intervenciones que dieron oxígeno en un primer momento.

Pacheco

Ya dio un aviso negativo en la primera acción del partido, pero lo que hizo en el minuto 19, cogiendo el balón con las manos fuera del área para ser expulsado, fue un error gravísimo.

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Estadio RCDE Stadium.

Árbitro González Fuertes (asturiano).

Espanyol

1. Prieto; 2. Pipa; 3. Pedrosa; 24. Calero; 4. Víctor Sánchez; 8. Iturraspe; 10. Darder (51'); 26. Lozano; 31. Campuzano; 22. Vargas (78'); 9. Ferreyra; 11. De Tomás (51') .

Alavés

13. Roberto (21'); 31. Castro; 6. Magallán; 17. Marín; 28. Javi López; 8. Pina (56'); 36. Abdallahi; 20. Pons (45'); 11. Rioja (56') ; 29. Borja Sainz (82'); 32. Paulino; 38. Rodríguez.

1-0, minuto 48+: Bernardo. Centro desde la izquierda de Embarba que el central remata entre la cabeza y el hombro para superar a Roberto.

2-0, minuto 48: Lei. Balón de Embarba a la espalda de Ely que el punta chino recoge en velocidad para superar a Roberto en su salida.

Expulsó a Pacheco (minuto 19). Amonestó a Embarba (minuto 4), Lei (minuto 26), Laguardia (minuto 52), Rioja (minuto 65), De Tomás (minuto 73), Burke (minuto 78).

Roja a Pacheco El error de Pacheco a la hora de medir su salida en un pase en largo en el que el balón botó de forma extraña marcó el desarrollo del partido. Ya se equivocó en la primera acción del partido sin mayores consecuencias, pero en su segunda intervención falló como nunca antes y acabó atrapando el balón con las manos fuera del área para ser expulsado, lo que concedió una ventaja que el Espanyol aprovechó.

En caída libre Tras la roja a Pacheco, el equipo se hundió por completo en el apartado anímico y claudicó ante un rival que se aprovechó de esa caída. Muchos nervios y nivel muy bajo.

La palabra incertidumbre ha sido la gran protagonista en todos los vestuarios de cara al reinicio de la competición. Nadie sabía exactamente cómo iba a afrontar este regreso a los partidos oficiales después de tres meses en los que el balón no ha podido rodar. Esas dudas atacaban también al Deportivo Alavés, pero ni en la peor de sus pesadillas ni en el escenario más pesimista se podía imaginar lo que ocurrió sobre el césped de un vacío RCDE Stadium. Si la puesta en escena fue más que aceptable y el cuadro de Asier Garitano dio la sensación en el arranque del partido de no haber estado parado durante tantas semanas, la incomprensible expulsión de Fernando Pacheco en el minuto 19 condujo a que todo el entramado se desmoronase y cayese como un castillo de naipes con la más ligera brisa. El accidente protagonizado por alguien que casi nunca se equivoca condujo al desastre, pues sus compañeros, con la única excepción de su sustituto Roberto, entraron de lleno en un bucle de nervios y errores que concluyó con una derrota que hace un daño que va mucho más allá de lo simplemente numérico.

Garitano se vio obligado a remodelar su delantera, ya que a la baja conocida desde hace meses de Joselu por sanción se unió la de Lucas por lesión. Al menos, el Espanyol también partía mermado, sin Diego López en la portería y De Tomás en el banquillo. El preparador albiazul recompuso su ataque con Burke y Vidal, dando entrada a Martin como extremo diestro como tercer elemento novedoso.

Tras una primera acción de dudas de un Pacheco que a punto estuvo de verse sorprendido por Calleri, el conjunto vitoriano mostró una versión seria, fiel reflejo de lo que hace unos meses era este equipo. Sin problemas atrás, cortando cada intento de aproximación del rival y, a falta de sus dos referentes, recurriendo a la calidad entre líneas de Vidal, a la velocidad y al balón parado para tratar de poner en jaque a su rival. El primer aviso, una galopada de Edgar que Javi López cortó en una clara falta al borde del área que no fue castigado y que incluso podría haber supuesta la expulsión del lateral derecho.

Parecía todo bajo control cuando por segunda vez se volvió a equivocar quien normalmente no falla nunca. Una salida mal medida en un desplazamiento en largo y un extraño bote del balón condujeron a Pacheco, de manera inexplicable, a bloquear el esférico con las manos fuera del área. La expulsión del guardameta en el minuto 19 supuso un mazazo descomunal por lo incomprensible de la acción.

Con diez jugadores en el verde, Edgar le dejaba su sitio a Roberto. Y, precisamente, fue el guardameta debutante ayer quien mantuvo durante unos cuantos minutos con vida a un Glorioso severamente golpeado tras la expulsión de su capitán. El repliegue intensivo le permitió al Espanyol soltarse y campar a sus anchas hasta casi la portería. Dos intervenciones ante Lei del cancerbero fuenlabreño y otro par de paradas más a Dídac y Embarba a punto estuvieron de preservar el empate al descanso, pero el nerviosismo alavesista era tal que el gol se dibujaba más pronto que tarde. Y fue en el tercer minuto del descuento de la primera parte cuando Bernardo acertó a conectar un remate entre la cabeza y el hombro que superó a Roberto, el único que parecía estar a lo que se celebraba.

Si alguna esperanza quedaba, la misma se desvaneció por completo nada más arrancar el segundo acto. Un pase filtrado de Embarba le sirvió a Lei para sacarle las vergüenzas a Ely, que rompía en fuera de juego, con su velocidad. En esta ocasión, el chino le ganó la partida a Roberto y en el minuto 48 hacía el 2-0.

A partir de ahí, el encuentro quedó ya completamente finiquitado. El Espanyol levantó el pie del acelerador, el Alavés pudo quitarse de encima la sensación de sufrimiento que le había atenazado durante tanto tiempo y los minutos finales fueron completamente de la basura. No obstante, en ellos El Glorioso rumiaba ya un accidente que puede quedarse en simple anécdota o que puede abrir las puertas al sufrimiento.