Punto y final. Después de varias semanas de negociaciones a varias bandas, Deportivo Alavés y Christian Santos sellaron ayer en el último minuto su particular divorcio después de dos tormentosas temporadas en la entidad alavesa. Tal y como se venía barajando en los últimos días, el delantero venezolano finalmente acordó ayer su salida del club para firmar por el Deportivo de la Coruña, donde militará las próximas dos temporadas con opción a una tercera en función de una serie de variables como el número de partidos, el minutaje o los goles que sea capaz de marcar. El jugador, que en esto momentos está llevando a cabo una preparación minuciosa en Los Ángeles (EEUU) para llegar a tono en su nuevo proyecto profesional, se incorporará el próximo 6 de julio a la capital gallega para pasar el preceptivo reconocimiento médico y, días después, probablemente el lunes 9, ponerse junto al resto de sus nuevos compañeros a las órdenes del técnico vitoriano Natxo González, procedente del Zaragoza, con el que hace escasas semanas se quedó a las puertas del ascenso a Primera.
Precisamente este objetivo, el anhelado ascenso, volverá a protagonizar su día a día en tierras gallegas, en tanto que el conjunto albiazul será el próximo curso uno de los gallitos de la categoría junto al propio Zaragoza, Sporting, Osasuna, Málaga, Las Palmas o Mallorca.
“Christian nos encaja” Sea como fuere, la salida de Santos resulta beneficiosa para todas las partes. El Alavés, que no contaba con el delantero de cara a su nuevo proyecto, verá aliviada su tesorería al ahorrarse el año de contrato que aún le restaba al jugador, con una de las fichas más altas de la plantilla. Al Dépor, por su parte, la jugada le sale redonda al poder firmar a un delantero muy de su agrado y además a coste cero, mientras que al propio Santos la salida le permitirá volver a recuperar sensaciones a pesar de hacerlo en un Segunda y, de paso, mantener en cierta modo su notable caché siempre y cuando cumpla los objetivos que se ha marcado.
Lejos de lo que podría pensarse, el compromiso con un conjunto de inferior categoría no ha sido interpretado como un “paso atrás”, sino más bien todo lo contrario. “Se trata de un club histórico que presenta unas instalaciones, una masa social y un proyecto de Primera que lo convierten en un destino muy apetecible”, vienen a decir en el entorno del punta venezolano.
Aunque tenía encima de la mesa al menos dos ofertas de Primera en la liga española y otras dos en la alemana, finalmente fue la opción gallega la elegida al tratarse de un proyecto de futuro que, entre otros, le habría recomendando Rafael Dudamel, técnico de la selección de Venezuela, con el que el propio Santos estuvo reunido recientemente en Barcelona antes de emprender sus vacaciones a Los Ángeles. En este contexto y con el objetivo del regreso a Primera en el horizonte, la ascendencia de Santos en el nuevo proyecto se antoja fundamental a tenor de las palabras del que será su nuevo entrenador, que recientemente bendecía su posible llegada. “Christian es el perfil que me gusta. No ha dispuesto de excesivas oportunidades en Vitoria, pero hubiera sido titular, no albergaríamos posibilidades de contratarle. Es un jugador que nos puede ir bien y nos puede encajar porque ya disponemos de gente con otro perfil. Sabíamos que venía de hacer buenos números en Holanda, pero no ha tenido suerte en las dos últimas temporadas por las razones que sean. Es un futbolista que nos dará muchas cosas. Está deseoso de demostrar quién es y posee ganas de reivindicarse”, confesó Natxo González en los micrófonos de Radio Vitoria.
sin continuidad Sea como fuere, la resolución del caso Santos representa el punto y final a un desencuentro progresivo e irreparable entre el propio jugador y la dirección deportiva del club, responsable en el verano de 2016 de su fichaje, que públicamente vendió con gran entusiasmo. “Para nosotros es un inmenso orgullo contar con un jugador de la importancia de Christian Santos”, señaló aquel 13 de julio Sergio Fernández. Dos años después de aquel baño de masas, la historia de tan mediático fichaje ya es conocida por todo el alavesismo, dividido entre quienes nunca le contemplaron como un 9 de garantías y los que aún hoy siguen lamentando la falta de oportunidades que ninguno de los cinco entrenadores que ha tenido el jugador en este tiempo quisieron brindarle.
Santos llegó a Vitoria con el aval y la fama de killer -fue el máximo realizador, con 23 goles, en la Segunda división de Holanda y un año después firmó otros 16 en el NEC Nimega, ya en la máxima categoría-, sin embargo nunca contó para Pellegrino, que optó en su primera temporada por un jugador más de brega y con cierto tufo tribunero como Deyverson, ni para Zubeldía, Cabello, De Biassi y Abelardo el pasado curso. El delantero se despide de Vitoria tras completar dos temporadas en el conjunto vitoriano en las que ha disputado un total de 39 encuentros con la elástica albiazul, siendo titular en 19 de ellos: 31 partidos jugados en LaLiga Santander, titular en 13 y 8 partidos jugados en Copa del Rey siendo titular en seis. El ariete ha marcado ocho goles en estas dos temporadas, cinco la pasada campaña y tres la actual (uno en Copa y dos en Liga). En total, ha disputado 1862 minutos con la elástica albiazul, 1270 minutos en LaLiga y 592 minutos en Copa Del Rey.