Vitoria - En las oficinas del Deportivo Alavés hay una situación cuyo manejo se complica cada día que pasa. Que un jugador concluya contrato al final de la temporada que se encuentra en juego casi siempre es una cuestión peliaguda de manejar y lo es todavía más en el caso de un Ibai Gómez que está ofreciendo un rendimiento sobresaliente en los primeros meses del curso. Un nivel extraordinario que no se escapa a los millones de ojos que están puestos sobre cada partido y que provoca que su continuidad en Vitoria más allá del final de la presente campaña sea de todo menos sencilla. En este sentido, las semanas que vienen por delante se plantean como decisivas para los rectores albiazules, quienes deben poner su propuesta de renovación sobre la mesa. Y, en el caso de recibir una respuesta negativa a la misma, incluso no cabe descartar la opción de la salida inmediata del bilbaíno para poder conseguir un ingreso económico que se evaporaría llegado el verano con la conclusión de su vínculo y su libertad para firmar por cualquier otro club sin ataduras.

Hasta la fecha no se han producido movimientos de consideración entre las partes, aunque cada una conoce ya las líneas fundamentales por las que puede manejarse la otra. El deseo de seguir ligados es compartido tanto por Ibai como por el Alavés, pero cada uno tiene sus propias condiciones. El futbolista tiene argumentos para solicitar un contrato importante tanto en emolumentos como en duración, mientras que el club tiene que estudiar si está capacitado para hacer frente, o al menos acercarse, a una inversión de semejante calibre.

En repetidas ocasiones ha expresado Ibai, tanto públicamente como en privado, que en Vitoria ha encontrado su segundo hogar y que le gustaría seguir vistiendo de albiazul durante muchos años. En Mendizorroza se ha reencontrado con su mejor nivel, olvidando las lesiones y el sufrimiento que vivió en sus últimas temporadas con el Athletic. Su integración en el club y en la ciudad ha sido excepcional y está viviendo sus mejores días como futbolista y también a nivel personal con su reciente paternidad.

Por ese lado no hay duda alguna, pero un futbolista no deja de ser un profesional que tiene que mirar por su futuro. Y ahí es donde pueden aparecer las divergencias. A sus 29 años recién cumplidos, el bilbaíno aspira a conseguir el que puede ser su último gran contrato. Y lo hace dentro de un período de vacas gordas dentro de un deporte en el que se están moviendo cifras inimaginables hace un lustro. Si a esa mayor potencia económica de los clubes se le une un rendimiento sobresaliente, el jugador vizcaíno tiene claro que está ante una oportunidad que no puede dejar pasar. Así, además de incrementar sustancialmente su actual salario, el extremo pretende rubricar un nuevo vínculo de, como mínimo, tres temporadas.

Athletic e Inglaterra Ibai tiene claro que va a esperar a la oferta que le presente El Glorioso porque es consciente de que, en todo caso, ofertas no le van a faltar y ese mutuo deseo de continuidad es una de las bazas principales que el Alavés puede jugar cuando arranque la negociación.

La entidad del Paseo de Cervantes ya tiene comprometidos dos grandes esfuerzos económicos para acometer las renovaciones de Fernando Pacheco y Víctor Laguardia y habrá que ver si sitúa a Ibai a la misma altura de importancia de sus compañeros, que están en el nivel de leyendas vivas del club. Y es que ampliar el contrato del bilbaíno requiere de una inversión monetaria de calibre mayor teniendo en cuenta tanto salario como temporadas de vinculación. Los registros que se manejan, tanto en un apartado como en otro, distan de la idea que se maneja en los despachos de Mendizorroza. En todo caso, en limar diferencias consiste una negociación que tiene que abrirse en breve.

Cualquier desenlace se antoja como posible en esta relación. Incluso que la misma se rompa de manera anticipada el próximo mes de enero. Si no se dan las condiciones para la renovación y se vislumbra claramente que Ibai va a abandonar Vitoria libre el próximo mes de junio, desde el Alavés se podría optar por poner al jugador en venta en el próximo mercado invernal.

De esta manera, y, claro está, siempre que el jugador acepte esa salida -egoístamente, lo mejor para él sería quedar libre y que su nuevo club no tuviese que pagar por su fichaje-, la entidad albiazul buscaría una contraprestación económica -el valor de mercado actual está entre tres y cinco millones de euros- por el traspaso de uno de sus jugadores más destacados. Una pérdida en lo deportivo con la contraprestación de una ganancia económica.

Pretendientes no le van a faltar a Ibai. Por una parte, desde Bilbao se lleva semanas hablando de la opción de recuperar de manera inmediata al extremo de Santutxu y la actual situación clasificatoria del Athletic puede conducir a una apuesta importante por el jugador que abandonó San Mamés el verano de 2016. Por otra parte, el poderoso fútbol inglés también ha fijado sus miras en el vizcaíno y Marcelo Bielsa, entrenador del Leeds, está interesado en recuperar a quien fuera su pupilo en Lezama. Tanto la opción de regresar a casa como la de hacer las maletas hacia las islas británicas son muy seductoras para el futbolista, aunque su prioridad es seguir en Vitoria.

En cualquier caso, todo hace indicar que la resolución de esta situación llegará a su término en un plazo relativamente corto. La conclusión del mes de enero se fija como fecha límite para alcanzar un acuerdo que conduzca a la renovación de Ibai o, por el contrario, para buscar una salida inmediata a cambio de una contraprestación económica.