Vitoria - Cada vez que se abre una ventana de mercado, el Deportivo Alavés mira hacia afuera en busca de solventar sus propias necesidades, pero siempre le toca hacer también un ejercicio de introspección para tratar de depurar los problemas que tiene dentro de sí mismo. Si complejo en el capítulo de las incorporaciones, el de las salidas se ha consumado en demasiadas ocasiones como irresoluble. Y la mayoría de las veces con los mismos nombres como protagonistas. Algunos de ellos volverán a salir a la palestra de los transferibles a lo largo de unas próximas semanas en las que la entidad del Paseo de Cervantes tratará de ganar margen salarial para acometer algún fichaje más allá de la impepinable llegada de un medio centro que llene el hueco que ha dejado la lesión de Tomás Pina.

El primer nombre en aparecer en el capítulo de salidas del Glorioso cada vez que se abre el mercado desde el ascenso del equipo a Primera División es, irremisiblemente, el de Dani Torres. El colombiano está viviendo su cuarta temporada en Vitoria y desde el final de la primera se le lleva buscando acomodo lejos de la capital alavesa para intentar que el coste de su ficha no recaiga exclusivamente en las arcas albiazules. Un objetivo que solo se ha culminado de manera exitosa en una ocasión, precisamente cuando hace un año el centrocampista sudamericano se marchó cedido al Albacete para la segunda mitad del curso. De haber logrado subir a la máxima categoría, el club manchego tenía la obligación de haber fichado a Torres -lo que hubiese supuesto recuperar una parte importante de la inversión que se hizo en su momento-, pero como se quedó en Segunda el pivote regresó a Mendizorroza y el pasado verano decidió no salir de nuevo a préstamo al no alcanzarse un acuerdo económico satisfactorio.

La vinculación de Torres, a quien ya le ha quedado claro que no cuenta para nada en los actuales planes del equipo aunque no sea esa una cuestión que parezca afectarle en exceso en su toma decisiones, concluye el próximo 30 de junio, pero la intención del club es que quede finiquitada en las próximas semanas con un acuerdo de rescisión que le permita negociar su futuro al mínimo coste para las cuentas albiazules. Todo lo que suponga un ahorro será bienvenido para un Alavés que podrá de esta manera despedirse por fin de una de las inversiones más ruinosas de su historia.

Eso sí, de calibre superior lleva camino de ser la realizada por John Guidetti, aunque al menos el sueco en su primera media temporada como cedido por el Celta fue clave para la salvación. Desde entonces, después de haber desembolsado cuatro millones de euros al cuadro vigués y asumir su elevado salario, el delantero sueco ha sido una pieza de peso cada vez menor en el equipo. Si en el verano de 2018 se incorporó al equipo en un deplorable estado físico que le relegó a un segundo plano, actualmente es irrelevante a pesar de ser la única alternativa a Joselu y Lucas Pérez.

Al Glorioso le vendría de maravilla liberarse de la mitad de la ficha que todavía le queda por cobrar hasta el final del curso y le serviría además para situarlo en el escaparate de cara al verano -todavía le quedan dos años más de contrato por delante-, pero no es fácil encontrar un club con el músculo financiero para hacer frente a una inversión tan elevada. Además, el hecho de que, pese a no jugar, el punta sea un fijo en las últimas convocatorias de su selección parece no poner en riesgo su presencia en la próxima Eurocopa. Precisamente, una cuestión que facilitó su desembarcó en Vitoria hace justo dos años, cuando necesitaba minutos para estar con Suecia en el Mundial de Rusia.

Ganar espacio salarial Estas dos salidas se contemplan como las dos únicas alternativas suficientes como para ganar un margen de límite salarial considerable más allá del que se guardó el club el pasado verano al no alcanzar entonces el tope marcado por LaLiga. Ese dinero que quedó en la reserva es el que se pretende utilizar para acometer la contratación, seguramente como cedido, de un centrocampista que llene el hueco que ha dejado la grave lesión que sufrió Tomás Pina en Granada. El objetivo de la dirección deportiva es contar con esa pieza cuanto antes, pues la baja del pivote de Villarta de San Juan se ha evidenciado muy importante. Si existe margen para otros movimientos, la zona de ataque, y con especial relevancia las bandas, será donde se busque un refuerzo que potencie un poco más el aspecto ofensivo.