- Un grupo principal de la veintena de clubes que componen la Primera División arrancan en la parrilla de salida de cada temporada con el único objetivo de rebasar la línea de llegada por delante de los tres últimos clasificados, los que se quedan sin sitio en la élite de cara al siguiente curso. Entre ellos, un fijo es el Deportivo Alavés que encadena ya cuatro campañas consecutivas en la máxima categoría y busca celebrar su centenario con la quinta, lo que supondría igualar su mejor registro histórico. Un logro que llevaba, sin demasiados sobresaltos, bastante bien encaminado antes de que a principios de marzo la competición quedase detenida por el coronavirus. A apenas unos días vista de que la temporada se reanude, el único objetivo del Glorioso, evitar una de esas tres sillas calientes que condenan al descenso a Segunda División, un desastre siempre traumático y de peores perspectivas aún en el apartado económico ahora que los ingresos de los clubes van a quedar mermados de manera muy significativa. Una guerra sin cuartel que llevaba una tendencia muy marcada allá por marzo, pero que entra de lleno ahora en una zona de incertidumbre total. Porque si prever algo en el mundo del fútbol es ya de por sí casi imposible, las dudas que genera el regreso a la competición son ahora enormes. Ni serían extrañas resurrecciones imposibles en un estado de normalidad ni tampoco hundimientos imprevisibles. Estados físicos y anímicos serán determinantes a partir de ahora, tanto como esa suerte o mínimo detalle que tan resolutivos son cuando se habla de fútbol. Y en esa pelea estará el equipo de Asier Garitano, con el único objetivo de evitar una de las tres sillas calientes y alcanzar cuanto antes esos cuarenta puntos que históricamente aseguran la permanencia entre los mejores.

Alavés (14º/32 puntos) El Glorioso vio detenida la temporada cuando se encontraba e un momento óptimo de la misma, por fin añadiendo puntos a domicilio a su fortaleza como local. En este sentido, habrá que ver cómo le afecta la falta de público a un colectivo que se crece en Mendizorroza. Con paso lento pero firme al mismo tiempo -sin grandes rachas positivas, pero también sin entrar en crisis-, había cimentado ya una base muy sólida que le conducía a ser siempre competitivo en partidos cerrados. Mantener la solvencia en defensa en torno a Fernando Pacheco es un factor clave, mientras que en la otra parte del verde habrá que ver si la pareja formada por Lucas Pérez y Joselu consigue mantener el estado de inspiración en el que se encontraba. El calendario es durísimo en su fase final (enfrentamientos con Atlético, Real Madrid, Getafe y Barcelona) y por eso son determinantes los duelos directos que llegarán de inmediato: visita al Espanyol en el regreso, partido en el campo del Celta, derbi contra Osasuna en Vitoria y desplazamiento a Valladolid.

Osasuna (11º/34) Osasuna rozaba ya la permanencia en la campaña de su regreso a Primera y solo una debacle en las once jornadas que quedan por jugarse le podría poner en situación de peligro. Pero en Pamplona las alarmas ya se han encendido por si acaso, por ejemplo con la plaga de lesiones que ha afectado severamente a la plantilla de Jagoba Arrasate. La racha de los rojillos tras la baja de larga duración de Chimy Ávila era peligrosa, pero su última victoria contra el Espanyol fue un balón de oxígeno y un salto casi decisivo hacia la salvación. Los navarros perderán ese factor añadido que supone El Sadar en los cinco partidos que le quedan como local y cuenta con varios duelos directos para no meterse en problemas.

Betis (12º/33) El Betis y su entorno siguen empeñados en contradecir los dictados de la clasificación y las miradas de los verdiblancos están más fijadas en Europa (a nueve puntos) que en el descenso (ocho de ventaja). Como si se pretendiese olvidar que el fuego quema, a pesar de haberlo sentido bastante cerca no hace tanto tiempo. El equipo de Rubi, permanentemente cuestionado, había conseguido levantar cabeza con su victoria ante el Real Madrid tras seis jornadas consecutivas sin ganar y se aferra a un calendario teóricamente sencillo para soñar con la séptima plaza.

Levante (13º/33) Los granotas llevaban una trayectoria descendente muy peligrosa antes del parón, con solo siete puntos en lo que iba de año. Con problemas defensivos graves y dependencia del acierto de Roger Martí, habían perdido fuelle de manera evidente y habrá que ver cómo han asimilado el parón, además de no jugar en su propio estadio (se estrenará en Mestalla).

Valladolid (15º/29) El cuadro vallisoletano marca la línea que separa a los que se encuentran ya en una situación de cierta tranquilidad de los que se ven amenazados de cerca por el descenso. Los pucelanos tienen cinco puntos de ventaja con el antepenúltimo y venían destacando por su enorme fortaleza defensiva, que compensaba sus problemas para hacer gol. Sus dos primeros partidos, ante Leganés y Celta, se antojan vitales para su futuro.

Eibar (16º/27) El conjunto guipuzcoano llegó tremendamente tocado al parón y ya sufrió tener que afrontar un partido en Ipurua sin público, en su derrota ante la Real Sociedad que siguió a otro duro tropiezo en casa frente al Mallorca. Los armeros estaban en alerta roja, cayendo en picado en la clasificación lastrados por sus problemas defensivos y una poco habitual falta de gol. Para un equipo que vive de un ritmo de intensidad muy alto y de rotación limitada, habrá que comprobar la afección del parón. Más aún cuando la primera fase de su calendario es complicadísima.

Celta Los vigueses vieron frenada su trayectoria positiva con el parón del curso, que les llegó en su mejor momento. Un equipo endeble en defensa -Óscar García ha conseguido una mejora trascendental ene se sentido- y con poca pegada -nueve goles de Iago Aspas y trece entre el resto del equipo- había encadenado cinco partidos seguidos sin perder para salir de la zona roja. El club ha tenido muchos problemas internos durante el parón (con Pione Sisto de protagonista) y la clave es ver si Aspas tiene compañía.

Mallorca (18º/25) Con la que seguramente es la plantilla más floja de Primera, el cuadro bermellón se encontraba en una racha muy negativa, aunque aliviada en parte gracias a su última victoria ante el Eibar. Era el más claro candidato al descenso cuando arrancó la campaña y había conseguido pelear con argumentos contra todos esos designios que le señalaban como carne de Segunda. Con muchos problemas defensivos y tampoco sobrado de gol, su calendario es, sobre el papel, también muy complicado.

Leganés (19º/23) Otro equipo que justo antes del parón había recibido una bocanada de oxígeno con su victoria en Villarreal, pero que se mantiene en cuidados intensivos. Solo ha estado una jornada, la primera, fuera la zona roja. Y si su reacción se antojaba complicada a pesar del efecto Javier Aguirre, la marcha en el mercado invernal de En-Nesyri y Braithwaite (diez goles de los veintiuno del equipo, el peor de Primera) fue una estocada casi mortal. Tiene seis duelos directos para reaccionar antes de un final de curso cuesta arriba.

Espanyol (20º/20) Los periquitos precisaban casi de un milagro para salvarse y la puerta al mismo es la que abrió el parón, que les puede permitir revertir una situación que antes era tremendamente complicada, a seis puntos de la zona verde. La llegada de Abelardo y las importantes contrataciones invernales supusieron un espaldarazo que condujo a una reacción (diez puntos en cinco partidos) cortada en las últimas jornadas con dos duras derrotas en Valladolid y Pamplona. Agarrados a Raúl de Tomás, otro equipos para el que los duelos directos -y que la salvación no se vaya a una cifra muy alta- son la clave.

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Una decena de equipos, en mayor o menor medida desde Osasuna undécimo a Espanyol vigésimo, están implicados en la pelea por salvarse.

Al cuadro albiazul el parón le llegó en un momento óptimo que al menos le sirve para reanudar la competición con margen sobre el peligro