Vitoria - La pretemporada avanza y el Deportivo Alavés sigue mostrando deficiencias en el centro del campo. El equipo es sólido defensivamente y concede pocas ocasiones de gol a sus rivales, pero tiene un gran problema a la hora de crear juego y sacar el balón jugado por abajo. El Pitu Abelardo no cuenta ahora mismo con un jugador capaz de hacer de puente entre los defensas y los delanteros, y el señalado vuelve a ser el colombiano Dani Torres, que tras dos años en el club sigue sin alcanzar el nivel que se esperaba de él cuando se le fichó.
A priori, el colombiano es el más creativo de los centrocampistas con los que cuenta ahora mismo el técnico asturiano, ya que Wakaso y Manu García proponen un juego más directo. En transición, este Alavés en fase embrionaria está funcionando bien, pero cuando el equipo contrario le cede el balón la falta de ideas y claridad de los centrocampistas queda al descubierto.
El papel de Daniel Torres vuelve a ser una incógnita en su tercera temporada como albiazul. El discutido colombiano llegó para ser importante y fue uno de los fichajes más ilusionantes en el regreso del Alavés a Primera División. Sin embargo, Manu García y Llorente le ganaron terreno en su primer año y Torres pasó a ejercer un rol secundario en el equipo albiazul.
Este verano tampoco está aprovechando la oportunidad que le brinda la falta de centrocampistas, lo cual le está permitiendo contar con muchos minutos. Sin embargo, su juego vuelve a ser plano, previsible y muchas veces desacertado. Dani Torres continúa estancado y el club necesitado de refuerzos en la medular. Todo indica que Tomás Pina, el encargado de ofrecerse y facilitar la circulación del esférico durante toda la temporada pasada, volverá a estar a disposición del técnico asturiano, a falta de que se cierren algunos flecos de la operación con el Brujas belga, club propietario de sus derechos.
Condenados a un rol secundario Además, es posible que el Alavés fiche a otro centrocampista más, lo que provocaría que Torres volviera a pasar una temporada en el ostracismo. Su bajo rendimiento los dos últimos años hacía intuir que la entidad lo vendería este verano, pero su escaso mercado y la falta de ofertas interesantes le retienen en Vitoria.
Wakaso vive una situación parecida. Se trata de un jugador con diferentes características a las de Torres, ya que su función no es la de crear juego, sino la de robar balones y aparecer en segunda línea de ataque. El ghanés tiene un buen golpeo de balón, es rápido y puede adaptarse bien a las bandas. Su implicación es incuestionable, pero su rendimiento no está a la altura de los titulares ni de Tomás Pina. Aunque ha protagonizado alguna jugada interesante en esta pretemporada, sigue siendo bastante irregular.
Al ser un futbolista diferente a lo que tiene el Alavés actualmente en la plantilla, es más probable que entre en los planes del técnico, aunque difícilmente ocupará un puesto de titular. Así, como todo indica que Manu García se mantendrá un año más como un referente básico para el club vitoriano, el futuro de Wakaso y Torres es incierto. Podrían entrar en la rotación de Abelardo con cuentagotas, quedarse fuera de sus planes o salir de Vitoria rumbo a otro equipo. Todo dependerá de los fichajes que realice la dirección técnica y de sus actuaciones en lo que resta de pretemporada. En cualquier caso, el Alavés posee un grave problema en la medular que debe solucionar antes de su bautismo liguero en el Camp Nou.