Vitoria - Ibai Gómez realizó ayer una despedida del Deportivo Alavés en dos tiempos. La oficial la hizo en Mendizorroza, pero, como gran amante de la redes sociales y de la comunicación que es, regaló a sus seguidores un vídeo de factura excepcional en el que desbrozó pasado, presente y futuro con el himno alavesista como hilo argumental de su discurso. Un recorrido emocional a lo largo y ancho de Vitoria y de su trayectoria en el club que tuvo su punto culminante, ya en vivo y en directo, con unas lágrimas que no le impidieron declararse como uno más de esta gran familia. “Parte de mi corazón será siempre albiazul. Os llevaré conmigo allá a donde vaya y me sentiré eternamente orgulloso de formar parte de la historia de este club. Siempre diré que es la mejor decisión que he tomado en mi carrera”, concluyó su alocución visiblemente emocionado el bilbaíno.
Ibai Gómez quiso dejar claro que este final abrupto no era el que había deseado -en su entorno siempre había dicho que su idea era renovar, pero la oferta que el club le trasladó no se acercaba a sus pretensiones y entonces optó por regresar ya al Athletic para dejar dinero en caja-, pero que ha sido una solución consensuada entre las dos partes.
“Quizá esta sea la decisión más dura que me haya tocado tomar en mi carrera porque la simple idea de tener que decir adiós al Glorioso ya hacía que se me saltasen las lágrimas. Hubiera preferido que llegase en otro momento, pero a veces no podemos elegir el cuando. Me hubiera gustado que mi andadura en el Alavés fuese mucho más larga, pero por diversas circunstancias esto no ha sido posible. Ambas partes decidimos que lo mejor era marcharme ahora. Tuve también la oportunidad de irme en invierno del año pasado, pero no podía dejar al equipo en una situación tan difícil. No os imagináis lo que me alegro de no haberlo hecho y ahora me despido de un equipo en Champions. Entiendo que haya gente que no lo comprenda o comparta, pero ambas partes decidimos que era lo mejor para todos”, explicó.
Recordó el de Santutxu su primer discurso como albiazul. La tarde del 31 de julio de 2016, rodeado de su familia y en el museo Artium, no pocos sonrieron cuando afirmó que llegaba a Vitoria para jugar de nuevo en Europa con el Alavés: “Entonces muchos se rieron de mí y ahora tenemos 31 puntos cuando no ha acabado la primera vuelta. Este club se merecía resurgir potente otra vez y batir su récord en Primera. Me despido de un equipo que es cuarto, en puesto de Champions. Quiero veros jugar en Europa chavales”.
El bilbaíno quiso mostrar su agradecimiento a la institución y todos los que la componen por haberle ayudado a “volver a disfrutar del fútbol”. “Te volvería a elegir una y otra vez Glorioso. Solo puedo dar las gracias por depositar en mí vuestro entusiasmo, cariño y confianza. Por eso, no quería marcharme sin dejar algo más que el coraje de haber peleado cada segundo, de haberme dejado la piel en cada entrenamiento y en cada partido. Me voy satisfecho no solo con mi trabajo, sino con la certeza de que algo más de mí se queda aquí”, añadió.
Entre todos sus agradecimientos, Abelardo tuvo un espacio preponderante: “He tenido la suerte de tener grandes entrenadores e, incluso, de ser yo mismo entrenador de chavales y ojalá algún día sea capaz de transmitir como lo haces tú míster. Me voy feliz de poder haber formado parte de tu equipo. Trabajar a tus órdenes ha sido un auténtico placer, eres un gran entrenador y aún mejor persona. Te echaré mucho de menos”.
Por último, compañeros y afición también tuvieron espacio en su discurso. “He forjado amistades que sé que durarán para siempre y eso no hay goles que lo superen, ni siquiera el hat trick de Girona. Mendizorroza, eres único. Quiero repetir una vez más que los aficionados sois la única parte imprescindible de este equipo. Sin vosotros no somos nada. Aún se me ponen los pelos de punta recordando la gloria al clasificarnos en aquella eliminatoria contra el Celta y cómo esta afición hizo retumbar el Calderón en la final. Hoy soy yo quien aplaude a Vitoria entera y quien a partir de ahora os seguirá y os acompañará desde donde esté veros el triunfo alcanzar”.