- Exactamente hace hoy diecinueve años, el 16 de mayo de 2001, Deportivo Alavés y Liverpool protagonizaron en la ciudad alemana de Dortmund la que, con el tiempo, ha sido catalogada como la mejor final de la Copa de la Uefa de la historia. La hemeroteca recoge la derrota del Glorioso (4-5), aunque el cuadro albiazul anotó un gol más que su rival. Desgraciadamente el último fue en propia puerta y su autor se convirtió de protagonista no deseado de aquel inolvidable duelo. Se trata, claro está, del gerundense Delfí Geli (Salt; 1969), que ayer recordó este doloroso capítulo de su notable trayectoria y reconoció que "ha pasado mucho tiempo, pero la decepción fue muy grande. Enorme. Y sigue viva".

"Estuvimos muy cerca de ganar, de acabar de redondear un día muy especial para un equipo pequeño que ya había hecho historia al llegar a una final europea, pero todo se nos giró en contra en el último momento con una jugada muy desafortunada", rememora Geli. Nunca olvidará ese leve toque de cabeza tras el saque de una falta por parte del Liverpool que, a falta de apenas tres minutos para el final del segundo tiempo de la prórroga, supuso el 4-5 definitivo como consecuencia de la maldita norma del gol de oro.

"El recuerdo de aquella derrota, y de aquella acción desafortunada, lo tengo muy presente. A veces todavía me pasa por la cabeza. No lo he olvidado", asegura, volviendo al momento más doloroso de su carrera, a aquel partido disputado en el feudo del Borussia Dortmund alemán. El Alavés, tras remontar un 2-0 y forzar la prórroga con un tanto de Jordi Cruyff en el minuto 88, hincó la rodilla en el minuto 117, ya con dos futbolistas menos y a tan solo tres minutos de la tanda de penaltis.

"En ese momento te sientes culpable, y deseas no existir, y no volver a jugar nunca más, y me sabía muy mal porque veía a la gente súper agradecida y pensaba en cómo habrían estado si hubiéramos ganado, y solo pensaba en disculparme ante mis compañeros", recuerda. Geli asegura que con los años y "aunque los malos momentos siguen doliendo", se aprende a verlo todo "con más perspectiva y a relativizar las cosas".

"Llegar a aquella final fue un gran éxito", reivindica Geli, con cerca de 350 encuentros en Primera División a sus espaldas e internacional con la selección. "El fútbol es precisamente esto: momentos buenos y momentos malos a los que tienes que sobreponerte afrontándolos cómo puedes, e intentando mirar el futuro en positivo y seguir siempre hacia adelante", explica.

"Fue una decepción enorme, tanto personal como profesional, pero el tiempo, y las experiencias, te demuestran que hay otras cosas muy importantes en la vida. Incluso más que el fútbol. La situación por la que estamos viviendo en la actualidad, por ejemplo, nos ha recordado las prioridades. Y que el fútbol es secundario. Que es muchísimo más importante la salud. La vida", destaca el exfutbolista del Barcelona, del mejor Albacete de la historia, del Atlético de Madrid, con el que consiguió el doblete en la temporada 1995-96, del Alavés y del Girona. En ese último club ejerce como presidente desde 2015, coincidiendo con los mejores años de toda la historia de la entidad del estadio Municipal de Montilivi.

"El club ha crecido mucho. Pero todavía tiene mucho margen de mejora. La decepción del descenso fue importante, dolorosa, pero ahora estamos luchando para volver a estar en Primera, que sería un éxito", remarca Geli. El dirigente destaca que el conjunto de Josep Lluís Martí afronta este sprint final, esta miniliga de once duelos "con muchas ganas e ilusión" de hacer realidad el objetivo del ascenso, pero también "con mucha prudencia".

"Estamos convencidos de que los jugadores lo darán todo para lograrlo. Tenemos una plantilla extensa, que puede responder perfectamente a esta situación; y si todos están a su nivel tendremos nuestras opciones", asegura. El presidente del Girona también explicó que el equipo está trabajando "paso a paso, quemando etapas y subiendo la intensidad día a día, para recuperar la forma, para estar preparados cuando se retome la liga".

"En ese momento te sientes culpable y deseas no existir, no jugar nunca más"

Exjugador del Deportivo Alavés