Tenía el Girona grabado a fuego lo ocurrido hace justo una vuelta en Montilivi, donde después de ir ganando 2-0 en el minuto 70 se dejó remontar el partido con tres goles del Alavés, de modo que ayer, con la lección aprendida, puso todo lo necesario sobre el terreno de juego para que la historia no volviera a repetirse. Así que ajustó las líneas, se empeñó en defender como si le fuera la vida en ello y aprovechó las escasas ocasiones de gol de las que dispuso para matar al Glorioso con sendas dianas de Alex García y el uruguayo Stuani, que a estas alturas del campeonato lleva la friolera de 18 goles. Y por si acaso todo eso no era suficiente, tiraron de oficio los catalanes en los últimos minutos, justo cuando más apretaba la escuadra local, para jugar a ese otro fútbol que tanto desespera al rival pero que tantos réditos suele conceder.
Y ahí se llenó de nervios e impotencia el Alavés, que vio cómo se escurría al menos un empate tras dos goles anulados a Sobrino y Manu García -bien por cierto- y no pocas jugadas controvertidas que podrían haber cambiado el signo del partido. Pero no pudo ser. El control del Girona en líneas generales y la falta de tensión del plantel albiazul en el primer tiempo impidieron la permanencia del equipo en Primera de forma matemática, un desenlace que en cualquier caso el vestuario local espera solventar pronto. “Ha sido una lástima no haber podido sumar los tres puntos para lograrla pero hay que estar tranquilos y ser positivos porque llevamos una trayectoria muy buena”, valoró Tomás Pina a pie de campo, visiblemente molesto con la actuación arbitral. “Desde el campo no se pueden apreciar si las jugadas del gol anulado son acertadas o no pero creo que en cualquier caso son muy dudosas. Vamos a verlas ahora pero da impotencia sobre todo porque ellos se han dedicado al final a perder el tiempo cuando mejor estábamos jugando”.
Menos caliente se mostró el preparador albiazul, que no quiso valorar la actuación del colegiado. “No hemos hecho un buen partido salvo en los primeros minutos, pero a partir de ahí dejamos que se posicionara bien el Girona. Y en la segunda mitad, con el partido controlado, ha llegado el gol anulado de Sobrino y su gol de falta... Y después ya el partido se ha vuelto un poco loco. Sin haber jugador un buen partido creo que la derrota es injusta; no hemos merecido perder”. ¿Y el árbitro?, se le interpeló: “Sois vosotros quienes veis las imágenes. No voy a juzgar al árbitro ni quiero hacerlo, no quiero opinar. Tienen una labor muy complicada y ya está”, zanjó Abelardo.