GASTEIZ - ¿Qué valoración hacen desde 'Accionistas Albiazules' de una junta en la que esperaban muchas explicaciones muchas explicaciones y que no sé si acabó respondiendo a las dudas que su colectivo planteó?

-Salimos de la junta más o menos como entramos. Teníamos una información que, como al resto, nos había llegado a través de los medios de comunicación y esperábamos que en la asamblea se pormenorizara en esos aspectos, principalmente en lo referido a la entrada en el accionariado de Bakh, y se nos dijera algo más de lo que ya sabíamos. La verdad es que no fue así. Salimos con la misma información. Teníamos una batería de preguntas, la mitad versaba sobre la principal noticia de los movimientos económicos y patrimoniales del club con esa entrada en Bakh y tenemos la sensación de que se trató de pasar por encima de ello. Tuvimos que recordar al presidente que por favor respondiera a las preguntas que habíamos mandado por escrito y, a partir de ahí, se nos dijo lo que ya sabíamos. La opinión es la misma que antes de entrar a la junta.

Es evidente que con el 82 % del capital social se va a acabar haciendo lo que quien manda quiere, pero queda de nuevo la sensación de que hay muy poca transparencia en las actuaciones del club de cara a los accionistas minoritarios.

-Efectivamente. La explicación es que este movimiento se ha hecho porque le interesa al Alavés. Pero, precisamente ahí reside nuestra principal duda: no vemos dónde está el interés del Alavés como sociedad anónima deportiva en entrar en esta operación y creo que eso no se nos explicó. El actual consejo de administración va a sacar adelante los proyectos que estime oportunos y está facultado para ello. Nadie pone eso en tela de juicio; nadie está intentando mover ninguna silla porque no tenemos interés en generar ninguna inestabilidad al club. Cabe recordar que nosotros como asociación, acompañados de otros accionistas y seguidores, en su día ayudamos, en la medida de nuestras posibilidades, a que el Baskonia llegara al Alavés. Y ayudamos por tres motivos: creíamos que en ese momento era lo mejor para la sociedad anónima deportiva, las instituciones que tenían que implicarse en el rescate estaban empeñadas en que entraran estas personas y ellos nos pidieron que hiciéremos de punta de lanza. Lo hicimos encantados y no nos arrepentimos. Que seamos críticos con algunos movimientos del consejo de administración no quiere decir que deseemos que haya un movimiento accionarial, una venta o una salida de este grupo. Entendemos que estamos ahí para analizar los movimientos que hace el consejo de administración y dar nuestra opinión. Y cuando no los vemos claros, como es el caso, lo vamos a decir. Se recurrió a nosotros como interlocución en su día y, más allá de que nuestra capacidad sea muy limitada, entendemos que seguimos siendo interlocutores.

¿Esta entrada en Bakh es la que ha colmado el vaso de muchos alavesistas?

El Alavés, con una trayectoria en los últimos años de recuperación económica gestionado por este grupo, que es su mérito y nos alegra como alavesistas, lo vemos ahora mismo en una situación de cómo se gestiona su patrimonio y esos números negros en los balances que han sustituido a los rojos. Y esta operación no la vemos clara porque no vemos la necesidad de participar en una sociedad con patrimonio negativo como la que gestiona Bakh. Se presume del patrimonio neto positivo del Alavés y se pasa de puntillas sobre el negativo de Bakh. Si se persigue el uso y disfrute de esa instalación, el Alavés ya lo hace ahora mismo cuando lo necesita. ¿Qué necesidad hay de entrar en ella para seguir haciendo uso de ella? ¿Y qué necesidad hay que de entrar si con eso se pretende dar el salto al terreno anexo para completar la ciudad deportiva? Son movimientos que no vemos claros y que en la junta tampoco se nos aclararon.

El pasado jueves en el Palacio de Villa Suso se congregaron muchos más accionistas que en las últimas juntas y gran parte de los pequeños rechazaron las cuentas del club.

-Ha sido la junta con más asistencia presencial desde el 24 de diciembre de 2010 con Alfredo Ruiz de Gauna de presidente y el club en una situación límite al borde de la liquidación. Con los actuales gestores al frente, la media de asistentes en los últimos años había sido de entre 70 y 75 y el jueves pasado estuvimos 122 personas. Está claro que se ha producido un movimiento que genera dudas y que es el que empuja a la gente a acudir a la asamblea y muchos además intervinieron. El 1,66 % de los títulos (983) eran de pequeños accionistas y prácticamente la mitad (459, el 47 %) rechazaron las cuentas o se abstuvieron. Ese dato no se había dado nunca y aquí es donde al club le pedimos que mire al pequeño accionista y que escuche su voz. Reclamamos honradez en la gestión y transparencia. Porque no es baladí que casi la mitad de los pequeños accionistas presentes rechazáramos las cuentas. Y como alavesista es un dato que ni a mí ni a nuestra asociación nos alegra. Hubiéramos preferido la unanimidad porque cuando el club se embarca en una empresa de este calibre con el esfuerzo económico que supone, lo ideal es que todos vayamos en el mismo sentido. Y si no remamos todos en la misma dirección es porque no se ve claro y el consejo de administración no lo ha aclarado.

¿Se entienden las inversiones que tienen que ver directamente con el Alavés y su funcionamiento, pero se desconfía de otras a los que no se le ve esa relación?

-Así es. Hay inversiones que no se entienden y que van siempre acompañadas de cosas ajenas al fútbol y también a la actividad de la sociedad anónima deportiva. Y, además, de fútbol porque en el Alavés no hay más secciones. Que se busque mejorar una ciudad deportiva sondeando distintas opciones, fenomenal; que se apueste por Ibaia, fenomenal; que se intente complementar con la compra del terreno anexo a Bakh y llevar allí la base, bien; pero siempre aparecen al final cosas que son ajenas. Por ejemplo, el asunto de la universidad, que tampoco se nos explicó más allá de decir cómo se llama la empresa que la gestionaría. Cuando una sociedad emprende una inversión siempre piensa que va a acabar saliendo bien, pero eso tiene que estar fundamentado en auditorías externas, estudios de mercado, impacto económico... Nos da sensación de que todo es el cuento de la lechera. Este tema de la universidad requiere de una inversión muy grande de dudoso retorno a corto plazo. Luego está el tema de Mendizorroza, que tiene el apéndice asociado del centro comercial cuando la experiencia de este mismo grupo con inversiones de ese tipo ha sido negativa. Ya vimos lo que pasó con el Baskonia y la adquisición de la última plata de El Boulevard o el propio Bakh. Las experiencias no han sido positivas.

A nivel de calle, mucha gente está de acuerdo en la necesidad de renovar Mendizorroza, pero no tanto con el plan que ha puesto sobre la mesa el club.

-Que Mendizorroza necesita un lavado de cara a fondo es algo que no pone en duda nadie. Y animaría a la ciudadanía a que abriera los ojos y que entendiera que el estadio es patrimonio de la ciudad y que su mejora la va a disfrutar un Alavés que también es patrimonio de Vitoria. La instalación ahora mismo requiere mejoras y ahí están los informes del Gobierno Vasco en cuanto a accesibilidad, seguridad o visibilidad. Entiendo que, una vez que te metes en una obra de dicha magnitud, se quiera mejorar el campo y dotarlo de mejores servicios, palcos, más capacidad de negocio, algo más de aforo para crecer... Hasta ahí, vale. Pero luego ya la idea va desproporcionada, primero por las dimensiones de la instalación y luego porque es difícil de entender qué pinta ahí un centro comercial que requiere además de un cambio en el plan general de ordenación urbana. Son estos anexos que siempre van de la mano de este consejo de administración y que son ajenos al negocio los que no entendemos. Porque si hay dinero para todo eso, nos parece un camino más corto y más directo invertir en plantilla sin volverse locos, consolidar el proyecto y lo demás ya llegará. La principal duda es la naturaleza de algunas inversiones que el club tiene en mente, como la ampliación de Mendizorroza tal y como está planteada, la entrada en Bakh o el tema de la universidad. Lo que nadie pone en duda es la compra de algún terreno, la reforma de Ibaia o la segunda residencia. Nadie lo pone en duda porque está directamente relacionado con la actividad de la sociedad, pero lo demás... Fíjate que ni siquiera ha generado especial malestar que se reconozca que un 4 % del presupuesto vaya al Baskonia por su gestión. Lo que hay que hacer es reconocerlo y ponerlo claro en las cuentas. Luego lo que ha venido a posteriori ha generado dudas y el tema de Bakh ha colmado el vaso.

¿Existe el miedo a lo que pasaría para sostener todas esas inversiones en caso de un hipotético descenso?

-Pues imagino que ampliar los plazos de financiación si los bancos lo admiten. Yo creo que no vamos a descender, pero la posibilidad está ahí y el equipo genera dudas. Tienen que tener muy claro, y torpes no son, que la base del negocio es el Alavés. En otras circunstancias, si las inversiones patrimoniales fueran destinadas al fútbol, no dependeríamos tanto de estar en Primera o Segunda porque hay cierto músculo para pequeñas inversiones en ciudad deportiva o mejora del estadio. Pero si desapareces de Primera, ¿cómo afrontas el pago de 33 millones para el campo y todo lo demás? Vamos a cuidar la gallina de los huevos de oro, que queremos que siga dando huevos y que coma quien tenga que comer.