vitoria - Una maldita lesión de rodilla que le ha confinado en las siempre ingratas salas de recuperación durante los últimos meses ha terminado por precipitar una retirada que no entraba en sus planes (el próximo 9 de agosto cumplirá 35 años) y que, sobre todo, no ha podido ser como él hubiera deseado, vestido de corto sobre el césped. Tras un par de semanas de reflexión y de vuelta en su Gasteiz natal, el Lehendakari repasa su extensa y brillante trayectoria y desvela por dónde pasan sus planes de futuro.

Por primera vez en muchos años está disfrutando de unas vacaciones diferentes?

-Sí, sí, la verdad es que ahora ya después de haber dado la rueda de prensa para anunciar que dejaba el fútbol miro más hacia el futuro y no a corto plazo como otros años que solo pensaba en el mes de vacaciones. Así que estoy aprovechando un poco para organizar lo que viene después de ser futbolista y la verdad es que con más tranquiliodad.

¿Se ha hecho ya a la idea de que la etapa de futbolista profesional se ha cerrado definitivamente?

-Hombre a la idea sí. Después no sé si me costará o no pero lo cierto es que he tenido bastante tiempo para ir haciéndome a la idea. No el año entero que me he pasado sin jugar porque al principio pensaba que sí me iba a recuperar y que iba a ir todo bien pero los últimos meses en los que ya era consciente de que no iba a recuperarme te vas haciendo a la idea de que no vas a poder seguir y que esta etapa se acabó. Ahora con el tiempo habrá que ver si me amoldó a la nueva vida que tendré a partir de ahora o no.

¿En qué momento vio que iba a resultar imposible volver?

-La verdad es que hace no mucho. Porque cuando me operé hace un año justo sí que me dijeron que tenía bastante más lesión de la que pensábamos -esperábamos que solo fuera rotura de menisco pero al intervenir se dieron cuenta de que tenía úlceras en el fémur y en la tibia y que era bastante más grave de lo que creíamos- pero confiaba en que igual con cuatro o cinco meses de recuperación en lugar del que estaba previsto me podría recuperar. Intenté volver haciendo las cosas que me decían los especialistas y los médicos del club pero recaí, me hice daño en un giro, me hicieron una resonancia y vieron un edema óseo? Traté de volver otra vez y entonces al hacer otro giro me seguía doliendo y los médicos ya me dijeron que no podían hacer mucho más. Se hizo todo lo posible y cuando ya no había más opciones, que sería hace dos meses o así, nos dimos cuenta de que ya no iba poder volver.

¿El momento de tomar la decisión definitiva de retirarse fue una liberación por el sufrimiento de los meses anteriores una carga más?

-Liberación no porque yo quería seguir jugando al fútbol pero son decisiones que hay que tomar. Como cuando tienes un accidente y no puedes seguir haciendo tu trabajo. Es una decisión que hay que tomar y ya está. Tampoco es una liberación porque si estuviera en condiciones físicas yo por ánimo y ganas me encantaría seguir jugando al fútbol. Pero mi rodilla no me deja.

¿A nivel físico cómo está, puede hacer vida normal?

-Bueno, depende lo que consideremos una vida normal. A día de hoy ando bastante bien pero cuando tengo que hacer un giro, una frenada o algo así es cuando me duele. Por ejemplo no sería capaz de jugar un partido a pádel pero andar en bici muy bien porque no tengo impacto ni giros. Para el día a día digamos que sí estaré bien aunque habrá cosas que no podré hacer.

¿Qué ha sido lo más duro en todo este tiempo de problemas que ha acabado con su retirada?

-Yo siempre tenía en el pensamiento que iba a dejar el fútbol cuando yo decidiese más o menos y en el campo. Ver que me tenía que retirar después de un año sin jugar no me lo esperaba y sí fue un poco duro porque yo me quería despedir desde el césped y no he podido. Eso ha sido lo más duro. Obviamente durante todo este proceso los momentos de las recaídas y de ver que vas hacia atrás también son duros. Duele mucho en el momento y luego se te olvida pero es verdad que ha sido un año muy largo. Metido casi siempre en el gimnasio, haciendo pruebas de todo tipo y al final para nada.

¿Le queda algo pendiente en su etapa como jugador profesional? ¿Se va satisfecho?

-La verdad es que estoy contento. Siempre te gustaría cambiar algo pero las cosas se dan como se dan y estoy muy satisfecho. Nunca me habría imaginado una carrera como la que he hecho, jugando finales de Copa y Uefa, la Champions, ascendiendo a Primera con el Alavés... He conseguido muchísimas cosas y no me arrepiento de ninguna decisión que he tomado. Siempre falta algo como haber conseguido algún título o haber subido con el Zaragoza pero el balance general es más que notable.

¿Si echa la vista atrás ahora al final del camino, qué destacaría de su trayectoria?

-Lo cierto es que he tenido mucha suerte de vivir todo lo que he vivido. Porque hay jugadores que incluso llegan a Primera pero se pasan toda su carrera luchando por la salvación, descendiendo... Yo en cambio no he vivido ningún descenso, he podido disfrutar con mi familia de cinco finales, un ascenso en casa... Echo la vista atrás y son todo buenos recuerdos. Incluso las derrotas en las finales, que en el momento duelen, con el tiempo se valoran muchísimo.

Elija tres momentos buenos y tres malos que hayan marcado su trayectoria deportiva.

-Buenos son muchos pero me quedaría con el ascenso con el Alavés, la primera final de Copa -que metí el gol- y el año pasado con el Zaragoza que aunque no ascendimos estaba la gente volcada con el equipo. En cuanto a los malos sobre todo es este de la lesión. Porque sí que ha habido temporadas que igual no he jugado pero eso es algo que les ocurre a prácticamente todos los futbolistas en algún momento.

¿Ha cambiado mucho el fútbol a lo largo de estos años?

-Sí, sí, cambia mucho pero yo creo que como todos los oficios. Fíjate la medicina o la tecnología la revolución que han experimentado de hace quince años a ahora. Como en el fútbol influyen tantas cosas, si esas cosas cambian lógicamente el fútbol también.

¿Cómo ve al Deportivo Alavés desde su posición actual ya de socio y aficionado?

-Bien, bien. Creo que ha conseguido una estabilidad, está haciendo las cosas bien sin volverse loco y Josean y su gente están haciendo un buen trabajo. Teniendo los pies en el suelo, sabiendo qué club somos y que aunque hagas las cosas bien de un año a otro cambia mucho la película. Fíjate este año equipos como la Real, el Athletic, el Celta o el Villarreal que se supone que están para pelear por Europa lo mal que lo han pasado. Yo al Alavés lo veo bien, con buena estabilidad y haciendo bien las cosas pero hay que tener claro que aunque se hagan bien las cosas en España hay muy buenos equipos, mucho nivel, y como te equivoques en algo puedes tener un contratiempo. Aunque se haga todo bien después hay que meter el balón en la portería y eso es al final lo que importa. Pero la última temporada ha sido espectacular. Todos hemos disfrutado mucho y la única pena ha sido el final pero bastante ha hecho.

A pesar de este final doloroso sigue con ganas de fútbol. ¿No satura después de tantos años?

-La situación cambia mucho. Yo quiero seguir vinculado al fútbol porque es mi pasión, es lo que llevo viviendo a nivel más o menos profesional desde los quince años cuando fiché por la Real, he pasado toda la vida en este deporte y lógicamente ahora no se me ocurre hacer otra cosa. Pero sí es verdad que hay cosas que no me apetece hacer. Por ejemplo no me apetece ser entrenador y estar otra vez con todos los fines de semana ocupados y la presión de tener que ganar siempre. Pero sí tengo ganas de ver el fútbol desde otro punto de vista y voy a crear una empresa de representación de jugadores para seguir ayudando en todo lo que pueda.

Ahora va a pasar a ser el malo de la película para los clubes...

-Bah, no. Se puede ser el bueno o el malo. Al final cuando llevas un buen jugador a un equipo y hace un temporadón eres el bueno sin duda. Es igual que en el caso de los futbolistas. Si una temporada metes veinte goles eres un crack pero si a la siguiente haces dos pasas a ser un desastre, sales de fiesta y es todo negativo. Creo que mi experiencia dentro de los vestuarios, con directores deportivos y en los clubes me puede ayudar mucho a desempeñar bien mi nuevo trabajo y voy a intentar hacerlo lo mejor posible como he hecho siempre a lo largo de mi carrera.

¿De qué está más satisfecho, de su trayectoria estrictamente deportiva o del impacto que ha tenido en todas las aficiones y los equipos en los que ha estado?

-La verdad es que de las dos cosas. Estoy orgulloso de todo. Creo que la imagen de mi carrera incluye esos dos aspectos. La imagen es que en los momentos malos la gente ha estado conmigo y que en los buenos he disfrutado del fútbol. Así que no puedo separarlo. He disfrutado muchísimo en el campo también gracias al ánimo y a la relación con la gente. Para mi va unido.

¿Cómo explicará dentro de unos años a sus hijas aquello de ‘Ari, ari, ari, Toquero lehendakari’?

-Bueno, les pondré los videos de la semifinal y final de la Copa y después ya que piensen lo que quieran. Es un cántico que salió ese día y que se ha quedado para mi y mi familia para toda la vida. Así que cuando me digan -sobre todo la pequeña porque la mayor ya me ha visto jugar, ha estado en los campos y es más consciente de ello- cómo era eso de que jugaba al fútbol le podré poner los vídeos y que disfrute de su padre en un terreno de juego.