Vitoria - La segunda vuelta suele convertirse en una pelea con el cuchillo entre los dientes en la que los equipos que se ven amenazados por el descenso se transforman en especialmente peligrosos porque en cada punto se juegan la vida y el primer partido de este giro definitivo al calendario ya ha demostrado que los más necesitados van a comenzar a apretar. De todos los implicados en esa pelea por la permanencia, los que ocupan la segunda hoja de la clasificación y cerraron la primera vuelta con menos de veinticinco puntos -nueve equipos en total, ya que por encima de esa cifra solo un desastre absoluto a partir de ahora puede conducir al sufrimiento-, solo el Leganés salió derrotado. Cinco equipos (Alavés, Betis, Eibar, Mallorca y Espanyol) consiguieron ganar -alguno de ellos, como los armeros ante el Atlético de Madrid y los bermellones frente al Valencia, de manera tan contundente como sorprendente-, Osasuna y Valladolid firmaron tablas en su duelo directo, mientras que al Celta se le escapó el triunfo ante el Athletic después de haberse puesto por delante en el marcador. Una imagen clara de que todo va a complicarse a partir de ahora y de que la salvación se puede poner muy cara después de unos meses en los que la zona roja se encontraba en registros irrisorios.

El Glorioso consiguió salir muy bien parado de este arranque de la segunda vuelta gracias a su victoria en el campo del Levante, pero se acabó encontrando con una jornada muy extraña por los buenos resultados que consiguieron casi todos los modestos. Cuestiones de la casualidad; caprichos del destino. A veces se pueden pasar muchas semanas sin que los equipos de la zona baja sumen y de repente se juntaron los astros para que el único que perdió fuese el Leganés, el que sale más tocado de la jornada.

Pese a ello, los albiazules consiguieron ensanchar en dos puntos más su distancia con la zona roja. El Mallorca abandonó el antepenúltimo puesto con su goleada al Valencia y regresó al mismo el Celta, que tuvo que conformarse con el empate en San Mamés. Cinco puntos tenía el Alavés sobre estos dos equipos al final de la primera vuelta, renta que se mantiene con los baleares y se estira hasta los siete con los celestes y que se va hasta los nueve con Leganés y Espanyol, que cierran la tabla.

La situación clasificatoria del equipo de Asier Garitano es cómoda, pero el aviso a navegantes en esta última jornada ya ha sido claro. Ni los equipos que parecían ya defenestrados, con el caso más claro del Espanyol que cerró la primera vuelta con solo once puntos, están desahuciados ya ni aquellos que se pensaban que la permanencia iba a ser una cuestión sencilla después de una primera vuelta las tienen todas consigo al ver cómo se están moviendo los que vienen por abajo.

Muchos fichajes Y es que, resultados al margen, el mercado invernal está viviendo una auténtica revolución entre varios de los equipos más necesitados. En el caso del propio Alavés, a pesar de no estar con el agua al cuello, se puede comprobar de primera mano. Si en verano se apostó finalmente por no gastar en exceso, lo que provocó que la plantilla se quedase bastante coja en algunas demarcaciones, ahora no ha temblado el pulso a la hora de acometer inversiones de mucho calado y provocar un cambio muy importante dentro del vestuario que todavía no ha concluido. De momento van tres incorporaciones con Víctor Camarasa, Ismael Gutiérrez y Roberto Jiménez, pero aún se espera la llegada de un nuevo mediocentro y un atacante.

Perder la plaza en Primera División supone quedarse sin unos ingresos extraordinarios a cuenta de los derechos televisivos y esa amenaza ha llevado a que los clubes implicados en la pelea por la permanencia se hayan movido mucho en el mercado hasta la fecha. Y más que lo van a hacer hasta que se cierre el plazo de contrataciones el próximo 31 de enero, ya que se esperan todavía fichajes de renombre.

El caso más evidente lo representa el Espanyol, que justo antes del parón navideño recurrió al segundo cambio en el banquillo de la temporada con Abelardo sustituyendo a Machín. Al asturiano le prometieron fichajes y su propietario, Chen Yansheng, no está escatimando a la hora de invertir. El riesgo de perder la categoría para clubes de semejante estructura es enorme y por ello los pericos han tirado la casa por la ventana. Raúl de Tomás, que ya marca diferencias, llevó a Cornellà por veinte millones de euros, han abonado al Getafe la cláusula de rescisión (nueve millones) de Leandro Cabrera y están a punto también de hacer lo mismo con Adrián Embarba.

Osasuna (Toni Lato), Betis (Carles Aleñá y Guido Rodríguez), Valladolid (Raúl García y José Antonio Caro), Eibar (Sebastián Cristóforo), Mallorca (Alejandro Pozo) y Celta (Jeison Murillo y Oriol Romeu) ya han fichado y los mayores problemas los está encontrando un Leganés que se ha visto privado de Youssef En-Nesyri, aunque a cambio cuenta ahora en sus arcas con veinte millones de euros para acudir al mercado, agitado en estos momentos por los más necesitados en su deseo de reaccionar en la segunda vuelta y evitar caer al pozo.