Vitoria - El actual mercado de invierno es, probablemente, uno de los más activos y sorprendentes que se han vivido desde que se abrió esta ventana extra de fichajes. Prácticamente todos los equipos están realizando alguna operación y los apenas diez días que restan para que se cierre prometen una intensidad no apta para los corazones delicados. El motivo fundamental es que, a diferencia de lo que normalmente suele ocurrir, muchos de los movimientos que se están produciendo no surgen de la voluntad consensuada de todas las partes sino de la OPA hostil de una de ellas.

Y es precisamente esta particularidad la que está empezando a generar sudores fríos en las oficinas del Paseo de Cervantes. Debido a la cascada de fichas de dominó que genera cualquier movimiento dentro del planeta fútbol, uno de los pilares fundamentales del Deportivo Alavés de esta temporada podría verse seriamente amenazado. Porque, evidentemente, no ha pasado desapercibido para nadie el excelente rendimiento que han ofrecido hasta el momento alguno de los integrantes de Asier Garitano. Especialmente los componentes de su vanguardia, precisamente los elementos más codiciados siempre en el mercado.

Pues bien, la continuidad de uno de ellos, en concreto Lucas Pérez, no está ahora mismo plenamente garantizada. Porque el gallego aparece en un puesto destacado en la lista de objetivos del Villarreal que, casualmente, visitará mañana Mendizorroza. La escuadra castellonense ha perdido esta semana a Toko Ekambi, que se ha comprometido con el Olympique de Lyon, y, en consecuencia, rastrea a toda velocidad el mercado en busca de un sustituto de garantías.

Y es en esa búsqueda donde se ha fijado en el actual pichichi albiazul, que ha recuperado en Vitoria el brillo de su mejor etapa en el Deportivo de La Coruña. Convencidos por el rendimiento del gallego, los responsables del Villarreal se plantean seriamente la incorporación inmediata a su proyecto. Una operación que, evidentemente, choca de manera frontal con los intereses del Alavés y que no resultará sencilla.

Porque el pasado verano Lucas Pérez rubricó un contrato de tres temporadas de duración con la entidad del Paseo de Cervantes, por lo que el vínculo entre ambos no se extingue hasta el 30 de junio de 2022. Por lo tanto, una posible salida del delantero de Mendizorroza únicamente sería posible en el caso de acuerdo entre los clubes o previo pago de la cláusula de rescisión. El Villarreal ya se ha puesto en contacto con los responsables del Glorioso que, inicialmente, le han remitido a la cantidad que fija el contrato.

Los castellonenses, no obstante, tratan de abrir una negociación en la que el Alavés en ningún caso aceptaría un traspaso inferior a los veinte millones de euros. De hecho, ya la semana pasada rechazó una oferta en firme del Sevilla por Lucas que se acercaba a esa cantidad. El Villarreal ha ingresado ahora cuatro millones por la cesión de Ekambi al Olympique y en junio podría recibir hasta otros quince en el caso de ejecutarse la opción de compra obligatoria -para lo que el equipo francés debe clasificarse para una competición europea-, por lo que debe calibrar cuánto está dispuesto a desembolsar. Lo que parece seguro, en cualquier caso, es que el Alavés no podrá respirar tranquilo hasta el cierre definitivo del mercado.