Vitoria - El Deportivo Alavés ha encontrado un rumbo estable a seguir y pretende reafirmar las crecientes sensaciones de las últimas jornadas con una nueva cosecha de tres puntos en su visita de esta tarde a Granada. Contra el Real Madrid se cortó una serie de dos triunfos consecutivos en la que se incluía el primero a domicilio del curso, pero, aún en la derrota, El Glorioso se reafirmó en sus buenas sensaciones en su último duelo con el colíder. Eso sí, la imagen no es algo que dé de comer, por lo que volver a sumar de manera inmediata se plantea como una necesidad para los de Asier Garitano, que hoy tienen ante sí la oportunidad de ganar una enorme cuota de tranquilidad, asentarse en la zona media de la clasificación y marcar diferencias con el paquete de equipos que se encuentran por debajo en la tabla y meter en el meollo a alguno que, como el Granada, se viene desinflando tras haber firmado un arranque de curso inesperadamente excepcional.

Y es que si el Alavés viene en plena fase de crecimiento, el cuadro nazarí se encuentra en estos momentos sufriendo la implacable lógica que suelen padecer los recién ascendidos. Cinco jornadas consecutivas sin ganar y solo un punto de los últimos quince posibles han sido capaces de sumar los andaluces, que, no obstante, se encuentran cómodamente asentados en la zona media merced de un arranque de curso asombroso en el que incluso se permitieron el lujo de liderar la clasificación tras los primeros diez partidos, el momento que dio paso a su crisis actual de resultados.

El cuadro albiazul tratará de aprovecharse de las dudas de su rival -que ha bajado en efectividad, pero que sigue manteniendo un estilo de seriedad defensiva y eficacia en el balón parado que le hace peligroso, a pesar de las limitaciones de su plantilla- para buscar un golpe de efecto en el estadio Nuevo Los Cármenes que le conduzca a sobrepasar la veintena de puntos que se plantean como el ecuador de los cuarenta marcados como objetivo para asegurar la permanencia.

El equipo ha encontrado ya el camino marcado por Garitano y cuando es capaz de hacerse fuerte en defensa -todos los triunfos alavesistas han llegado con la portería a cero- la pegada de su poderosa dupla atacante -Lucas Pérez o Joselu han marcado en las últimas nueve jornadas- termina por imponerse. Así lo ha hecho en sus duelos victoriosos en Mendizorroza y así consiguió hacerlo por primera vez a domicilio en el último desplazamiento a Eibar, en el que consiguió su primera victoria como visitante del curso. Roto ese particular maleficio que ya estaba afectando mentalmente al equipo en sus viajes, llega esta tarde la ocasión de buscar un golpe de mano que redunde en una dosis de tranquilidad muy importante antes de encarar el próximo viernes un duelo ante el Leganés en el que ya puede quedar decidida una plaza de descenso.

El preparador de Bergara tendrá que resolver hoy una ausencia de mucho más peso específico que el renombre del propio futbolista. Perder a Rubén Duarte no suena, así de primeras, como una baja de gravedad, pero el almeriense es por algo el futbolista más utilizado por Garitano, amo y señor del lateral izquierdo durante las dos últimas temporadas y media. La duda ahí es apostar por un jugador específicamente de esa posición como Adrián Marín que se encuentra sin ritmo de competición o por reubicar en la zona a un lateral derecho como Martin Aguirregabiria o Ximo Navarro.

El otro problema viene marcado por el escaso fondo de banquillo que se le queda al técnico guipuzcoano en el ataque con la baja de última hora de un John Guidetti que se quedó ayer en Vitoria con placas en la garganta y que reduce al mínimo las opciones en un ataque en el que también falta Borja Sainz por sanción.