Vitoria - En el mundo del fútbol la realidad puede variar de un rumbo a otro diametralmente opuesto en apenas unas horas y el Deportivo Alavés representa en estos momentos el más claro ejemplo de cómo cambian unas ideas preestablecidas en un margen temporal muy estrecho. Recién llegado el mes de diciembre, tras haber sumado dos victorias consecutivas por primera vez en lo que iba de temporada y con una buena imagen ante el Real Madrid, el cuadro albiazul miraba al mercado de enero casi de reojo y con más intención de aligerar su actual plantilla que sumar nuevos efectivos al margen de algún pequeño movimiento. Sobrevino entonces el partido contra el Granada, que abrió una grave crisis de resultados que se mantiene vigente en estos momentos y en el que se perdió por una lesión de gravedad a Tomás Pina. Aconteceres claramente negativos para el equipo que han conducido a variar de manera drástica la forma de afrontar un mercado invernal en el que la entidad del Paseo de Cervantes se ve obligada, por las propias necesidades que se han generado, a realizar muchos más movimientos de entrada de los que en un principio tenía previstos.

De momento, la dirección deportiva encabezada por Sergio Fernández ya ha dado pasos que han encaminado el regreso a Vitoria de Víctor Camarasa para potenciar el centro del campo con un medio de largo recorrido. La operación que comenzó a tejerse el pasado domingo con la visita del Betis, club propietario de futbolista, a Mendizorroza el pasado domingo es compleja de resolver por todos los actores que se encuentran implicados. Primero el club sevillano tiene que romper el acuerdo que tiene con el Crystal Palace, actual destino del valenciano, y después concretar todos los aspectos de su cesión hasta final de temporada en Vitoria. En todo caso, en las oficinas del Paseo de Cervantes hay optimismo en que todo se pueda resolver de manera positiva para que Camarasa se una al grupo la próxima semana y pueda ser ya de la partida ante el Levante, precisamente el equipo en el que se formó y que en la campaña 2016-17 lo cedió al Glorioso.

En las expectativas más optimistas hace unas semanas, una incorporación se estimaba como el tope de fichajes en enero. Una situación que ha cambiado ahora de forma significativa, ya que el Alavés pretende realizar una o dos contrataciones más a lo largo de este mes, aunque siempre dependiendo de las limitaciones económicas que marca el límite salarial y de las opciones que se abran en este sentido con la salida de algún futbolista que no entra en los planes de Asier Garitano a lo largo de los próximos días. Como bien se ha podido comprobar en otras ventanas, el augurio de apurar hasta el último momento parece una vez más evidente.

La más que probable incorporación de Camarasa viene a reforzar el centro del campo, pero no soluciona directamente la ausencia de Pina. Se busca un pivote, pero la dirección deportiva ya ha comprobado de primera mano lo complicado que resulta encontrar un jugador específico en esa demarcación. Las llamadas a dos vitorianos como Ander Guevara (Real Sociedad) y Mikel Vesga (Athletic) se han saldado con respuestas negativas por parte de sus clubes y el mercado tampoco ofrece grandes alternativas de ciertas garantías. Por ello, la búsqueda de una segunda pieza para fortalecer el centro del campo no se limita exclusivamente a un sustituto natural de Pina, sino que se tiene en cuenta también la necesidad de una pieza de peso en la zona que pueda aportar calidad en la salida de balón y la construcción de juego, carencias de un equipo en el que en demasiadas ocasiones es el central el encargado de generar juego.

Por otra parte, desde la dirección deportiva se sigue valorando también la necesidad de reforzar la línea ofensiva con un jugador de banda. Las carencias, sobre todo en el costado izquierdo en el que solo se encuentra Luis Rioja como jugador específico de esa demarcación, han sido evidentes a lo largo de toda la primera vuelta y se pretende realizar una contratación que sirva para paliar ese boquete. Un problema que quedó sin resolver al cierre del mercado veraniego, con el fichaje finalmente sin concretar de Abdul Majeed Waris que venía a potenciar toda la línea ofensiva.

Eso sí, estas necesidades, acuciantes visto el rendimiento del equipo y sus carencias, tienen como límite un tope salarial que precisa aire en forma de salidas. Un trabajo que también consume tiempo a la dirección deportiva, pues liberar masa salarial es fundamental para acometer operaciones de fuste.