Vitoria - Tras tres meses sin competición oficial, el Deportivo Alavés echa a andar de nuevo en el arranque de una temporada 2019-20 en el que el objetivo, de nuevo, no puede ser otro que la permanencia en Primera División durante una quinta temporada consecutiva, lo que supondría igualar el tope histórico del club de presencia en la máxima categoría (1998-03) y poder así celebrar el inminente centenario de la entidad en 2021 entre la élite. Para semejante cumpleaños aún queda mucho tiempo por delante y casi seguro también bastante sufrimiento. Y el objetivo del nuevo proyecto ahora encabezado por Asier Garitano ha de ser una salvación con los menores apuros posibles. Y, en ese reto, se pretenden dar pasos sólidos desde la primera fecha del calendario, que señala para hoy el duelo inaugural contra el Levante. La meta de los cuarenta puntos, los que teóricamente aseguran la salvación, vuelve a presentarse como la única que tiene la obligación de traspasar El Glorioso. Y, para ello, pretende acelerar en su búsqueda desde el principio. El ejemplo de equipos llamados a pelear solo por la permanencia que ejecutan una puesta a punto óptima en la pretemporada y consiguen un buen botín en los albores del curso casi siempre acaba ofreciendo buenos resultados y el propio club vitoriano tiene presente su experiencia de la pasada campaña, cuando dejó finiquitado su objetivo en los primeros meses de la competición. Repetir resulta impensable, pero Garitano y sus pupilos sí que aspiran a mostrarse sólidos en las primeras jornadas para tratar de conseguir un margen de seguridad de cara al futuro.

En este sentido, el hecho insólito de comenzar con una doble jornada en Mendizorroza supone un arma de doble filo, más aún cuando los oponentes serán rivales que se pueden englobar dentro de esa competición en la que está el propio Alavés y que marca la salvación como objetivo ineludible. Jugar como local supone una ventaja de resultados ya corroborados para este equipo y un par de buenos resultados ante Levante y Espanyol servirían para consolidar unos cimientos sólidos en el nuevo proyecto, pero fallar dos veces seguidas en casa en esta fase aún de rodaje podría suponer una mochila de pesada carga nada más empezar. Una oportunidad, pero, al mismo tiempo, una amenaza.

Como casi todos los equipos, el vitoriano llega cargado de dudas al arranque del nuevo curso. La pretemporada ha servido de bien poco de puertas hacia afuera, ya que solo los que conocen los entresijos de la misma saben de primera mano cómo se encuentra el equipo. El once titular, aunque se puede perfilar en líneas generales, se ha mantenido como absoluto misterio a lo largo de toda la fase de preparación, ya que el preparador de Bergara no ha situado sobre el césped ni una sola vez esa alineación que hoy iniciará el encuentro contra el Levante. Si algo ha quedado claro a lo largo de las últimas semanas es que en cuanto a estilo y señas de identidad, el Alavés va a seguir siendo un equipo muy reconocible, con carácter aguerrido, batallador y sacrificado que tantos éxitos le ha dado en las últimas temporadas.

En esa línea, el trabajo defensivo se presenta de nuevo como el factor determinante. A falta de las últimas pinceladas para completar el cuadro de la nueva plantilla, es evidente que los problemas de este equipo, salvo sorpresa mayúscula, van a aparecer de nuevo cuando toque encarar las porterías rivales. Nada que no le ocurra a la mayoría de los clubes humildes, por otra parte. Con ese impedimento en la balanza, el contrapeso tiene que llegar, una vez más, por una solidez atrás que viene siendo marca de la casa desde hace años.

Y si normalmente el fútbol se resuelve por pequeños detalles, más importantes son estos todavía en este primer tramo del curso a la que los equipos llegan todavía en fase de ensamblaje. Los conceptos aún no están del todo definidos, muchas plantillas se encuentran a falta de refuerzos, el juego está lejos de ser redondo y el fondo físico se encuentra limitado. Por esa razón, cuidar hasta lo más nimio se hace especialmente relevante a la hora de resolver un partido a favor.