ibai Gómez finiquita una etapa de dos años y medio en el Deportivo Alavés en la que ha dejado huella tanto por su rendimiento sobre el césped como por su comportamiento fuera del mismo. El bilbaíno ha sido parte fundamental de estas tres exitosas temporadas, en las que ha sido protagonista incluso de algún momento que está grabado a fuego ya en la historia del club, y deja tras de sí un compromiso y una actitud profesional que han calado hondo en el seno del vestuario, por ejemplo en todo lo referido a la preparación física, la alimentación y la nutrición, aspectos en los que se ha convertido en toda una referencia para el club. Una pérdida importante en el campo, pero también dentro de la caseta. Un ejemplo a seguir para sus compañeros.
El Ibai que en verano de 2016 llegó a Vitoria es una persona completamente diferente al que regresará a Bilbao en enero de 2019. Falto de confianza, lastrado por los problemas físicos, incapaz de dar con la tecla para brillar sobre el césped... El fútbol casi se había convertido en un problema para él, pero todo cambió en la capital alavesa. De la mano de su nuevo equipo de asesores en la preparación física y la alimentación, consiguió dejar atrás las lesiones -su amistad con Marcos Llorente y su trabajo conjunto fue fundamental en este sentido- y se convirtió en pieza indiscutible, primero para Mauricio Pellegrino y ahora para Abelardo.
El bilbaíno ha sido fundamental para entender los éxitos recientes, ya que su presencia en las alineaciones ha sido una constante a lo largo de las dos últimas temporadas y media. Se va con un balance de 92 partidos jugados y diecisiete goles. Como curiosidad, de los trece partidos en los que ha marcado, doce han concluido en victoria y el otro, en empate. Se recordarán su diana para ganar en el Camp Nou, las dos que le endosó al Alcorcón para allanar el camino a las semifinales coperas o alguna obra de arte merced a su sensacional pegada, como la que protagonizó en la última visita al Málaga o esta misma temporada ante el Rayo Vallecano. Pero si por algo figura Ibai Gómez con letras de oro en la historia del Glorioso es por el hat trick que firmó en Girona hace poco más de un año y que supuso el inicio de la resurrección alavesista.
Más allá del futbolista, la persona también ha calado hondo en el club. Desde el punto de vista de la preparación física y la alimentación, se ha convertido en un ejemplo a seguir dentro del vestuario, ya que muchos de sus compañeros siguen ahora sus pasos en estos apartados y han aprendido a ser futbolistas a su lado. Profesionalidad al límite durante todas las horas del día, sin descuidar ningún aspecto que pueda influir en su rendimiento. Y, además, una voz de peso contrastado que siempre ha dado la cara, a las duras y a las maduras, hablando claro.
Por si fuera poco, cuando podía haber agotado su contrato y haber abandonado el Alavés el próximo mes de junio -lo que seguramente le hubiese reportado un mayor beneficio económico personal- ha optado por encontrar una salida beneficiosa también para un club que le va a echar de menos tanto dentro como fuera del campo.