Vitoria - El cambio de año en el calendario supone un cambio de estatus reseñable en el mundo del fútbol para los jugadores que tienen próxima la finalización de su contrato y que concluyen la vinculación con sus actuales clubes al final de la temporada, el 30 de junio. Desde el 1 de enero, esos futbolistas cuentan ya con libertad para comprometerse con otros equipos distintos al que militan en ese momento, por lo que las primeras semanas del año son muy activas por parte de los clubes tanto para firmar nuevas incorporaciones en el mercado invernal como para tratar de atraer a sus proyectos de futuro a esos futbolistas, normalmente escasos en Primera División, que en apenas unos meses contarán con la carta de libertad y por los que no habría de pagarse traspaso alguno. En el seno del Deportivo Alavés, Mubarak Wakaso -también Dani Torres, aunque su situación para la entidad no tiene ninguna relevancia, y Manu García, con cláusulas para la renovación automática- tiene ya desde ayer la posibilidad de negociar un nuevo futuro lejos de Vitoria, siempre, eso sí, que descarte aceptar la propuesta de renovación que desde hace semanas se le ha planteado desde las oficinas de Mendizorroza. Eso sí, en el caso del ghanés no parece que la resolución vaya a producirse a corto plazo y el desenlace seguramente no llegará hasta que concluya la temporada.

Wakaso se encuentra en el tercer y último año de contrato que firmó con el Alavés en el verano de 2017 tras desvincularse del Panathinaikos. El centrocampista africano llegó con la carta de libertad debajo del brazo -más aún, el club griego le indemnizó con una cantidad importante para romper su vínculo- y la dirección deportiva albiazul hizo una apuesta económica considerable para hacerse con los servicios de un futbolista pretendido por casi todos los equipos de la zona media-baja de la clasificación.

Llamado a ser una pieza importante, su relevancia dentro del equipo ha ido en trayectoria ascendente a lo largo de este trienio. En su primera campaña jugó muchísimo menos de lo esperado (1.345 minutos, el decimosexto jugador de la plantilla y cuarto mediocentro, por detrás de Tomás Pina, Manu García y Dani Torres), mientras que en la segunda subió un poco su relevancia (1.670 minutos, el decimosegundo del equipo, pero aún con tres medios por delante), sin llegar a ser una pieza de primer orden para Abelardo. Una situación -tampoco ayudaba en ese momento una locura sobre el césped que ha ido conteniendo con el paso de los años- que le condujo a buscar la salida en repetidas ocasiones -principalmente a un Getafe donde José Bordalás deseaba reencontrarse con un centrocampista al que conoce muy bien y que se adapta como un guante a su estilo-, aunque no se acabó concretando propuesta económica alguna que resultase satisfactoria para su marcha.

Imprescindible para Garitano La llegada de Asier Garitano al banquillo vitoriano supuso un cambio relevante para un Wakaso al que el preparador de Bergara cerró claramente las puertas de salida de Mendizorroza. Una promesa de ser importante que ha venido refrendada con los hechos, pues el africano es el séptimo jugador con más minutos esta temporada (1.202) y el centrocampista que más ha jugado. Y eso a pesar de haberse perdido ya dos partidos por sanción y uno más por lesión, ya que se trata de unos de los titulares indiscutibles.

El africano está siendo importante en Vitoria y eso llama la atención de muchos clubes que ven una oportunidad de oro de hacerse con un futbolista todoterreno y de enorme potencia física que este año alcanzará la treintena, que conoce a la perfección la competición española y que está evidenciando que se encuentra en un gran estado físico. Un problema grave para los intereses del Alavés, que ya le ha trasladado una propuesta de renovación que se mantiene en estos momentos aparcada por parte del jugador. Una de las cartas del club vitoriano es la relevancia que en estos momentos tiene el futbolista dentro del equipo, pues Wakaso ya ha demostrado en Mendizorroza que no es un hombre que se contente con su situación cuando no dispone de minutos y en muchas ocasiones ha tratado de forzar su salida sin éxito.

Cuestión aparte merece el capítulo económico, pues para economías modestas ya se trata de un salario importante y sus últimas actuaciones han revalorizado un precio que, incluso, se incrementa aún más teniendo en cuenta la conclusión de su contrato. Lo que es evidente desde la lesión de Pina es que el Alavés no va a poder repetir la jugada que protagonizó el pasado enero con Ibai Gómez, al que traspasó al Athletic por tres millones de euros meses antes de acabar contrato. Wakaso seguirá en Vitoria hasta el final de la temporada y seguramente entonces decidirá su continúa ligado al Glorioso o si de nuevo opta por hacer las maletas.