Vitoria - Los días van pasando en el calendario sin solución de continuidad y el arranque del nuevo curso que hace no tanto tiempo se veía como algo lejano se encuentra ya a menos de dos semanas vista. Arranca la última fase de la pretemporada para el Deportivo Alavés, la que se destina generalmente a afinar la puesta a punto para el primer compromiso oficial. Y lo hace con las señas de identidad de Asier Garitano claramente expuestas sobre el césped, pero aún con la necesidad de mejorar mucho la escenificación para presentar una versión competitiva el próximo domingo 18 contra el Levante. Una cuestión que se agudiza aún más esta campaña, con presencia por partida doble en Mendizorroza en las dos primeras jornadas. Situación inédita que obliga a adelantar más que de costumbre ese buen resultado que sirve para sumar mucha tranquilidad cuando los cimientos todavía no se han secado lo suficiente como para sustentar el resto del edificio.
De momento, el conjunto albiazul ha ido altibajos en su preparación, con un partido de buen nivel seguido de otro malo. En el primer bloque se sitúan los amistosos contra Leioa, Albacete y Racing, mientras que en el segundo cabe situar los disputados contra Fuenlabrada y Rea Sociedad. Si del desarrollo y mejoría del equipo a través de los mismos hay que fiarse -las pretemporadas son lo que son y no sería la primera vez que una preparación desastrosa en resultados e imagen conduce a una campaña exitosa, y viceversa-, al menos en el último de ellos, el del pasado sábado en Laguardia, El Glorioso ofreció su mejor nivel.
Garitano tiene claro que el factor clave es un buen rendimiento defensivo y, por fin, en el quinto amistoso el Alavés consiguió dejar su portería a cero. Encajó gol en todos los anteriores, aunque en alguno de ellos el trabajo en general fue bueno y quedó empañado por errores puntuales también muy propios del período de preparación. Presión adelantada, contundencia en el centro del campo y consistencia en el eje de la zaga se presentan como factores clave en la idea del técnico de Bergara. Y, en líneas generales, ya se pueden vislumbrar una primera defensa salvaguardando a Fernando Pacheco, con Martin Aguiregabiria en la derecha, Rubén Duarte en la izquierda y la única duda de si Víctor Laguardia puede llegar a tiempo para el estreno y así hacer pareja con Guillermo Maripán o Rodrigo Ely.
Tampoco en el centro del campo se albergan ya demasiadas dudas en este sentido. Una vez recuperado Tomás Pina, el de Cuidad Real estará acompañado casi con total seguridad por Pere Pons, con Aleix Vidal en la banda derecha -las sensaciones del catalán en sus primeras apariciones han sido excelentes- y Luis Rioja a la izquierda, ya que son los únicos extremos que ofrecen fiabilidad en estos momentos.
Como suele ser costumbre en el Alavés, el problema principal a estas alturas se encuentra en el gol. Lleva seis en cinco partidos de preparación, pero en dos de ellos se ha quedado en blanco. Y, de momento, la delantera -dentro del sistema 4-4-2 que ha sido el más utilizado por el técnico- es la que más dudas genera. En algunos partidos no se ha generado casi nada, mientras que en otros lo que ha fallado ha sido la definición. Eso sí, la idea de llevar el balón a las bandas y desde allí servir a los rematadores de primera y segunda línea es clara. Como en esa zona Lucas Pérez es indiscutible -aunque todavía está lejos de su mejor nivel y no ha visto portería, es el elemento que tiene que generar desequilibrios y conectar zonas por su calidad- y todavía queda un fichaje de peso por hacer, de momento la identidad del nueve para el arranque del curso se encuentra en el aire.
La pretemporada ha dejado ya unas cuantas buenas noticias. Recién llegados como Pons y Vidal han evidenciado desde el primer momento que van a ser piezas muy importantes. Y dos proyectos de futuro como Ermedin Demirovic y Javi Muñoz han llamado a las puertas de Garitano con tal intensidad que no sería de extrañar que volcase su confianza en ellos en esos primeros partidos del curso hasta que se cierra el mercado -el cierre el 2 de septiembre engloba las tres primeras jornadas ligueras- que siempre resultan tan extraños. De momento, aún quedan dos semanas por delante para seguir afinando.