0-1, minuto 11: Calleri. Bastón desborda por la izquierda y saca un centro al segundo palo que caza el argentino con un cabezazo cruzado perfecto.
Amonestó a Pina (minuto 22), Zurutuza (minuto 25), Wakaso (minuto 35), Duarte (minuto 76), Merino (minuto 91), Elustondo (minuto 91) y Maripán (minuto 94).
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El Deportivo Alavés estaba metido en una mala racha de resultados y necesitaba una alegría para irse de vacaciones con la merecida satisfacción que los puntos que ostentaba en el casillero merecía y en el derbi de Anoeta recurrió a sus mejores virtudes para regresar a la senda del triunfo. No es El Glorioso un equipo que vaya a regalar actuaciones memorables, pero sus actuaciones son dignas de estudiar en los colegios de entrenadores. Ante la Real Sociedad, realizó una exhibición absoluta de sus virtudes. Asentado en un sensacional trabajo defensivo, pleno de compenetración y solidaridad para cerrar las vías a los donostiarras, recuperó el camino hacia el fondo de la portería rival a través de una de sus grandes especialidades. Un cabezazo perfecto de Calleri y el enorme despliegue de contención ataron los tres puntos.
Tras el esfuerzo del pasado lunes ante el Athletic, era previsible que Abelardo realizase algunos retoques en el once y reemplazó un jugador por línea excepto en una defensa en la que Navarro siguió ocupando en lateral derecho en detrimento de Martin. Así, Wakaso, Sobrino y Bastón entraron para suplir a Manu García, Ibai Gómez -suplente por primera vez- y Guidetti. Piernas frescas, sobre todo para una zona de ataque necesitada de nuevos recursos tras la falta de pegada exhibida en las últimas jornadas.
Ante una Real que gusta de construir el juego desde la defensa, el cuadro albiazul salió a morder esa salida de balón para generar las primeras dudas en un equipo que recientemente ha cometido errores garrafales con el balón que le han costado encajar varios goles. Y a punto estuvo de aprovecharse de ello también el Alavés tras el error en un control de Illarramendi, aunque Jony en su carrera no fue capaz de salvar la salida de Moyá.
Los vitorianos se encontraban con pasillos despejados para lanzar sus contras y Anoeta, con unos precedentes nefastos, comenzaba a temblar. Era el momento de sacar partido de esa superioridad y lo hicieron los dos delanteros de Abelardo en una fenomenal conexión. Con Bastón cayendo a la izquierda, el centro del madrileño preciso hacia la cabeza de Calleri. Lo del argentino con los testarazos es de un nivel de precisión letal. Ejercicio de levitación para suspenderse en el aire y conectar el golpeo cruzado con la frente para superar a Moyá al 11 de juego. El premio que culminaba una puesta en escena excepcional.
Tras el 0-1, llegó el paso atrás. De la presión adelantada a la fortificación plantando dos líneas de cuatro hombres por delante de Pacheco. Cierre de espacios y la idea de buscar claramente el contragolpe. El dominio de la Real dio de sí solo para un disparo de Theo -el elemento más peligroso por parte local- salvado por Pacheco, mientras que cada salida albiazul era una clara amenaza. Solo un fallo con balón de Wakaso generó inquietud, pero Juanmi tenía la noche torcida y erró una oportunidad muy clara.
Los nervios atenazaban a los donostiarras, que a punto estuvieron de quedarse en inferioridad al rozar Zurutuza la segunda amarilla en una acción en la que se inhibió y optó por amonestar la protesta de Wakaso. De un diez contra once a situar en riesgo a los dos mediocentros albiazules, ya que Pina tenía tarjeta de antes. Una decisión de Estrada Fernández que condicionaba todo para la última hora del derbi.
Tras el paso por vestuarios, avisó por primera vez la Real por mediación de Januzaj, que comenzó a aparecer como también lo hizo Oyarzabal. Obligada era la mejoría donostiarras y el Alavés se hacía a la idea de que le iba a tocar sufrir mucho más que en la primera parte, pero no se olvidaba de buscar los espacios. Sobre todo a través de un Jony muy liberado, secundado además por las incorporaciones de Duarte.
El correr del reloj restó ímpetu al cuadro donostiarra y dio paso a unos minutos magníficos de los de Abelardo. Con pausa y criterio con el balón, variaron su discurso habitual y recurrieron al juego de toque y conexión para buscar las bandas y desde allí los servicios, aunque sin llegar a definir.
Enfilado el esprint decisivo, la Real quemó naves a costa de asumir riesgos. Una vuelta de tuerca en el ritmo que amenazó con ahogar a un Glorioso muy desgastado y que recurrió a la técnica de las trincheras. Una acumulación de piernas en torno al área y jugar la carta de resistir y tratar de cazar una contra. No apareció esa opción de asegurar la tranquilidad, pero la zaga se mantuvo firme -en el único fallo no acertó Oyarzabal- para convertir la portería de Pacheco en infranqueable y así saborear de nuevo la victoria con una exhibición de virtudes.
Un trabajo tremendo durante los noventa minutos incomodando a la defensa de la Real Sociedad. Cuarto gol de la temporada con un nuevo cabezazo sensacional.
Poderoso Alavés. El asturiano habló en la previa de la necesidad de encontrar el equilibrio entre el ataque y la defensa y el Alavés firmó ayer un partido sobresaliente en este sentido. Salió a morder a la Real Sociedad e incomodar su creación de juego, encontró el gol a través de un cabezazo de Calleri y fue capaz de cerrar las vías de agua con un sensacional trabajo defensivo para volver a ganar.
Dentro de un partido global sobresaliente por parte de todo el equipo, a Sobrino le tocó sufrir en la banda derecha donde le tocó mucho más defender, y lo hizo bien, que atacar.