Vitoria - La dirección deportiva alavesista vive días de mucho trabajo en lo que son los primeros pasos para la confección del proyecto de cara a la temporada 2019-20 y uno de los objetivos que se ha planteado Sergio Fernández a más corto plazo es la contratación de Saúl García Cabrero, lateral izquierdo de 24 años que actualmente milita en el Deportivo de La Coruña y que concluye su vinculación con el equipo gallego el próximo 30 de junio, por lo que queda libre. Esta situación le permite al defensa santanderino negociar su futuro desde el pasado 31 de enero y el Deportivo Alavés ha puesto un enorme interés en hacerse con sus servicios. Por ello, le ha trasladado una oferta por tres temporadas -hasta el 30 de junio de 2022-, ampliable a una cuarta si se cumplen ciertos parámetros. Además de tratarse de una propuesta importante desde el punto de vista temporal, también mejora sustancialmente sus actuales condiciones económicas y aunque el jugador ha asegurado que quiere escuchar lo que el Deportivo le pueda proponer lo cierto es que su futuro en A Coruña parece nulo -desde allí se da por hecho que jugará en Vitoria la próxima temporada- y desde hace unas semanas ha desaparecido por completo de los planes del plantel gallego al no haber renovado contrato.
Lo cierto es que Saúl García no ha tenido en Riazor la continuidad que se esperaba cuando el Deportivo lo fichó en enero de 2015, aunque se quedó cedido hasta el final de dicha campaña en el Racing -el traspaso tuvo un coste de 200.000 euros-, donde se formó. Su contratación trajo cola porque la Justicia decretó una duplicidad de contratos al haber firmado por los gallegos cuando ya lo había hecho anteriormente con el Valladolid y, como consecuencia, a día de hoy tiene embargado parte de su sueldo para hacer frente a la indemnización de algo más de un millón de euros al club pucelano con la que fue condenado y que está abonando desde mediados del pasado año mientras sigue pendiente de otros juicios.
Desde esa cesión inicial al Racing, su carrera deportiva se ha caracterizado por un constante ir y venir de A Coruña como jugador a préstamo. La segunda mitad de la temporada 2015-16 la pasó en el Tenerife; la primera de la 2016-17, en el Girona; la segunda de esa misma campaña, en el Mallorca; mientras que la anterior, la 2017-18, de nuevo se pasó medio año en blanco con el Deportivo antes de marcharse en enero al Girona. La actual, a las órdenes del recientemente destituido Natxo González, la arrancó como teórico tercer lateral izquierdo de los coruñeses, pero las lesiones de Dubarbier y Caballo le abrieron un hueco en el equipo -acumula catorce partidos ligueros- y ofreció un buen rendimiento en la primera vuelta antes de desaparecer de las alineaciones al constatar el club que iba a abandonar la entidad cuando concluyese su contrato en junio, por lo que se le intentó buscar un traspaso en el último mercado invernal.
Durante todas estas etapas, el Alavés ha seguido de cerca los pasos de un Saúl García que no ha explotado como se esperaba cuando con veinte años salió de Santander, pero que todavía es joven y tiene tiempo por delante para seguir explotando sus buenas cualidades técnicas y físicas, que le hacen un jugador solvente en lo defensivo y que se proyecta con peligro al ataque, donde destaca por sus buenos servicios.
En todo caso, la del cántabro sería una apuesta a largo plazo, como varias con futbolistas jóvenes que El Glorioso viene haciendo en las últimas temporadas. Su experiencia no va más allá de poco más de un centenar de partidos en Segunda División y no ha debutado aún en Primera, por lo que si, tal y como parece, acaba aceptando la oferta albiazul, trataría de convencer a los técnicos durante la pretemporada y, en el caso de no convencer, saldría cedido en su primer año de contrato.